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Reducción de jornada laboral: el Gobierno propone que sea progresiva, pero asoman dudas en el Congreso

La decisión del oficialismo de retomar el debate sobre la reducción de la jornada laboral en el Congreso fue empujada por las centrales sindicales y llevó al Gobierno respaldar la iniciativa pero también a pedir que este cambio se aplique de manera "escalonada" y con atención a la "productividad" de cada sector. La idea no disgustó a los diputados de la oposición, aunque la posibilidad de que salga la ley en el corto plazo aparece condicionada.

El tema empezó a tratarse este martes en la Comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados que encabeza la oficialista Vanesa Siley, surgida del gremio de empleados judiciales. Entre los siete proyectos de ley a la vista, varios son de diputados referenciados en la CGT y en la CTA, como Sergio Palazzo (Bancarios) y Hugo Yasky (es líder de CTERA).

La ley 11.544 que fue sancionada en 1929 y rige hasta hoy estipula un máximo de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales para la jornada laboral. Los proyectos presentados plantean reducirla a 30, 36 o 40 por semana, con jornadas que varían entre las 6 y las 8 horas diarias. El de Palazzo da un paso más al proponer que sea de cuatro días. Ninguno plantea una reducción salarial.

Desde dentro del bloque oficialista, los gremios fueron los grandes impulsores del debate. El Gobierno, hoy encarnado más en la figura del candidato Sergio Massa que del presidente Alberto Fernández, lo aceptó, sin desconocer la importancia de la CGT y la CTA para su campaña electoral, y mandó a la ministra de Trabajo, Raquel "Kelly" Olmos a sentar postura.

Reducción de la jornada laboral: el planteo que envió el Gobierno al Congreso

Con la multiplicidad de proyectos sobre la mesa, la ministra no fijó la posición del Gobierno respecto de cuántas horas debería reducirse la jornada, aunque sí mencionó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) "acepta las 48 horas como máximo" por semana también emitió una norma que "plantea como objetivo para combatir el desempleo la posibilidad de reducirla a 40".

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Olmos dejó así en claro que el Gobierno le dejará esa definición al Congreso. No obstante, tras remarcar que el Ministerio de Trabajo apoya la iniciativa, realizó las dos aclaraciones más importantes. "Por un lado, lo que promovemos es que, de adoptarse una reducción, se haga de una manera escalonada, no se puede hacer abruptamente de un día para el otro".

La ministra Olmos señaló que si se reduce la jornada laboral debe ser progresivo y atender a los convenios por actividad

"Lo otro es también fortalecer las competencias de la negociación tripartita de cada convenio colectivo de trabajo a los efectos de que se adecúe a la productividad de cada actividad", agregó la funcionaria nacional. Al igual que los diputados del oficialismo y otros invitados, destacó que otros países de la región y de Europa ya empezaron a avanzar con la reducción de la jornada laboral y muestran una mejora de la productividad de las empresas.

No obstante, la aclaración como voz autorizada del Gobierno sobre la necesidad de contemplar esto en una futura ley fue importante para el debate parlamentario, porque el tema de la "productividad" y de las particularidades de cada actividad fue señalado varias veces por los invitados más críticos de la iniciativa como Julio Cordero, vicepresidente del Departamento de Política Social de la Unión Industrial (UIA) y los diputados de Juntos por el Cambio.

Juntos por el Cambio: ¿en contra o a favor?

Al tomar la palabra durante la reunión, el diputado de Juntos por el Cambio Martín Tetaz se declaró "fan de la reducción de la jornada laboral" y aceptó que "es una realidad sistemática en todos los países del mundo sin excepción en los últimos 100 años", aunque puso reparos sobre el tema en el contexto actual de la Argentina.

Tetaz remarcó que "se plantea reducir la jornada pero manteniendo los salarios y eso requiere mantener la productividad", pero este factor "es heterogéneo" según cada actividad. "No pretendamos que por reducir la jornada laboral vamos a generar aumento de productividad", indicó el diputado, al tiempo que señaló que "si se abre la puerta al experimento" debería ser "voluntario".

A su turno, la diputada de la Coalición Cívica Mónica Frade se expresó en contra de reducir la jornada "a 36 horas" semanales porque no ocurre en ningún punto la región y señaló que en países como Chile "más bien están haciendo exploraciones de qué pasa" pero plantean "reformas de estas características a 5 años con 40 horas semanales". Luego señaló que le pareció "grata" la exposición de Olmos por haberse referido a la "progresividad" y a la "productividad" de cada sector.

De esta forma, Juntos por el Cambio abrió la puerta a debatir y estudiar el tema, sin limitarse a un proyecto puntual. A diferencia de otras iniciativas del oficialismo que avanzan en el Congreso al ritmo de la campaña electoral de Massa, en este caso la bancada opositora no expresó un rechazo cerrado, aunque tampoco aplaudió la idea.

