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Tu auto sabe dónde estás y quizá también lo sepa tu pareja abusiva

Las aplicaciones que rastrean y controlan autos a distancia están siendo utilizadas como armas por parejas abusivas. Los fabricantes de automóviles han tardado en reaccionar. (Jeff Östberg/The New York Times)
Las aplicaciones que rastrean y controlan autos a distancia están siendo utilizadas como armas por parejas abusivas. Los fabricantes de automóviles han tardado en reaccionar. (Jeff Östberg/The New York Times)

Tras casi diez años de matrimonio, Christine Dowdall quería divorciarse. Su marido ya no era el hombre encantador del que se había enamorado. Se había vuelto narcisista, abusivo e infiel, dijo. Después de que una de sus peleas se tornara violenta en septiembre de 2022, Dowdall, agente inmobiliaria, huyó de su casa en Covington, Luisiana, y condujo su Mercedes-Benz C300 sedán hasta la casa de su hija cerca de Shreveport, a cinco horas de distancia. Dos días después, presentó una denuncia ante la policía por violencia doméstica.

Su marido, agente de la Administración de Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés), no quería dejarla ir. La llamó en repetidas ocasiones, aseguró; primero, suplicándole que volviera y, luego, amenazándola. Ella dejó de responderle, afirmó, a pesar de que él le enviaba mensajes de texto y la llamaba cientos de veces.

Dowdall, de 59 años, empezó a ver de vez en cuando un nuevo y extraño mensaje en la pantalla de su Mercedes, sobre un servicio de localización llamado “mbrace”. La segunda vez que le ocurrió, tomó una fotografía y buscó el nombre en internet.

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“Dios mío, me di cuenta de que era él quien me estaba rastreando”, relató Dowdall.

“Mbrace” formaba parte de “Mercedes me”, un conjunto de servicios conectados para el auto, accesibles a través de una aplicación para celular. Dowdall solo había utilizado la aplicación Mercedes Me para pagar el préstamo del auto. No se había dado cuenta de que el servicio también podía utilizarse para localizar el vehículo. Una noche, cuando visitaba la casa de un amigo, su marido le envió un mensaje con un emoji de pulgar hacia arriba. Una cámara cercana captó su auto, que circulaba por la zona, según el detective que trabajó en su caso.

Dowdall llamó repetidamente al servicio de atención al cliente de Mercedes para intentar eliminar el acceso digital de su marido al auto, pero el préstamo y el título estaban a su nombre, una decisión que la pareja había tomado porque él tenía mejor puntuación crediticia que ella. Aunque ella estaba al corriente de los pagos, tenía una orden de alejamiento de su marido y se le había concedido el uso exclusivo del auto durante el proceso de divorcio, los representantes de Mercedes le dijeron que su marido era el cliente, por lo que podría mantener su acceso. No había ningún botón que pudiera pulsar para eliminar la conexión de la aplicación con el vehículo.

Un Model X de Tesla realiza un espectáculo de tres minutos con luces intermitentes y puertas que se abren y cierran, una función oculta que se activa mediante el software del automóvil, fotografiado en Portola Valley, California, el 25 de julio de 2019. (Erin Brethauer y Tim Hussin/The New York Times/The New York Times)
Un Model X de Tesla realiza un espectáculo de tres minutos con luces intermitentes y puertas que se abren y cierran, una función oculta que se activa mediante el software del automóvil, fotografiado en Portola Valley, California, el 25 de julio de 2019. (Erin Brethauer y Tim Hussin/The New York Times/The New York Times)

“No es la primera vez que oigo algo así”, dijo uno de los representantes a Dowdall.

Un portavoz de Mercedes-Benz dijo que la compañía no hacía comentarios sobre “asuntos individuales de los clientes”.

Los defensores de la privacidad están preocupados por la forma en que las empresas automotrices utilizan y comparten los datos de los consumidores —por ejemplo, con las compañías de seguros— y por la imposibilidad de los conductores de desactivar la recopilación de datos. El regulador de la privacidad de California está investigando a la industria automotriz.

La detective Kelly Downey, de la oficina del alguacil de Bossier Parish, que investigó al marido de Dowdall por acoso, también se puso en contacto con Mercedes más de una decena de veces sin éxito, según declaró. Antes ya se había ocupado de otro caso de acoso a través de una aplicación de auto conectado: una mujer cuyo marido encendía su Lexus mientras estaba en la cochera a mitad de la noche. En ese caso, Downey tampoco pudo conseguir que la compañía de automóviles desactivara el acceso del marido; la víctima vendió su auto.

“Los fabricantes de automóviles tienen que crear una forma de impedirlo”, afirma Downey. “La tecnología puede ser una bendición, pero también da mucho miedo porque puede hacerte daño”.

Mercedes tampoco respondió a una orden de registro, señaló Downey. En su lugar, encontró pruebas de que el marido utilizaba la aplicación Mercedes Me obteniendo registros de su actividad en internet.

