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Diego Korol, otro argentino que deja Argentina y se muda a España por trabajo: cuáles son sus proyectos

Si algo queda claro después de investigar un poco sobre la vida de Diego Korol es que atravesó cada década aprovechando lo bueno y esquivando lo malo. Con sus hermanos, Adrián y Alejandro, formó Los Vergara, vivió la creatividad de los 80 pero sin caer en sus excesos. En los 90 fue el irreverente cronista deportivo de Videomatch, ese que persiguiendo a Ramón Díaz cambió el modo de relacionarse con los jugadores. Disfrutó de los beneficios del 1 a 1 con las coberturas por el mundo, pero sin perder la mirada crítica sobre un modelo económico de complejas consecuencias. El comienzo del siglo lo encontró asumiendo el rol de conductor. Sin Codificar fue una "década ganada" para el humor que generó una legión de fanáticos que sigue preguntando ¿cuándo vuelven? En Despierta Corazón y por doce años ayudó a muchos oyentes a levantarse.

Consolidado como conductor, con la cobertura de siete mundiales, compartiendo cábalas con Lionel Scaloni y hasta con Maradona pidiéndole un autógrafo, podría haberse quedado en la famosa "zona de confort", sin embargo y a tono con estos tiempos, esta semana anunció que como tantos argentinos se muda a España pero a diferencia de otros compatriotas, aclara que es "un capítulo más del cuento y no el libro definitivo".

Este nuevo capítulo en su vida comenzará en junio cuando, junto a su mujer, Romina y a su hijo, José, se instalen en Madrid. "Recibí una propuesta de Sictres, la productora de Maximiliano Masucci, un argentino que vive allá hace varios años. Se dedica a eventos y corporativos y me ofreció gestionar el contenido creativo del área audiovisual. A partir de eso seguiré con mi trabajo en Direct TV televisión y radio, con las entrevistas a jugadores y los derechos que tiene la señal allá. Por otra parte, Marcelo Ordaz, el mayor coleccionista de camisetas del mundo y Martín Ink me invitaron a sumarme al departamento creativo del Museo Legends, un museo del fútbol en Puerta del Sol que busca que Madrid sea la capital mundial del fútbol".

Teniendo en cuenta que Argentina ya tiene su tercera copa la pregunta es por qué armar un museo allá y no acá. "No se descarta. Legends tiene un convenio muy importante con la Liga Española y también con la UEFA, pero a futuro seguramente se armará un Legends argentino con recuerdos de los Mundiales del 78, el 86".

-¿Qué posibilidades te brinda España que no encontrás en la Argentina?

-La verdad es que no me lo planteo así. No me escapo de la Argentina porque me pasó algo o no la quiero. Soy una persona que trabaja desde los 16 años y todos los días tuve laburo. Siempre alguien me pagó -por ahí de manera injusta- por actividades que tienen que ver con medios de comunicación. Soy un afortunado, mi familia está bien. No tengo nada que me lleve a decir "me voy de este país", pero para mí es una oportunidad. A los 54 años es una posibilidad de animarme a hacer más cosas. A veces uno se encasilla o lo encasillan mucho. A mí me gustaría haber hecho más cosas desde la creatividad, la producción, pero las propuestas que me llegaban eran "no, mejor conducí" y entonces, otra vez al ruedo. Me gusta, lo disfruto, sé que soy un afortunado y no me quejo, pero a veces en algún momento me hubiera gustado algún proyecto más personal y quizá solo me veían como el que hace chistes o conduce determinados programas. Esta propuesta me entusiasma porque es para un trabajo más creativo, detrás de cámara algo que me interesa mucho.

-Con un camino recorrido, un nombre artístico consolidado, sin una propuesta económica astronómica ¿por qué patear el tablero?

-Siempre tuve el bichito del detrás de cámara. No me gusta ser el conductor que llega y solo saluda, me gusta involucrarme de modo colaborativo, aportar ideas. Mucho de lo piola que me pasó o hice al aire no fue porque lo pensé yo sino otra persona y eso está bueno, poder escuchar a los demás no solo al productor también al remisero que te lleva en el auto. Además creo que estoy en un buen momento para probar otro rol. Nuestra generación y la de nuestros padres está acostumbrada a cierta quietud. Muchos años en la misma casa, el mismo colegio, el mismo club. Somos reacios a los cambios. Entiendo que estos cambios es más cómodo planteárselo a los 20 pero los de 50 también tenemos derecho a que se nos vuele la peluca (risas).

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Diego Korol con Romina, su mujer, y José, su hijo con los que emprende el viaje a España

-Tus abuelos inmigraron a la Argentina ¿qué pensarían de este nieto que se va?

-A mí la Argentina no me expulsa. Mis abuelos se vinieron y armaron todo desde cero. Hoy yo no me lo planteo como ‘me voy y no vuelvo nunca más’ sino como una oportunidad de ver otra cosa, permitirle a mi hijo que descubra otra realidad y que luego de un tiempo nos volvamos a preguntar si nos quedamos, si nos vamos, si extrañamos. Además la propuesta laboral concreta se dio en este momento y no sé si dentro de unos años volvería a tener esta posibilidad o si en unos años le puedo decir a mi hijo de irnos. Por eso esto es un capítulo, no el libro definitivo. Mucha gente me pregunta cómo fue tal mundial, en un tiempo me preguntarán cómo fue la experiencia en España. Si logro adaptarme no lo vivo como lo mejor del mundo ni lo peor. Sí creo -aunque sea frase de sobrecito de azúcar- que peor es no haberlo intentado. Pero reitero, la Argentina no me expulsa.

