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La advertencia de un gurú de la City: por qué el "experimento monetario" del Gobierno llevará los dólares paralelos a $400

El Gobierno emite en diversas formas para financiar el gasto, sacar pesos del mercado, y postergar la llegada de una hiperinflación. El juego consiste en comprar tiempo, hacer trampas y postergar la insolvencia al próximo gobierno. El Banco Central República Argentina acaba de emitir $200.229 millones por la venta de DEG (Derechos Especiales de Giro la moneda del FMI) que eran de la Tesorería, pero estaban en las reservas del Banco Central. Casi un arte de contabilidad creativa, que busca, momentáneamente, disimular su insolvencia manifiesta. 

La licitación de la Tesorería fue todo un éxito: logró $770.000 millones cuando vencían $412.000 millones. Esto dejó como saldo un financiamiento neto de $358.000 millones. Del monto total conseguido, $360.000 millones vencen entre el 31 de diciembre del 2022 y el 31 de marzo de 2023; mientras que $280.000 millones vencen en abril del año 2023, repartidos en letras que ajustan por inflación y letras a tasa de descuento. En tanto, el resto se colocó a plazos más extensos. El Gobierno sigue postergando problemas, ya que la licitación no logra extender los plazos de colocación de deuda nueva a una fecha mayor a abril del año 2023. 

El dólar soja 2.0, sigue aportando divisas pero la contracara es la emisión monetaria a la que tiene que recurrir para financiar la diferencia en los $230 que paga y el dólar oficial que se ubica en $172. El agro liquidó hasta ahora u$s1.536,6 millones, y se deberían conseguir liquidar algo más de u$s3.000 millones. Esto es difícil de cumplir, ya que los productores no tienen necesidad ni ganas de vender a los precios actuales. La soja se pagó a $100.000 la tonelada, lo que le permitió a los productores que canjearon estos pesos por dólar MEP quedarse con u$s310 billetes en el bolsillo, un valor extraordinariamente alto si lo medimos en el contexto de los últimos 5 años. 

Por otro lado, el Gobierno sigue emitiendo pesos para intervenir en el mercado de letras y bonos en pesos. El Bono con vencimiento en agosto del año 2023, que se ajusta por inflación, rinde el 6,93% anual, mientras que el bono de similares características que vence en julio del año 2024, rinde el 13% anual. Esto sigue mostrando una brecha de tasas muy elevada, que refleja la incertidumbre que pesa sobre el mercado de bonos sobre un eventual reperfilamiento a partir del próximo gobierno. 

¿Qué pasa con el dólar?

Con fecha lunes 12 de diciembre, las reservas brutas se ubican en u$s39.594 millones, mientras que los pasivos monetarios no remunerados (base monetaria) suma $4.845.000 millones, y los pasivos monetarios remunerados (a una tasa del 107% anual) suman $9.520.000 millones. La suma de ambos es de $14.365.000 millones. 

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La relación pasivos monetarios versus reservas brutas nos está dando un dólar de equilibrio de $363 por dólar, cuando el dólar MEP (o bolsa) se ubica en $322,70, el dólar contado con liquidación en $330,13, el dólar blue en $320 y el dólar Qatar en $357. 

El mix de emisión monetaria, más vencimiento de deuda de la tesorería y el Banco Central genera interrogantes para la economía argentina
El mix de emisión monetaria, más vencimiento de deuda de la tesorería y el Banco Central genera interrogantes para la economía argentina

El mix de emisión monetaria, más vencimiento de deuda de la tesorería y el Banco Central genera interrogantes para la economía argentina

Con este panorama por delante, quienes estén en el exterior deberían pagar con efectivo, ya que podrían conseguir dólares a $322,70 en el mercado formal y $320 en el mercado informal, cuando el pago con tarjeta asciende a $357. 

