El sueño de tener una supercasa no te hará feliz: palabra de milmillonario
Incluso cuando su patrimonio neto superaba los US$ 2.500 millones, Charlie Munger jamás cedió a la idea de construirse una megamansión. El genio de las finanzas y mano derecha de Warren Buffett en Berkshire Hathaway vivió en la misma casa durante siete décadas: “Lo hice a conciencia”, dijo en su última entrevista a CNBC antes de fallecer a los 99 años.
“Todos nuestros amigos se volvían ricos y construían casas mejores y más grandes”, recordó en la entrevista, grabada en su casa de California. “Y, naturalmente, [Warren y yo] podíamos: ambos consideramos casas mejores y más grandes. Yo tenía una enorme cantidad de hijos, por lo que incluso era justificable…”.
Aun así, Charlie Munger no se sentía cómodo con un estilo de vida “en que me pareciera al duque de Westchester o algo así”, confesó. Y lo iba a evitar a toda costa porque tenía una razón lo suficientemente fuerte: “No pensé que sería bueno para los niños”. Munger tuvo nueve hijos en dos matrimonios, incluidos dos hijastros y un hijo que murió de leucemia a los 9 años.
“Los consentiría demasiado. Cuando creces en una familia rica, [te enseñan que] tu deber es utilizar la riqueza y vivir grandiosamente. Eso es lo que todos hacen con el dinero. Y aprendes de las personas que lo están haciendo así”, dijo y explicó que sus hijos deben estar preparados para cualquier dificultad que la vida les depare, en lugar de tomar el camino más corto hacia el éxito.
Una casa más grande te hará infeliz
Munger también estaba convencido de que, contrario a lo que se piensa, una casa más grande o más lujosa hace a las personas más infelices. “Hemos visto a nuestros amigos ricos construir estas casas realmente elegantes. Y yo diría que en prácticamente todos los casos hacen a la persona menos feliz, no más feliz”, aseguró.
“Warren ha vivido en su casa durante unos 60 años. Somos similares”, dijo sobre su amigo y compañero de negocios de 93 años. El CEO de Berkshire Hathaway, con un patrimonio de US$ 117.600 millones, vive en la misma casa que compró por US$ 31.500 en 1958.
El propio Buffett ha dicho en otras ocasiones que su calidad de vida sería peor si tuviera “seis u ocho casas”. “Mi vida no podría ser más feliz. Tengo todo lo que necesito y no necesito más porque no hace ninguna diferencia después de un punto”, reflexionó durante la reunión de accionistas de Berkshire Hathaway de 2014.
“Hay cosas que el dinero no puede comprar”, continuó. “No creo que el nivel de vida sea equivalente al costo de vida más allá de cierto punto. Buena vivienda, buena salud, buena comida, buen transporte. Llega un punto en el que empiezas a tener una correlación inversa entre riqueza y calidad de vida”.
Durante la misma reunión, Munger apuntó a la frugalidad como “básicamente la forma en que surgió Berkshire”. “Miro a esta audiencia y veo mucha gente discreta y frugal. Nosotros los atraemos”.
Al igual que Buffett, Munger a menudo predicaba los beneficios de vivir modestamente. En la entrevista de CNBC, atribuyó su éxito -y longevidad- a un sentido de cautela arraigado desde hace mucho tiempo y a su capacidad de “evitar todas las formas habituales de fracasar”.
“La cuestión no es mantenerse rico, sino mantenerse cuerdo”, dijo al respecto. “La locura es mucho más común de lo que piensas. Es fácil volverse loco. Simplemente, evítalo, evítalo, evítalo”.
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