Miss Universo: ¿Podrá el mexicano Raúl Rocha Cantú devolverle el brillo y el éxito económico?
Raúl Rocha Cantú es el salvavida para la millonaria tailandesa Anne Jakkaphong, también para un Miss Universo que perdió su estabilidad en 2015 tras la venta por parte de Donald Trump. Sin embargo, no tiene experiencia en este sector
"Cuando compré los concursos de belleza hace muchos años, estaban en serios problemas. Ha sido un honor volverlos tan exitosos y verlos crecer”. Cerraba Donald Trump con estas palabras su etapa como dueño de la franquicia de Miss Universo en 2015, lo que iniciaba –sin saberlo– una década de inestabilidad para la organización.
En los últimos 10 años el Miss Universo –y sus pares Miss USA y Miss Teen USA– han pasado por cuatro administraciones distintas, atravesando un periodo que ha restado brillo en el escenario y en las finanzas. El último en tomar el timón es el mexicano Raúl Rocha Cantú, un empresario de Monterrey sin experiencia en el área de la belleza y la moda.
La entrada en el juego de Rocha Cantú es un salvavidas para Anne Jakkaphong, la millonaria tailandesa que compró la organización en 2022. Enfrentó una crisis de liquidez a finales del año pasado que le impidió pagar una deuda de 12,4 millones de dólares, una cifra apenas inferior a los 16 millones de dólares que acordó con el empresario mexicano por la venta de 50% de las acciones del concurso de belleza.
Una mala jugada
A juzgar por la sucesión de malas noticias, la compra del Miss Universo por parte de Jakkaphong en octubre de 2022 fue una pésima decisión o una infructuosa acción desesperada para buscar ganancias en nuevos negocios. Ambas cosas, quizás.
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JKN –la compañía de Jakkaphong– desembolsó 20 millones de dólares para quedarse con las franquicias de Miss Universe, Miss USA y Miss Teen USA en octubre de 2022, tras lo cual comenzaron a encenderse las alarmas financieras. Las acciones cayeron más de 90% en comparación con el año anterior, y la Bolsa de Valores de Tailandia emitió advertencia sobre las garantías de las acciones.
La firma terminó por declararse en quiebra en Tailandia, su país sede oficial, menos de un año después de la compra del grupo de concursos de belleza. “La adquisición por 20 millones de dólares de Miss Universe, Miss USA y Miss Teen USA en octubre de 2022 fue un esfuerzo para hacer crecer el negocio internacional de JKN”, dice un reportaje de Asia Nikkei.
JKN estaba posicionada como una productora y distribuidora de contenido asiático, pero la crisis sanitaria por la Covid en 2020 –analiza la agencia asiática de noticias– los hizo embarcarse en una “carrera loca” por adquirir y desarrollar programas. “A medida que las audiencias salieron del bloqueo, la audiencia disminuyó y los inventarios de contenido comenzaron a perder valor”.
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"Adquirir Miss Universo podría haber sido un error. Cuando se tiene un flujo de caja negativo, hay que tener cuidado con las inversiones", dicen los analistas consultados de Asia Nikkei. La agencia de noticias confirmó que la transacción financiera con Legacy Holding Group –la compañía de Rocha Cantú– se completará en septiembre, pero el acuerdo ya representa un paso adelante para reflotar la compañía de Jakkaphong. Las acciones de JKN ya han subido un 81%.
Números rojos
El Miss Universo no ha logrado aumentar significativamente su valor patrimonial en la última década. Cuando Trump vendió la firma –tras 20 años como accionista– el concurso estaba valorado en 14,8 millones de dólares, según un reportaje que publicó The Guardian en 2015 cuando el millonario iniciaba su carrera por la presidencia de EEUU.
Y aunque los nuevos dueños del concurso generaron confianza porque IMG era una compañía productora de eventos y agencia de modelos, su “reinado” tuvo bastantes tropiezos. El primero de ellos fue público, cuando el animador Steve Harvey se equivocó al anunciar el nombre de la ganadora y sólo rectificó cuando ya la colombiana Ariadna Gutiérrez estaba coronada.
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“El desfile preliminar, donde se escogen las 15 finalistas, nunca había sido tan austero. Una tarima en un salón de conferencias fue escenario del evento. La producción fotográfica también ha dejado mucho que desear frente a años pasados, cuando brillaba por su calidad y originalidad”, criticaba un reportaje publicado en 2017 por Las 2 Orillas sobre la edición de Miss Universo que se realizó entonces en Las Vegas, EEUU.
La era mexicana
Cuando debutó la tailandesa Jakkaphong como propietaria del Miss Universo en 2022, era prácticamente una desconocida por este lado del mundo. Y transcendió más su condición de transexual, que sus millonarios negocios en el mundo del entretenimiento asiático.
Esta mujer pagó 20 millones de dólares por la franquicia del concurso. Tomó una empresa nuevamente en crisis, cuando sus dueños habían decidido –según New York Post– posponer su edición 71 para el año 2023 ante las dificultades financieras que tenían y hasta que existiera un comprador para la organización.
La historia hoy es otra. Raúl Rocha Cantú es dueño de una decena de empresas, todas bajo el paraguas de Legacy Holding Group, pero ninguna vinculada –ni de cerca– a los concursos de belleza. El mexicano era el propietario del Casino Royale (Monterrey), que en 2011 enfrentó un atentado de la banda criminal “Los Zetas” y fueron asesinadas 52 personas. Una mancha en su hoja empresarial.
Ya en julio de 2023 había trascendido que Rocha Cantú trabajaba en alianza con Jakkaphong en el lanzamiento de una línea cosmética de productos para el cuidado de la piel. También fue quien anunció en noviembre pasado –durante la edición del certamen– que México será la próxima sede del Miss Universo en 2024.