En la comisión, Tetaz expresó reparos por parte de JxC pero la oposición dejó la puerta abierta a profundizar el debate

Un eventual apoyo, al menos parcial, de Juntos por el Cambio a la reducción de la jornada laboral podría ser central para que avance un proyecto en ese sentido debido a que el oficialismo no tiene una mayoría propia y consolidada en Diputados ni tampoco en el Senado. Sin embargo, la posibilidad de que la ley laboral cambie en el corto plazo hoy parece baja.

Los tiempos, la campaña y la renovación del Congreso: las dudas que rodean al tema

La reunión de la Comisión de Legislación del Trabajo fue a título informativo. Es decir, se escuchó a invitados de distintos sectores pero el oficialismo no apuró la firma del dictamen para llevar al recinto. La semana próxima habrá un nuevo encuentro para escuchar otras voces pero tampoco está previsto liquidar el debate, según deslizaron fuentes parlamentarias a iProfesional.

Ciertamente, en el oficialismo está la idea de que "este debate que comienza hoy tenga un resultado y que en la Argentina se pueda reducir la jornada", como expresó Eduardo Valdés, pero si no se firmara un dictamen la semana próxima, el tema quedaría para la segunda de octubre, con las elecciones generales casi encima.

En rigor, los tiempos dan para que la Cámara de Diputados le dé media sanción a un proyecto antes de los comicios del 22 de octubre, pero para acelerar de esa manera el oficialismo tendrá que tejer acuerdos con otros bloques y juntar el quórum, algo ya de por sí difícil cuando todos están en campaña.

Pero a esto se le agrega el factor que más puede condicionar el avance de una norma para reducir la jornada laboral: la renovación de la mitad de las bancas de la Cámara de Diputados y de un tercio del Senado que se definirá en las elecciones del 22 de octubre. Esto es algo que el interbloque de Juntos por el Cambio tiene muy presente cuando plantea debatir en detalle el tema y no apurarlo.

Todos asumen a fin de año, pero mientras la futura composición del Congreso se conocerá en octubre la definición sobre quién será el próximo Presidente podría demorarse hasta noviembre si hay balotaje. Es decir, los diputados sabrán en octubre cómo serán las mayorías y minorías a partir de diciembre pero no cómo operarán, porque eso dependerá de cuál sea el signo político del futuro Gobierno y, por lo tanto, su postura sobre los temas que estén pendientes en el Congreso.

La campaña electoral y la inminente renovación del Congreso ponen dudas sobre los tiempos de la discusión

En algo como es la reducción de la jornada laboral sin reducción salarial, ciertamente habrá diferencias entre la mirada de Massa y los gremios peronistas, la del libertario Javier Milei o la de Patricia Bullrich.

Esas especulaciones -inevitables en una campaña- abren dos caminos para el tema de la reducción de la jornada laboral: una es que el oficialismo intente acelerar para cambiar la ley antes del 10 de diciembre, aunque para eso necesitará apoyos que pueden variar según cómo le vaya en las elecciones; la otra es que el debate se trabe entre la campaña y los ajustados números del Congreso hasta nuevo aviso.

Qué dijeron los invitados y cuál es la experiencia internacional

Una de las voces más críticas durante el debate en comisión fue la de Cordero. El representante de la UIA señaló: "¿Tanto dudamos de las negociaciones colectivas? Porque en las negociaciones colectivas se han establecido jornadas diferentes para las distintas actividades, las mineras, las petroleras, etcétera".

"Entonces, ¿el Estado a qué viene con una norma que entra por la ventana cuando las negociaciones colectivas están abiertas?", agregó Cordero, quien se expresó así a favor de que la jornada se defina por actividad.

Otras voces fueron más favorables a la iniciativa. Una fue la de Ricardo Peidró, secretario adjunto de la CTA, quien subrayó que "la jornada laboral en la Argentina es una de las más altas en la región" mientras que Luis Padín, de la Corriente mencionó que "la disminución de la jornada laboral debe ser sin pérdida y que reparta el trabajo existente".

Una de las escuchadas con más atención fue la secretaria Internacional, Cooperación y Migraciones de Comisiones Obreras de España, Cristina Faciaben, quien contó que en dicho país la jornada laboral se determina por convenio colectivo.

El debate continuará en los próximos días pero la posibilidad de una nueva ley en el corto plazo es difusa

La española indicó que la reducción de la jornada "puede llevar a mejoras de la productividad por todas las ventajas y la calidad del empleo y el salario, son factores positivos que permiten más ese ser más productivo".

La experiencia internacional es uno de los puntos más mirados por los diputados. En España, la duración máxima de la jornada laboral es de 40 horas semanales y se prevé llegar progresivamente a 32.

En Reino Unido se realizó un ensayo en 2022 y unas 60 empresas privadas con más de 2.000 empleados adoptaron un régimen laboral de 4 días a la semana, sin reducción de salarios. En Chile, recientemente se redujo de 48 horas semanales a 45, pero el gobierno implementó un sistema para reconocer a las empresas que aplican un régimen de 40 horas.