Al no poder obtener ayuda de Mercedes, Dowdall llevó su auto a un mecánico independiente este año y pagó 400 dólares para desactivar el seguimiento remoto. También desactivó el sistema de navegación y el botón SOS, una herramienta para pedir ayuda en caso de emergencia.

“No me importaba. Simplemente, no quería que supiera dónde estaba”, dijo Dowdall, cuyo marido se suicidó el mes pasado. “Los fabricantes de autos deberían dar la posibilidad de desactivar ese rastreo”.

Eva Galperin, experta en maltrato doméstico facilitado por la tecnología en el grupo de derechos digitales Electronic Frontier Foundation, aseguró que se enteró de otro caso de un abusador que utilizaba la aplicación del auto para rastrear los movimientos de la víctima, quien no se dio cuenta porque “no fue quien lo configuró”.

“Que yo sepa, no hay ninguna guía sobre cómo bloquear a tu pareja del auto después de romper”, dijo Galperin.

Según Galperin, en el pasado los controladores han rastreado los autos de sus víctimas mediante dispositivos GPS y AirTags de Apple, pero las aplicaciones para autos conectados ofrecen nuevas oportunidades de acoso.

Un hombre de San Francisco utilizó su acceso remoto al vehículo utilitario deportivo Tesla Model X que tenía con su mujer para acosarla tras separarse, según una demanda que ella presentó de forma anónima ante el Tribunal Superior de San Francisco en 2020. (Reuters informó antes sobre el caso).

Según la denuncia judicial contra su marido y Tesla, las luces y bocinas del auto se activaban en un estacionamiento. En los días calurosos, ella llegaba a su auto y descubría que la calefacción estaba encendida de forma que hacía un calor incómodo, mientras que, en los días fríos, descubría que el aire acondicionado se había activado a distancia. Su marido, según afirma en documentos judiciales, utilizó la función de localización del Tesla para identificar su nueva residencia, que ella esperaba mantener en secreto.

La mujer, que obtuvo una orden de alejamiento de su marido, se puso en contacto con Tesla en numerosas ocasiones para que revocara el acceso de su marido al auto —incluyó algunos de los correos electrónicos en los documentos judiciales—, pero no tuvo éxito.

Tesla no respondió a la solicitud de comentarios. En los documentos legales, Tesla negó ser responsable del acoso, puso en duda que se hubiera producido, basándose en las negativas del marido, y planteó dudas sobre la fiabilidad de la mujer. (Algunas de las cosas que afirmaba que había hecho su marido, como reproducir canciones con letras molestas mientras ella conducía, no podían hacerse a través de la aplicación de Tesla).

“Prácticamente, todos los grandes fabricantes de automóviles ofrecen una aplicación móvil con funciones similares para sus clientes”, escribieron los abogados de Tesla en un escrito legal. “Es ilógico y poco práctico esperar que Tesla supervise la aplicación móvil de cada propietario de vehículo para detectar usos indebidos”.

Un juez apartó a Tesla del caso, afirmando que sería “oneroso” esperar que los fabricantes de automóviles determinaran qué reclamaciones de uso indebido de la aplicación eran legítimas.

Katie Ray-Jones, directora ejecutiva de la Línea Directa Nacional contra la Violencia Doméstica, dijo que las parejas abusivas utilizan una amplia variedad de dispositivos conectados a internet —desde computadoras portátiles hasta productos domésticos inteligentes— para rastrear y acosar a sus víctimas. La tecnología que vigila los movimientos de una persona es especialmente preocupante para los refugios de violencia doméstica, dijo, porque “tratan de mantener la confidencialidad de la ubicación del refugio”.

Adam Dodge, exabogado especializado en derecho familiar y ahora capacitador en materia de seguridad digital, calificó el acoso a través de aplicaciones para automóviles de “punto ciego para las víctimas y los fabricantes de automóviles”.

“La mayoría de las víctimas con las que he hablado desconocen por completo que el auto del que dependen está conectado a una aplicación”, afirmó. “No pueden hacer frente a amenazas cuya existencia desconocen”.

Como posible solución al problema, él y otros expertos en violencia doméstica señalaron la Ley de Conexiones Seguras, una ley federal reciente que permite a las víctimas de maltrato doméstico separar fácilmente su teléfono de las cuentas compartidas con sus agresores. Una ley similar debería extenderse a los autos, dijo Dodge, con el fin de permitir a las personas que tienen órdenes de protección de un tribunal cortar fácilmente el acceso digital de un maltratador a su auto.

“Tener acceso a un auto para una víctima es un salvavidas”, dijo. “Ninguna víctima debería tener que elegir entre ser acosada por el auto o no tenerlo. Pero esa es la encrucijada en la que se encuentran muchas de ellas”.

c.2023 The New York Times Company