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Economía en el debate: poca profundización de planes, con un Massa que no anunció ministro pero sí una moneda digital

Para quienes asistieron al debate presidencial con la esperanza de aclarar las propuestas de los tres candidatos que tienen chances de pasar al balotaje, quedó un sabor a frustración. Más allá de las chicanas e intercambios de ironías y acusaciones, no hubo mucha profundización sobre medidas concretas en un país que, según todos los analistas, se encamina a una crisis financiera de corto plazo.

Tal vez haya sido culpa del formato elegido, que con el poco tiempo otorgado a los candidatos no permitía profundizar en temas complejos. O acaso el problema haya sido que los protagonistas del debate hayan tenido un exceso de "coaching", más preocupados en lanzar frases de efecto que en debatir planes.

Lo cierto es que los temas que generan temor e incertidumbre en el mercado estuvieron casi ausentes.

Javier Milei no explicó cómo piensa llevar adelante, en la práctica, su idea de la dolarización, que es resistida por una amplia mayoría de los economistas. Patricia Bullrich no explicó cómo desarmará el cepo sin provocar inflación, ni cómo piensa implementar el régimen bimonetario. Sergio Massa no explicó de qué forma piensa revertir la ola inflacionaria al mismo tiempo que sigue inyectando pesos al mercado y limitando fuentes de ingresos tributarios.

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Lo más curioso, tal vez, no se oyó mencionar en todo el debate el riesgo de la hiperinflación, un tema del que se habla a diario en el mercado.

En ese punto, tal vez haya sido Bullrich la candidata que dejó pasar las mejores oportunidades, porque no repitió críticas que sus asesores -por ejemplo, el diputado Luciano Laspina en el debate parlamentario por el impuesto a las Ganancias- habían hecho en el sentido de que "la campaña de Massa es la más cara de la historia porque puede costar una hiperinflación".

Patricia Bullrich llegaba como la candidata más obligada a adoptar una postura agresiva: en temas de economía, sin embargo, no logró ser punzante
Patricia Bullrich llegaba como la candidata más obligada a adoptar una postura agresiva: en temas de economía, sin embargo, no logró ser punzante

Patricia Bullrich llegaba como la candidata más obligada a adoptar una postura agresiva: en temas de economía, sin embargo, no logró ser punzante

También en los últimos días se escucharon advertencias sobre que el plan de Milei podía implicar una licuación de activos por medio de un pico inflacionario, algo en lo que Bullrich tampoco profundizó.

Por llegar en la tercera posición en las encuestas, la candidata de Juntos por el Cambio era la más necesitada de mostrarse agresiva para tratar de "robarles" votantes a sus rivales. Sin embargo, estuvo menos punzante de lo esperado y se limitó a mostrar como su fortaleza el hecho de contar con un equipo profesional liderado por Carlos Melconian, un argumento que puede llegarle al electorado de nivel socioeducativo alto y de edad mediana, pero que difícilmente signifique algo para el típico votante joven y de clase baja que optó por Milei en las primarias.

Massa, con menos sofocones de lo previsto

Una de las decepciones del debate es que, contradiciendo las versiones que se habían generado en los días previos, Massa no anunció el nombre de su eventual ministro de economía.

Los rumores apuntaban a que mencionara a Roberto Lavagna -el veterano ex ministro de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner, que retomó la senda del crecimiento tras la crisis del 2001 y renegoció la deuda en default- como ministro o jefe de un equipo de asesores. También se mencionó el nombre de Marina Dal Poggetto, una respetada analista a quien Massa ya había tentado el año pasado para ser subsecretaria de política económica.

Cualquiera de esos nombres habría sido un golpe de impacto, sobre todo si su intención era ganarse la confianza del mercado en el sentido de que una eventual presidencia suya no tendría un giro kirchnerista sino que se mantendría dentro de los márgenes de previsibilidad y relativa ortodoxia económica.

En cambio, con lo que sí sorprendió Massa fue con el anuncio de que planea instaurar una moneda digital y asoció esa idea con un blanqueamiento de los dólares que los ahorristas tienen bajo el colchón. No terminó de desarrollar la idea, pero de inmediato fue un tema que generó conversación en las redes, y tal vez se convierta en uno de los temas de agenda a partir de ahora.

El solo enunciado de esa propuesta no alcanzó para entender bien el propósito ni la instrumentación, lo cual dejó el campo liberado para que los críticos del Gobierno hicieran de inmediato analogías entre su propuesta con las experiencias fallidas de monedas digitales en la región, como la del "petro" en la Venezuela de Nicolás Maduro.

En todo caso, la sección económica del debate le permitió a Massa transitar la discusión relativamente indemne. El ministro, que ya estaba preparado para escuchar las menciones a la alta inflación y el elevado número de pobres, hizo lo que todos suponían: culpó a la herencia recibida -y no solamente la de Mauricio Macri, sino también la de la gestión del ex ministro Martín Guzmán-, culpó a las exigencias del Fondo Monetario Internacional por la aceleración inflacionaria y aseguró que, bajo su presidencia, el foco estará puesto en la exportación.

Los rivales le perdonaron muchos flancos débiles. Por ejemplo, el costo fiscal del "Plan Platita", o la emisión indirecta de moneda que se continúa haciendo por la vía de que el Banco Central compre bonos del Tesoro, o por el pago mensual de 2 billones de pesos por concepto de intereses de las Leliqs.