-Artistas como Leonardo Sbaraglia, Pepe Soriano o Jairo aseguran que, aunque les fue muy bien en Europa, siempre se sintieron extranjeros. Por ejemplo, no podés insultar a los políticos porque tampoco podés votarlos.

-Voy a ser el extranjero más argentino como también lo soy cuando me cruzo con un extranjero acá. Siempre traté de ser generoso con el otro. Mi hijo acá juega con compañeros de diversas nacionalidades y ahora jugará con otros. Y en cuanto a los políticos, me tomaré vacaciones de putearlos (risas).

-¿Tu idea es irte a "hacer la España", es decir una buena diferencia económica?

-No. Acá a nivel económico estoy bien, me pude armar bien, pero se me da la posibilidad de hacer algo distinto. Para poder trabajar en España me dieron un permiso hasta el 2026 como "personal altamente cualificado". No es broma, así figura, se ve que no averiguaron mucho. Para esta gente mis hermanos están escondidos, soy hijo único (risas).

-Viajaste varias veces ¿cómo es la realidad de los argentinos en Madrid?

-Hay muchos. Se ve una camada de gente de 40 años en adelante que planta bandera con franquicias y emprendimientos gastronómicos. Te va bien cuando vas con la intención de laburar mucho, si la idea es pasártela viendo partidos y haciendo turismo no te irá también. Lo mismo que acá. Aunque es cierto que allá también hay una estabilidad económica. Vas al supermercado y los precios no aumentan todos los días.

-En los 90, como notero de Videomatch viajabas por el mundo. ¿Hoy esas producciones son impensadas?

-En esa época éramos cinco equipos girando por el mundo. Lo que creo no es que ahora falta presupuesto sino cabezas que piensen programas o contenidos. Antes la plata caía en los programas de televisión, ahora hay que salir a buscarla. Pero si salís, la encontrás. Es cierto que nos encerraron pero también nos encerramos, nosotros nos alejamos del mundo. Entiendo que producir es caro pero no imposible y lo sé, porque lo hago. Es cuestión de ponerse a pensar como maximizar recursos sin achicar ideas. A veces pagar una nota a uno que ya está en París sale mucho menos que pagarle como panelista a la ex mujer de alguno que te cobra u$s30.000. La Champions no sale en canales de aire y es por un tema de derechos, pero por qué no se hace la cobertura de estar en la puerta ver qué hacen los hinchas, la fiesta… Esos personajes son geniales pero hoy no se pueden mostrar aunque midan porque no hay programas, en uno cocinan, el otro lava los platos…

-Allá tenés trabajo pero acá tenés a tus hermanos, Adrián y Alejandro, con los que te unen lazos y proyectos laborales, también a doña Martha y don Abraham, padres muy presentes. ¿Qué pasa con los afectos?

-Seguiremos en contacto. Trataremos que alguno viaje. Con mis hermanos aprendimos a estar mucho tiempo junto cuando laburábamos, pero también a vernos de vez en cuando. Ahora será cuestión de estar en contacto de otra manera. Es distinto, no es lo mismo pero en la evaluación priorizo vivir esta experiencia que no será eterna. Con mis viejos sé que los voy a extrañar, pero esta posibilidad llega en un buen momento sobre todo por la edad de mi hijo. Veré como sigue el próximo capítulo. Habrá que aprender a estar de otra manera. Por ahora quiero aprovechar el ser "personal altamente cualificado" (risas).

Diego Korol compartió cábalas con Lionel Scaloni y hasta con Maradona pidiéndole un autógrafo

-Adrián, tu hermano mayor vivía en Uruguay y cuando todos los argentinos se quieren ir para allá, él decidió volver e instalarse en Chascomús. Vos ¿preferís seguir la corriente emigratoria a España?

-Es que debo ser de los últimos en llegar porque ya están todos allá (risas). Hoy me crucé a una persona que me dijo ‘hay que tener huevos para irse’ y la verdad es que huevo tiene la gente que se levanta para laburar todos los días en determinados lugares. Lo mío es otra cosa. Sí voy a extrañar, pero huevo es otra cosa. Cuando Adrián se mudó a Chascomús nadie le planteó el desarraigo y es entendible porque son 113 kilómetros. Yo lo banqué en esa mudanza y hasta compartimos el proyecto de radio Pop Chascomús. Pero a nadie le pareció cuestionable, sin embargo yo debo justificar mi decisión y no es tan grave. A un jugador de fútbol, a un director técnico que se va, no sé, a Bulgaria nadie lo cuestiona.

-Si volviera Sin Codificar ¿es una buena razón para quedarse?

-Yo no lo puedo esperar. Además acá la tele cambió bastante y uno muchas veces no tiene la decisión final de un proyecto. Allá la idea es manejarme de forma un poco más autónoma. Mi deseo mayor es poder montar una productora de contenidos pero para la región. Cubrir eventos y ofrecer un abanico de posibilidades para medios pero no solo argentinos sino también de otros países. Que un portal pueda decir "necesito cubrir tal evento" y que sepa que cuenta con alguien y alguien que lo hace bien

-Te vas sin que te echen ¿volverás sin que te llamen?

-Veremos, por ahora no hay propuestas concretas pero sí un pasaje con fecha de ida y abierta la vuelta. Va a estar bueno mostrarle otra cosa a mi hijo, no sé si mejor o peor, simplemente otra cosa. En un tiempo y entre los tres decidiremos si nos quedamos más tiempo o volvemos. No tengo nada contra el país, al contrario e insisto esto es un capítulo más no el final del libro.