Yahoo Finanzas La mujer que le volteó la tortilla a la misoginia, creó su propia app de citas, y se hizo millonaria
La aplicación de citas Bumble permite que las mujeres den el primer paso a la hora de escoger un candidato
Whitney Wolfe Herd es el vivo ejemplo de que las malas experiencias se pueden revertir y capitalizar. La fundadora y CEO de la aplicación de citas Bumble supo sortear el machismo y la misoginia para crear su propia empresa en la que las mujeres tienen el poder de dar el primer paso para seleccionar a un posible candidato a convertirse en pareja o amigo.
Su idea la convirtió en una de las mujeres más jóvenes en sembrar y cosechar una fortuna millonaria gracias a su capacidad de voltear la tortilla a la adversidad, a sus conocimientos previos como cofundadora del archiconocido sitio de citas Tinder y a la mano que le tendió su colega y amigo Andrey Andreev, creador de Badoo.
Sin embargo, la historia no es tan hollywoodense como suena porque el camino fue pedregoso y espinado, porque si bien Tinder le enseñó cómo fundar y operar una aplicación de citas, también le causó conflictos y una salida en malos términos de esa empresa a la que demandó por acoso sexual.
Fueron muchos los obstáculos que se le presentaron en el camino a esta rubia nacida en la estadounidense Salt Lake City el 5 de julio de 1989, incluyendo la propia frustración y el desánimo que le dejó la batalla en su anterior trabajo.
Así que cuando finalmente superó los baches y lanzó la nueva app se convirtió en la inspiración de otros emprendedores.
“A todos los pioneros, ya sea en nuestras plataformas, en los negocios o en la vida: ustedes son de lo que se trata hoy, nunca acepten un no por respuesta, crean en sí mismos y conviertan su dolor en propósito. Lo más importante es tratar a las personas con amabilidad y soñar en grande”, dijo Wolfe en 2021 en declaraciones recogidas por Vogue.
Wolfe fundó su empresa en 2014 y al poco tiempo el proyecto fue tomando una forma más redonda y más cercana a lo que la joven quería lograr. Cada vez fue más obvio para ella que cuando una aplicación le da a la chica el poder de decidir con quién citarse, la cantidad de rechazos para ambos lados es casi nula.
Para la joven que hacía pocos años se había licenciado en Estudios Internacionales en la Universidad Metodista del Sur de Texas, el mundo apenas se estaba abriendo a sus ojos.
Rodeada de machos
Una fórmula en la que las mujeres tienen la iniciativa parece coherente en la segunda mitad del siglo XXI, un tiempo en el que las nuevas relaciones están naciendo de aplicaciones tecnológicas y no de encuentros casuales que le impiden a las chicas tener una mayor capacidad de maniobra, sobre todo si se trata de culturas en las que la bandera del machismo está todavía ondeando.
Wolfe dice que supo lo que era el machismo cuando estaba en la escuela secundaria y su novio la maltrató al punto de alarmar a todo su entorno cercano.
Amigos y familiares aseguran haber presenciado escenas de violencia de este exnovio hacia Wolfe entre las que se cuentan amenazas con pistola, lanzamiento de objetos e insultos misóginos dirigidos tanto a ella como a su madre y hermana.
“Sufrí un abuso emocional severo por parte de mi novio en la escuela secundaria durante mis años de formación y eso me redujo a la nada”, dijo Wolfe a Time en declaraciones ofrecidas hace un par de años.
Más tarde se haría novia de Justin Mateen, con quien fundó Tinder junto a Sean Rad. Pero ahí se enfrentaría a otra amarga experiencia en la que la misoginia y el machismo volvieron a asaltarla.
Cuando Wolfe dejó Tinder -empresa en la se desempeñó como vicepresidenta de marketing además de ser cofundadora- se había embarcado en un proceso de demanda contra la compañía por “atroz acoso sexual y discriminación sexual” y entre sus alegatos se señalaba que había un patrón de comportamiento “amenazante y abusivo” por parte de Mateen quien también era su jefe.
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En la demanda, Wolfe afirmó que fue despedida de Tinder tras soportar por más de un año, comentarios inapropiados por parte de Mateen y de Rad, que era para entonces el director ejecutivo de la empresa.
De acuerdo con Wolfe, su exnovio la llamó prostituta en muchas ocasiones, incluso delante de otros trabajadores de la empresa, incluyendo a Rad, y que Mateen le dijo que retiraría su nombre del grupo de cofundadores de Tinder pues, a su juicio, incluir a una chica de 24 años en esa lista era devaluar la empresa y hacerla lucir “como un chiste”.
Entre las pruebas en contra del ejecutivo de Tinder, Wolfe también presentó una serie de mensajes de texto con amenazas y descalificaciones que Mateen le envió.
Además, señaló que Rad ignoró sus quejas y la despidió cuando ella le ofreció el trato de “irse de forma pacífica si podía obtener una cantidad razonable de indemnización y su capital adquirido”.
El conflicto terminó resolviéndose en privado por una cantidad que, de acuerdo con Forbes, rondaba el millón de dólares.
Durante todo el proceso legal Wolfe también recibió acoso en línea por parte de supuestos simpatizantes de los ejecutivos de Tinder y fue entonces cuando pensó en crear una aplicación en la que las mujeres pudieran hacerse cumplidos.
