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La Fed hace equilibrios para gestionar una economía "bipolar" y "desamparada"

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, en Washington

Por Howard Schneider

WASHINGTON, 12 dic (Reuters) - Después de jugar a ponerse al día con la inflación durante el año pasado, en un cambio de política monetaria que se hizo urgente por el aumento incesante de los precios, la Reserva Federal de EEUU se enfrenta ahora a un juicio más sutil, ya que tendrá que determinar si la economía es lo suficientemente sólida como para seguir aguantando tasas de interés aún más altas o está en la antesala de un desplome.

Los mercados financieros y los pronosticadores profesionales parecen estar preparándose para esto último. Los inversores estadounidenses, desde los rebeldes de las criptomonedas hasta los leales a los fondos indexados, han perdido más de 8 billones de dólares este año mientras los mercados se desinflaban ante las subidas de tipos más rápidas de la Reserva Federal en 40 años; los mercados de bonos parecen convencidos de que se avecina una recesión; los economistas, en encuestas elaboradas por Reuters y otros, están de acuerdo.

Sin embargo, ese entorno aparentemente de estrés también está sosteniendo unas tasas de desempleo que se encuentran en mínimos históricos para los latinos y cerca de mínimos históricos para la población negra. Los incrementos salariales son fuertes y el consumo, pilar del crecimiento económico estadounidense, sigue aumentando incluso después de ajustar la inflación.

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Muchos factores influyen en el momento y en el hecho de si la economía entra en recesión, pero invariablemente implicará un aumento del desempleo y una caída del consumo.

"La economía nunca ha estado tan desamparada como ahora", escribía Bob Schwartz, economista estadounidense de Oxford Economics, en un análisis reciente en el que exponía el conjunto "bipolar" de circunstancias que los responsables de la Reserva Federal analizarán en su reunión de dos días de esta semana.

La confianza de los consumidores es pésima, peor que cuando la economía estaba en plena pandemia, pero las cuentas bancarias y el gasto siguen saneados; el sector manufacturero se contrae, pero el sector servicios prospera con el crecimiento mensual del empleo y los salarios como prueba de ello; hay indicios de que la inflación está remitiendo, con los precios de la gasolina de vuelta a donde estaban hace un año, pero sigue siendo más alta de lo que muchos han visto en su vida y continúa estirando los presupuestos familiares con el aumento de los alimentos y otros costes.

Los indicios de debilidad son suficientes para alimentar la idea de una recesión inminente.

"Probablemente esté empezando ahora", afirmó Dana Peterson, economista jefe del Conference Board, que citó el descenso constante este año en la lista de indicadores económicos adelantados del grupo empresarial, y la sensación casi unánime en una encuesta reciente de directores ejecutivos de que la recesión se acerca.

"NO ES UN DEPLOME"

También hay suficientes indicios de solidez como para hablar de un crecimiento continuado.

"Hay indicios de que el mercado laboral se está enfriando, se está erosionando un poco, pero no es un desplome... No parece que vaya a entrar en recesión", afirma Guy Berger, economista jefe de LinkedIn, señalando un aumento mensual del empleo de más de 250.000 puestos y una escasez crónica de personal en algunos sectores.

Los responsables de la Reserva Federal recibirán nuevos datos sobre los precios al consumo al comienzo de su reunión del martes, y esperan que muestren una continua ralentización del aumento de los precios, después de que la inflación anual se redujera en octubre por debajo del 8% por primera vez en ocho meses.

La Reserva Federal ha anunciado su intención de seguir subiendo los tipos de interés para enfriar la economía y mantener los precios bajo control. Pero también planean actuar en pasos más pequeños. Tras una serie de importantes subidas de tipos de tres cuartos de punto este año, que han llevado el tipo de interés objetivo de casi cero en marzo a una horquilla de entre el 3,75% y el 4%, se espera que los banqueros centrales estadounidenses añadan medio punto más durante una reunión de dos días que concluye el miércoles.

A las 2 p.m. EST (1900 GMT) se emitirá un nuevo comunicado de política monetaria y a las 2:30 está prevista una conferencia de prensa del presidente de la Fed, Jerome Powell.

La decisión de actuar en pasos más pequeños es a la vez un reconocimiento por parte de los dirigentes monetarios de la Fed de que pueden estar cerca de un punto de parada después de los agresivos movimientos de tipos de este año, y que cada paso a partir de aquí plantea los riesgos que supondría ir demasiado lejos.

Hasta la fecha, los responsables de la Reserva Federal no creen que se hayan excedido.

"Por mucho que se hable de hundir la economía y quebrar los mercados financieros, no ha sido así", dijo el gobernador Christopher Waller sobre el cambio de política monetaria de la Fed este año, el más agresivo desde que el expresidente de la Fed Paul Volcker lidió con un brote más grave de inflación en la década de 1980.

UN ATERRIZAJE SUAVE "PLAUSIBLE"

Eso no significa que no vaya a hundirse. Junto con la última decisión sobre los tipos de interés, la Reserva Federal ofrecerá el miércoles proyecciones actualizadas sobre los tipos futuros, el tiempo que se mantendrán y la respuesta de la economía. Se trata de una perspectiva que mostrará si el banco central sigue creyendo que puede reducir la inflación sin perjudicar gravemente al mercado laboral, y marcará el tono del debate económico estadounidense en las primeras fases de la campaña presidencial de 2024.

Los inversores en bonos parecen haber hecho sus apuestas, con las curvas de rendimiento de los tipos de interés "invertidas" en lo que tradicionalmente se ha visto como una señal de que se avecina una recesión.

Los economistas de Reuters, la Asociación Nacional de Economía de la Empresa y la Reserva Federal de Filadelfia han pronosticado un crecimiento cercano a cero para 2023 y una alta probabilidad de una recesión total.

Pase lo que pase, según el comité de 51 analistas profesionales de la NABE, la Reserva Federal será el centro de atención.

"Dos tercios de los miembros del comité indican que el mayor riesgo a la baja para las perspectivas económicas de EEUU hasta 2023 es 'demasiada restricción monetaria'", dijo el grupo. "El mayor riesgo al alza también está vinculado a las medidas de política monetaria", si la Reserva Federal dirige la economía hacia el "aterrizaje suave" que pretende para evitar la recesión.

En cualquier caso, es probable que 2023 lo decida todo.

Powell se ha negado a pronosticar el resultado, limitándose a decir que un aterrizaje suave sigue siendo "plausible".

Dependerá de cómo evolucione la inflación. Acontecimientos como el descenso de los alquileres han dejado entrever una posible desinflación. También dependerá de cómo se adapte el mercado de trabajo, ya sea en los márgenes, mediante una ralentización de la contratación y el crecimiento salarial, o en el núcleo, con despidos lo suficientemente amplios como para elevar sustancialmente la tasa de desempleo.

Algunos, como Berger, insisten en que hay una salida.

"Si los optimistas tienen razón, el mercado laboral se ajustará, la Reserva Federal estará satisfecha con la evolución de la inflación y dejará de pisar el freno con tanta fuerza", afirma Berger. "Entra dentro de lo posible".

(Reporte de Howard Schneider; editado en español por Flora Gómez)