Es necesario recordar que quienes hoy pagan con tarjeta podrán deducir los impuestos ligados a ganancias y bienes personales, a mediados del año 2024, lo que le genera al consumidor una inmovilización de dinero por un largo período, y una inflación del 120% anual.  

Reservas, pasivos y perspectivas para 2023

Las reservas para fin de año podrían quedarse en torno de los valores actuales, pero los pasivos monetarios totales son un taxi que nunca descansa. 

Los pasivos no remunerados suben al compás de la emisión para pagar gastos de la tesorería, comprar bonos en pesos o cubrir la brecha del dólar soja. Los pasivos remunerados, al devengar una tasa del 107% anual, pagan intereses mensuales superiores a los $500.000 millones. 

Con estos datos en mano, no sería extraño que el Gobierno termine el año con pasivos monetarios en torno de los $15.000.000 millones, y reservas en torno de los u$s40.000 millones: esto nos dejaría un valor del dólar de $375.

Lo que viene para el año 2023 es una deuda en pesos de aproximadamente $11.270.000 millones por parte de la tesorería y una deuda del Banco Central con vencimiento cada 28 días de $10.000.000 millones. Entre la tesorería y el Banco Central tendríamos vencimientos por $21.270.000 millones, que equivalen a un tipo de cambio de $180 para fin de año a unos u$s118.166 millones oficiales, casi un 25% del PBI. Si a esto le sumamos que estos instrumentos ajustan por inflación -que durante el año 2023 rondaría el 120% anual-, y la deuda del Banco Central ajusta a una tasa del 107% anual, el estrés financiero de la tesorería y el Banco Central sería muy elevado.

Más inflación y dólar alto en 2023

El mix de emisión monetaria, más vencimiento de deuda de la tesorería y el Banco Central, obligan a un experimento monetario de dimensiones desconocidas para la economía argentina. El año próximo vendrá acompañado con planes especiales para la liquidación de exportaciones y no se descarta para febrero de 2023 un plan soja 3, que posibilite el ingreso de dólares y más emisión monetaria por la diferencia entre el tipo de cambio a convenir y el tipo de cambio oficial. 

 las reservas brutas se ubican en u$s39.594 millones, mientras que los pasivos monetarios no remunerados (base monetaria) suma $4.845.000 millones
las reservas brutas se ubican en u$s39.594 millones, mientras que los pasivos monetarios no remunerados (base monetaria) suma $4.845.000 millones

Las reservas brutas se ubican en u$s39.594 millones, mientras que los pasivos monetarios no remunerados suma $4.845.000 millones

El Banco Central podría evaluar alternativas para disminuir el crecimiento de los pasivos monetarios no remunerados, lo que implicaría la posibilidad de ser canjeados por un bono de largo plazo y de esta forma desacelerar el crecimiento exponencial de los pasivos monetarios remunerados (leliq y otros). Alerta depósitos. 

Los libros de texto nos dirían que, para poder disminuir la emisión de pesos y deuda, el Gobierno se debería comprometer a lograr un superávit fiscal en la tesorería, algo que parece no estar en el diccionario del actual ministro de economía. Igualar las partidas del activo y el pasivo del Banco Central deberían impulsar al ente rector a una devaluación del signo monetario a niveles cercanos a $250, algo que difícilmente ocurra ya que no está en la voluntad del Gobierno devaluar el peso a esos niveles. La actual administración devalúa por producto y por un período de tiempo. Por ejemplo, como con el dólar soja. 

Si no hay superávit fiscal, y tampoco una devaluación del peso que mejore el Estado patrimonial del Banco Central, es muy probable que la inflación emerja con más fuerza en el año 2023 con rumbo firme al 120% anual, la brecha cambiaria supere los niveles del 100% y los dólares alternativos coticen por encima de $400. Si este fuera el resultado, el gobierno actual estaría logrando dos objetivos, no caería en un escenario de hiperinflación y le trasladaría el costo del ajuste al próximo inquilino de la Casa Rosada.