En este punto hizo su entrada su amigo Andrey Andreev, el multimillonario que fundó la aplicación europea de citas Badoo, la convenció de unirse para lanzar otra app de citas centrada en mujeres y, además de patrocinar el proyecto, ofreció la infraestructura.
Los dos amigos fueron entonces socios comerciales desde el lanzamiento de Bumble en 2014 pero unos años después el billonario, residenciado en Inglaterra, recibió severas críticas de más de una docena de ex empleados por su conducta misógina en la sede de Badoo en Londres.
El chiste se cuenta solo, porque el objetivo de Bumble es darle a las mujeres la posibilidad de sentirse empoderadas y seguras entablando relaciones con hombres, y esta fue una idea de Andreev, de acuerdo con la misma Wolfe.
Cuando surgió este escándalo, en 2019, la empresaria salió en defensa de su colega y dijo que el ejecutivo de Badoo se había convertido en su familia, en uno de sus amigos más cercanos y que Andreev solo había manifestado amabilidad y respeto hacia ella.
Asimismo, dijo haber pasado mucho tiempo en las oficinas de Badoo en Londres antes de lanzar Bumble y que nunca notó toxicidad en el ambiente de esa empresa.
Sin embargo, después emitió un comunicado en el que dijo estar “entristecida y asqueada al escuchar que cualquier persona, de cualquier género, se sentiría marginada o maltratada en cualquier capacidad en su lugar de trabajo”.
Andreev lanzó ese mismo año el conglomerado MagicLab, que agrupa aplicaciones de citas online como Badoo, Bumble y Lumen, entre otras, y posteriormente vendió su participación a la firma de capital privado The Blackstone Group.
Entre las consecuencias de esta movida financiera sucedió lo que era parte del acuerdo de transacción: Whitney Wolf se convirtió en CEO de MagicLab, valorada entonces en 3.000 millones de dólares y recibió una participación de 19 % de la empresa.
Wolfe lanzó entonces un comunicado en el que calificó la adquisición como una “tremenda oportunidad”, mientras que Andreev emitió otro escrito público en el que señaló: “Mi objetivo ahora es garantizar una transición fluida y exitosa antes de embarcarme en una nueva aventura comercial”.
Después se supo que el empresario de origen ruso había mudado su línea de negocios a las aplicaciones de audio y sonido.
Sí hay hombres buenos
Cuando Wolfe lanzó Bumble a cotizar en la bolsa de valores se convirtió en la multimillonaria hecha a sí misma más joven del mundo con 1.500 millones de dólares.
El lanzamiento al mercado bursátil fue hecho en febrero de 2021, desde la sede de sus oficinas debido a la pandemia de COVID-19, y con su bebé en brazos. De esta forma quiso dejar claro que las mujeres pueden asumir grandes retos laborales sin dejar de ser madres y esposas.
Wolfe se casó en 2017 con Michael Herd, heredero de una fortuna petrolera de Texas, al que conoció de una forma muy convencional durante unas vacaciones.
En su debut en la bolsa de valores, la aplicación de Wolf se disparó a un valor de más de 13.000 millones de dólares después de que las acciones subieran más del 76 %, un éxito más que significativo si se toma en cuenta que ese año se hicieron públicas más de 550 empresas en Estados Unidos, y solo tres fueron fundadas por mujeres.
La empresaria, que en un principio fue criticada por mantener un ambiente de “hermandad” universitaria en sus oficinas, ha ido puliendo la imagen de su empresa y a la par de bloquear las avanzadas machistas en su aplicación, permite a las usuarias seguir creyendo que sí hay hombres buenos, y a los usuarios, demostrarlo.
Además, Wolfe expandió la oferta de su aplicación a otras áreas para que no solo fuese posible encontrar una pareja romántica a través de Bumble Date, sino también dar con personas que solo quieren tener un amigo con intereses comunes en ciertas áreas con Bumble BFF, así como potenciales socios en un negocio vía Bumble Bizz.
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Sus ambiciones son muchas y así lo ha ido declarando. Quiere lograr niveles de respeto que permitan que no se reciban imágenes de desnudos que no se han solicitado y utiliza programas de inteligencia artificial para detectar discursos de odio, incluso cuando los usuarios no los han denunciado para identificar a los que se portan mal en línea antes de que lo hagan en persona.
También pone a trabajar los programas de IA para encontrar imágenes de armas y esvásticas, así como reconocer insultos raciales, comentarios despectivos sobre la apariencia o el tamaño del cuerpo.
Pero Bumble también ha avanzado por el mundo con su misión de darle a ellas la posibilidad de dar el primer paso, incluyendo países en los que el machismo y el maltrato a las mujeres son un problema de salud pública como la India.
“Tenemos que ir a donde más se nos necesita”, dijo Wolfe a CNN Business cuando se le preguntó sobre la expansión de su negocio en una cultura como la india.
“Las mentalidades más tradicionales y misóginas a nivel mundial, esos mercados para nosotros son praderas completamente abiertas”, dijo entonces.
La empresaria dice tener claro dónde invertir y dónde están las mujeres -y hombres- que más se benefician de este sistema de relaciones. Su norte es posicionar a Bumble como una marca y no como una empresa, su idea es que la gente recuerde ese nombre como quien recuerda a Disney, una marca “que te hace sentir algo”.
Fuentes: Forbes, Independent, Vogue, Time, People, CNN
