Las universidades se enfrentan al dilema de los ensayos de admisión generados con IA

Este verano, Rick Clark, director ejecutivo de admisiones del Instituto de Tecnología de Georgia, y su equipo pasaron semanas fingiendo ser estudiantes de preparatoria que utilizaban chatbots de inteligencia artificial (IA) para llenar solicitudes universitarias.

Cada uno de los responsables de admisiones adoptó un personaje diferente del bachillerato: capitán del equipo de natación, Eagle Scout, intérprete de teatro musical. A continuación, introdujeron datos personales de los estudiantes ficticios en ChatGPT y le pidieron al chatbot de inteligencia artificial que produjera el tipo de listas de actividades extracurriculares y ensayos personales que suelen exigirse en las solicitudes universitarias.

Clark dijo que quería saber cómo los chatbots de IA podrían reconfigurar el proceso de admisión este otoño —el comienzo del primer año académico completo en el que las herramientas estarán ampliamente disponibles para los estudiantes de último curso de preparatoria— y así definir lineamientos para los estudiantes que soliciten admisión en el Instituto de Tecnología de Georgia.

“En cierto modo, los estudiantes tendrán acceso a la IA y la utilizarán”, afirmó Clark. “La gran pregunta es: ¿cómo queremos dirigirlos, sabiendo que está a su disposición?”.

La fácil disponibilidad de chatbots de IA como ChatGPT, que pueden crear textos similares a los redactados por humanos a partir de breves instrucciones, está a punto de volcar el proceso tradicional de admisión en universidades selectivas, pues marca el comienzo de una era de plagio automatizado o de acceso democratizado para los estudiantes a ayuda para redactar ensayos. O quizá ambas cosas.

La disrupción digital llega en un momento decisivo para las instituciones de enseñanza superior de Estados Unidos. Después de que la Corte Suprema dictaminó en junio que los programas de admisión universitaria que tomaban en cuenta la raza como criterio eran ilegales, algunas universidades e institutos selectivos tenían la esperanza de poder basarse más en las preguntas tipo “ensayo” —sobre la educación, las identidades y las comunidades de los solicitantes— para ayudar a fomentar la diversidad en el campus.

Los ensayos personales han sido durante mucho tiempo un elemento básico del proceso de admisión en las universidades de élite, por no mencionar una pesadilla para generaciones de estudiantes de bachillerato. Los responsables de admisiones han utilizado a menudo los ensayos de los solicitantes como una ventana a su carácter único, su valor, su potencial y su capacidad para hacer frente a la adversidad. Como resultado, algunos exalumnos dicen que se sentían muy presionados para desarrollar, o al menos inventar, una voz personal única.

Sin embargo, las nuevas herramientas de inteligencia artificial amenazan con convertir los ensayos de solicitud de admisión en una especie de mezcla genérica de galletas, que los estudiantes de bachillerato puedan simplemente aderezar para reflejar sus propios gustos, intereses y experiencias, lo cual pondría en duda la legitimidad de las muestras de redacción de los solicitantes como criterios de admisión auténticos e individualizados.

“Parte del proceso de elaborar un ensayo para admisión a la universidad consiste en encontrar tu propia voz a través de la redacción y la revisión”, aseguró Susan Barber, profesora de Literatura Inglesa de nivel avanzado en Midtown High School, un centro educativo público de Atlanta. “Y creo que eso es algo que ChatGPT les estaría robando”.

En agosto, Barber asignó a sus alumnos de 12.º curso la redacción de ensayos universitarios. Esta semana, sostuvo debates en clase sobre ChatGPT y advirtió a los alumnos que utilizar chatbots de IA para generar ideas o escribir podría hacer que sus ensayos para la universidad sonaran demasiado genéricos. Les aconsejó que se centraran más en sus opiniones y voces personales.

Otros educadores dijeron que esperaban que las herramientas de inteligencia artificial tuvieran un efecto democratizador. Estos expertos señalaron que los estudiantes de preparatoria más ricos suelen tener acceso a recursos (padres que son exalumnos, amigos de la familia, tutores de redacción remunerados) que les ayudan a pensar, redactar y editar sus ensayos de admisión a la universidad. ChatGPT podría desempeñar un papel similar para los estudiantes que carecen de esos recursos, explicaron, sobre todo para los que estudian en grandes institutos donde los consejeros universitarios, sobrecargados de trabajo, tienen poco tiempo para asesorarlos de manera individual.