Sergio Massa finalmente no anunció el nombre de su ministro, pero lanzó una novedad: el plan para una moneda digital
Sergio Massa finalmente no anunció el nombre de su ministro, pero lanzó una novedad: el plan para una moneda digital

Sergio Massa finalmente no anunció el nombre de su ministro, pero lanzó una novedad: el plan para una moneda digital estatal

Tampoco le recordaron que las mejoras en la estadística del empleo esconden que se crea muy poco trabajo en el sector registrado y que el rubro que más crece es el del cuentapropismo. Casualmente, lo que había denunciado hace cuatro años Alberto Fernández, quien logró un impacto al decir que el macrismo sustituía asalariados por "monotributistas que reparten pizza en bicicleta".

Lo cierto es que Massa recibió menos golpes de lo esperado. Al punto que ni siquiera tuvo que apelar a las consabidas teorías conspirativas sobre "golpes de mercado" para explicar la abrupta suba del dólar en el mercado paralelo.

Massa, en cambio, sí tuvo margen como para criticar a sus contendientes, al acusarlos de querer promover un ajuste. Y, en el caso específico de Milei, de estar intentando "un salto al vacío" con su propuesta para cerrar el Banco Central.

Milei, aferrado a su libreto

El economista libertario lidera las encuestas y, como indican los manuales, hizo lo que se esperaba de un candidato que va primero: arriesgar lo menos posible. Sabedor de que todo el país estaría atento a su carácter impulsivo, se mostró cortés y relativamente contenido en el momento de los cruces.

A la hora de fundamentar, repitió argumentos ya explicitados en la campaña, abusó algo de la jerga técnica y pareció centrar sus ataques en Bullrich, a quien le reprochó que Juntos por el cambio hubiera votado presupuestos con déficit fiscal. Pero, sobre todo, sabiendo que su rival no domina la economía en términos técnicos, intentó acorralarla al exigirle una explicación sobre cómo pensaba resolver el problema de las Leliqs, a las que cuantificó como el equivalente a 9 puntos de los 14 que, según su estimación, es el déficit fiscal real.

Bullrich se mostró evasiva en ese punto, lo cual le dejó un round a favor de Milei. Pero lo curioso del intercambio es que el propio líder de La Libertad Avanza tampoco explicó qué es lo que él haría con las Leliqs.

En las últimas semanas hubo declaraciones de sus principales asesores, en algunos casos algo confusas y hasta contradictorias, que contribuyeron a generar más incertidumbre. Darío Epstein, que viene de reunirse con un grupo de inversores en Nueva York, dijo a su regreso que había traído "algunas ideas concretas" de su viaje pero que debía conversarlas con Milei. Lo que sí dejó en claro es que no comparte algunos diagnósticos "de voluntarismo fácil" sobre que las Leliqs pueden ir disminuyendo gradualmente apenas con una mejora en la credibilidad y un crecimiento en la demanda de pesos. Prometió una solución "sin sorpresas, sin licuaciones ni Plan Bonex".

Javier Milei, desde el liderazgo en las encuestas, arriesgó poco y no dio precisiones sobre sus iniciativas más polémicas
Javier Milei, desde el liderazgo en las encuestas, arriesgó poco y no dio precisiones sobre sus iniciativas más polémicas

Javier Milei, desde el liderazgo en las encuestas, arriesgó poco y no dio precisiones sobre sus iniciativas más polémicas

Además, el asesor había dado otra pista importante al afirmar que mantendría el mecanismo de "rolleo" de los vencimientos de deuda en pesos, y descartó cualquier tipo de "reperfilamiento". Sin embargo, provocó "ruido" en el mercado financiero la prédica de Carlos Rodríguez, coordinador de asesores de Mieli, quien insinuó que se podría hacer una quita de capital sobre la deuda indexada del Tesoro, y que habría una alternativa para hacerlo de forma legal, sin que se lo pudiera asimilar a una ruptura contractual.

Un empate con una perdedora

En definitiva, el debate transcurrió como muchos politólogos habían vaticinado: con los candidatos más preocupados por "cuidar el propio arco" que por arriesgar a salir a buscar la victoria, por ponerlo en términos futboleros.

Con discursos previamente ensayados y poco margen para la discusión real, hay cierto consenso sobre que fue un empate. Lo cual, claro, significa un mal resultado para Bullrich, que era la más necesitada de levantar el perfil.

Queda un segundo encuentro, en el que tal vez se intenten reparar los puntos flojos. Pero, por lo visto en la noche del domingo, parece raro que Milei se quiera arriesgar a dar mayores detalles sobre cómo piensa implementar la dolarización o qué tiene previsto hacer con la deuda del Tesoro.

Ni que Massa se corra un centímetro de su discurso "productivista", basado en el optimismo de que el año próximo llegarán dólares gracias a que llovió en la zona agrícola y a que estará plenamente operativo "su" gasoducto.

Mientras tanto, el dólar sigue su carrera alcista y los ahorristas y consumidores profundizan su conducta defensiva, ante lo que pueda ocurrir el lunes post elección: una incertidumbre sobre todos los precios de la economía.