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Medicina del futuro. Los robots para farmacias y quirófanos llegan a la Argentina

Una vista del robot Da Vinci en un quirófano
Solo hay cinco robots Da Vinci en la Argentina - Créditos: @Shutterstock

Desde sus inicios, en la década de 1980 hasta la actualidad, la robótica aplicada a la medicina avanza en Argentina en el apoyo tanto de procedimientos médicos como de tareas afines. Por ejemplo, cuando vas a comprar un remedio.

Autómata farmacéutico

Se ha comprobado que los robots que gestionan y administran medicamentos –almacenamiento y expendio– a través de buzones reducen el error humano y hacen que los trabajadores de las farmacias solo se ocupen de la atención al paciente recibiendo la receta y solicitándole al sistema robótico su entrega. Esto reduce el tiempo de espera en la compra y, en consecuencia, el consumidor está más satisfecho.

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“En Argentina hay, aproximadamente, unas cincuentena farmacias que han incorporado esta tecnología”, comenta el Dr. Juan Carlos Ortega, decano de la Escuela Superior de Ciencias de la Salud de la Universidad de Morón.

Por ejemplo, la cadena de farmacias Chester, de Mendoza, tiene tres robots Rowa, y están armando el cuarto equipo. Diseñado en Alemania, consta de un brazo mecánico que le permite ordenar productos para maximizar la capacidad de almacenamiento. Así, se aprovecha la gestión del inventario y la dispensa de medicamentos.

Luis Pérez, de área administrativa de esta farmacia cuenta la experiencia: “Tras comprar la primera máquina y acceder a sus ventajas, decidimos instalar más. A grandes rasgos, el principal beneficio es que eliminamos los errores humanos. Por ejemplo, los distintos medicamentos de un mismo laboratorio tienen cajas similares, y a veces la persona de atención al cliente entrega la caja equivocada. Desde que tenemos estos equipos, esto no ha vuelto a suceder”.

Entre otros detalles, el robot registra las fechas de vencimiento y las presenta de forma amigable, de forma tal que la farmacia puede armar promociones de productos de perfumería para comercializar antes con estos ítems cuya fecha de caducidad está mas cerca. Además, Rowa limpia las estanterías con una felpa especial.

Como pasa ante cualquier avance de la robótica, los humanos temen perder su trabajo, y esto sucedió con algunos farmacéuticos de Farmacias Chester, “pero ocurrió todo lo contrario: al contar con una mayor cantidad de pacientes que vienen a nuestros locales a comprar medicamentos, hemos contratado más farmacéuticos”, comenta, y cada persona, en promedio, compra cinco o más medicamentos, por lo que era indispensable acelerar la entrega.

Intervenciones más precisas

Por otra parte, en el país también se realizan cirugías utilizando maquinaria especializada de robots. En este caso se aplica una técnica muy avanzada que permite al cirujano obtener una mayor precisión y mejor visualización en tres dimensiones, comparado con las cirugías convencionales no asistidas.

El robot Da Vinci Xi es actualmente la plataforma más evolucionada destinada a la cirugía robótica, y está instalado en la Argentina para atender especialidades como urología, cirugía general, ginecología, cirugía torácica, cirugía cardíaca, cirugía pediátrica y otorrinolaringología.

“El dispositivo permite una cirugía mínimamente invasiva y garantiza intervenciones de mayor precisión”, explica el Dr. Norberto Bernardo, que es médico especialista en cirugía urológica mínimamente invasiva, y que opera con este robot, que es la herramienta más sofisticada del mundo que para los cuadros que debe tratar.

El especialista describe: “Desde la consola quirúrgica el cirujano controla y maneja, gracias a los pedales y los manipuladores, el endoscopio 3D y los instrumentos articulados del robot. Así es como trabajo con los ojos, las manos y el campo perfectamente alineados y controlados desde la consola. La visión detallada, los movimientos a escala de las manos y la posibilidad de pasar de una vista del campo completo a un modo de múltiples imágenes hacen que mis maniobras sean más seguras, precisas y firmes”.

Para el paciente, las ventajas son notables: reduce la probabilidad de infección casi 0, cuando en una cirugía convencional va del 2 a 3%, y la pérdida de sangre es mucho menor. Además, causa menor dolor y la recuperación es en general más rápida. Además, la estadía en el sanatorio se reduce a uno o dos días.

Si bien en nuestro país hay casos concretos, es largo el camino por recorrer en cuanto a la implementación de robótica aplicado a la medicina y afines: “En realidad, la Argentina siempre estuvo a la vanguardia de la incorporación de nuevas tecnologías médicas, el problema actual son los costos para adquirir los robots y la tecnología que los acompaña, no la falta de conocimiento o capacidad; es nada más que una cuestión económica. De hecho, solo hay cinco robots cirujanos Da Vinci en la Argentina”, explica Ortega.

De cara al futuro, el panorama es auspicioso para esta disciplina. “La robótica médica llegó para quedarse en el campo de las ciencias de la salud. De todos modos, todavía es una tecnología incipiente en vías de un gran desarrollo, donde para su implementación se deberá capacitar al recurso humano, y sus costos deberán estar al alcance de toda institución sanitaria, para que la mayoría de la población pueda acceder a sus beneficios. Como reflexión final, debemos entender que toda incorporación tecnológica debe estar acompañada por el recurso humano y debe ser complementaria. De ninguna manera puede desplazarlo o sustituirlo”, concluye Ortega.