Hasta ahora, sin embargo, muy pocas universidades estadounidenses han publicado políticas de admisión sobre el uso de herramientas de IA por parte de los solicitantes.

La Facultad de Derecho de la Universidad de Míchigan publicó hace poco unas directrices que establecen que “los solicitantes no deberán utilizar ChatGPT u otras herramientas de inteligencia artificial como parte de su proceso de redacción”. Sin embargo, la facultad permite a los aspirantes pedir a mentores, amigos u otras personas “ayuda básica de corrección, comentarios y críticas generales”.

La Facultad de Derecho Sandra Day O’Connor de la Universidad Estatal de Arizona ha adoptado la postura contraria. El sitio web de la facultad dice que los solicitantes pueden utilizar herramientas de IA para preparar sus solicitudes siempre y cuando “utilicen esta tecnología de forma responsable” y certifiquen que la información que envían es veraz.

Tras experimentar con ChatGPT este verano, el equipo de admisiones del Instituto de Tecnología de Georgia optó por una tercera vía. El sitio web de la universidad publicó hace poco directrices en las que se anima a los aspirantes de bachillerato a utilizar herramientas de IA como colaboradoras para “aportar ideas, perfeccionarlas y editarlas”. Al mismo tiempo, el sitio advierte a los solicitantes que “no copien y peguen directamente en su solicitud contenido que no hayan creado”.

Clark, el responsable de admisiones del Instituto de Tecnología de Georgia, dijo que ChatGPT no podía competir con los tutores de redacción de carne y hueso ni con los padres expertos a la hora de dar retroalimentación a los estudiantes de preparatoria sobre sus ensayos personales. Pero espera que pueda ayudar a muchos estudiantes a empezar.

“Es gratuito, accesible y útil”, reveló Clark. “Es un avance hacia la equidad”.

Varios estudiantes de último año de bachillerato dijeron en entrevistas que habían optado por no utilizar herramientas de IA para ayudarse a redactar sus ensayos, en parte porque querían contar sus propias historias personales y en parte porque muchas universidades no han tomado posturas claras sobre el uso de los chatbots por parte de los solicitantes.

“La vaguedad y la ambigüedad nos resultan difíciles”, afirmó Kevin Jacob, estudiante de último curso de la Escuela Gwinnett de Matemáticas, Ciencias y Tecnología en Atlanta. Este instituto público cuenta con un centro de redacción donde los alumnos pueden recibir comentarios sobre sus ensayos para la universidad.

The New York Times envió un correo electrónico a más de una decena de universidades y centros de enseñanza superior —entre ellos grandes centros estatales, escuelas de la Ivy League y pequeñas universidades privadas— para preguntarles por sus políticas en relación con el uso de herramientas de inteligencia artificial para redactar ensayos de admisión. La mayoría no respondió o se negó a hacer comentarios.

En un comunicado enviado por correo electrónico, la Oficina de Admisiones de Pregrado de la Universidad de Míchigan declaró que la escuela era “consciente de la nueva tecnología”, pero que “no se ha hecho ningún cambio en nuestro proceso de admisión de pregrado, incluidas nuestras preguntas de ensayo”.

Ritika Vakharia, estudiante de último curso de la Escuela Gwinnett de Matemáticas, Ciencias y Tecnología, dijo que había probado a pedir a ChatGPT ideas para los ensayos de admisión a la universidad. Pero las respuestas le parecieron demasiado genéricas e impersonales, incluso después de dar detalles sobre sus actividades extracurriculares, como dar clases de danza a alumnos más jóvenes.

Ahora dice que está trabajando para encontrar un tema más personal para el ensayo de solicitud universitaria.

“Me siento un poco más presionada a crear un tema único e interesante”, comentó Vakharia, “porque un tema básico en la actualidad podría ser simplemente generado por ChatGPT”.

c.2023 The New York Times Company