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Cumplió 100 años: paradojas del Puerto Mar del Plata, con rápida salida al océano pero de uso restringido

Terminal de carga y descarga de containers. 
Puerto de Mar del Plata.  
Foto: Mauro V. Rizzi
Terminal de carga y descarga de containers en el puerto de Mar del Plata. - Créditos: @Mauro V. Rizzi

La zona del puerto de Mar del Plata atrae a miles de turistas cada año, que se ven cautivados por los característicos barcos pesqueros de color naranja amarrados en la llamada “banquina de pescadores”. Sin embargo, el Puerto Mar del Plata es mucho más que eso y transita, ya a sus 100 años (el 9 de octubre de 1922 se inauguró el muelle número uno con un acto oficial) por un mar de fondo que trae desafíos.

La pregunta es ¿qué modelo de país quiere la Argentina para los próximos años? ¿Un modelo productivo, veloz, eficiente, con costos competitivos? O, por el contrario, un modelo vetusto, trabado, que responde a intereses sectoriales, que le quita competitividad a la economía. Quienes tienen relación con el puerto de “la feliz” entienden que este es un debate crucial que necesita activarse para poner en marcha un plan a corto, mediano y largo plazo que potencie todas las ventajas de ser un puerto oceánico, es decir, con rápida salida a las profundidades del mar.

La salida corta al océano es un privilegio que pocos tienen. Justamente por esta razón que se emplazó allí una base para submarinos. Tiene también cuatro astilleros con contratos hasta 2024 y 2025 que podrían lograr una nueva concesión a 20 años.

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Hoy, el Puerto Mar del Plata es fundamentalmente pesquero. Por aquí pasa más del 60% de la pesca nacional y el 95% de la pesca de la provincia de Buenos Aires. Todo esto representa en términos laborales 30.000 puestos directos y 70.000 indirectos, según fuentes oficiales. Es más del 30% del ingreso bruto de la ciudad de Mar del Plata.

En el debe, está convertirse un puerto por el que salga al exterior el 100% de los que se produce en la zona. Parece una obviedad, pero no es así. La mayor parte de la producción, en vez de usar el puerto que tiene a mano, es llevada por camión al Puerto Buenos Aires o a Dock Sud para desde allí partir al exterior.

Los números impactan. En 2022 hubo más de 12.000 contenedores que se certificaron en la Aduana de Mar del Plata, pero solo 1900 salieron por el Puerto Mar del Plata. El resto fue por camión al Puerto Buenos Aires, Dock Sud, etc.

Ni en el 2020, el año de la pandemia, se exportó tan poca carga por Mar del Plata”, afirmó en un tweet Emilio Bustamante, codirector de la Terminal de Contenedores Dos,(TC2) en Mar del Plata, en 2022 se transportaron 54.000 toneladas, mientras que en 2021 fueron 70.000 y en 2020, 68.000. “Venimos decreciendo”, dice Bustamante en diálogo con LA NACION. A Mar del Plata llega solo una línea de barcos de carga, con lo cual la competencia brilla por su ausencia. “El calado máximo en este puerto es de 11,50 metros. El calado está, pero luego a la entrada del puerto, en el espejo de agua, nunca están dadas las condiciones para poder girar el buque. En los muelles el calado es menor, de solo 9 metros. No hubo a lo largo de los años un interés por hacer un desarrollo, por eso fracasan los cruceros”, afirma Bustamante.

El empresario sostiene que “estamos en mar abierto, donde en pocos metros estamos en zona de profundidad natural. Podríamos ser más que Montevideo. Pero el lobby pesquero siempre un poco se opuso a que el puerto se utilizara para otros fines. Pero ahora la pesca transcurre cada vez más al sur y además el producto ya viene terminado de los barcos. Hay poco trabajo”, agrega.

Según un estudio de Management & Fit, Mar del Plata conforma un área económica con alta densidad empresarial (casi 12 puntos más que el promedio nacional). Lograr que la producción exportable salga por su puerto es más que un objetivo, una necesidad. Desde la ciudad se exportan, sobre todo, productos alimenticios (pesca y derivados). Sus principales mercados se encuentran en Brasil, China, España y EE. UU. El comercio exterior de la ciudad es muy bajo en relación al tamaño de su economía. Cuenta con el mayor movimiento de buques de la provincia, pero es el séptimo en cuanto al tonelaje transportado. Ello se debe al uso casi exclusivo como puerto pesquero, según la consultora, y precisa que no es un puerto orientado al comercio exterior.

“Si la infraestructura permitiese expandir el ingreso de este tipo de buques contenedores (lo cual conlleva mantener el dragado del puerto y ampliar su capacidad para la carga/descarga de contenedores), sería posible canalizar vía Mar del Plata el movimiento de mercaderías que hoy se realiza por vía terrestre o mismo por otros puertos de la provincia”, concluye el informe.

Fuentes consultadas por LA NACION aseguran que, a lo largo de las décadas, faltó una decisión política que impulse que el puerto sea de una importancia tal que pueda equipararse a los más importantes del mundo. Como en tantos aspectos del país, no se logra llevarlo al máximo de su enorme potencial.

“Por más de 60 o 70 años que no se le hicieron obras al Puerto Mar del Plata. Es el primer puerto oceánico al sur de Buenos Aires. Con una inversión, que no es poca, se podría resolver. Con varios dragados se puede operar tranquilamente. Hay que pensar en un puerto para los próximos 30 años”, afirma Gabriel Felizia, presidente del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata.

El Puerto Mar del Plata es difícil de dragar. No es lo mismo que dragar un río. No son las mismas condiciones. “Hay un mar de fondo importante en el ingreso del puerto, por eso hay estudios del Consorcio junto al Conicet para empezar un plan a largo plazo y cumplir dos premisas: que la arena no se acumule en el ingreso del puerto y que siga a las playas de la ciudad”, dice Felizia.

En materia de dragado, ¿es factible un sistema de concesión privada como el que tuvo la Hidrovía? “Yo no creo que los puertos tengan que ser privados. Ese esquema creo que no es beneficioso para el país. Creo en la participación pública privada”, opina.

Sin embargo, Bustamante afirma que es muy importante para el desarrollo del puerto que los empresarios privados puedan invertir poniendo, por ejemplo, grúas en los muelles. Hoy solo pueden cargar y descargar contenedores los barcos que vienen con grúa incluida. “Siempre ha sido un puerto del Estado, que ha sido ineficaz”, sostiene el empresario.

Chatarra

Un problema serio en el puerto está relacionado con los barcos inactivos, que ocupan más del 35% de los muelles. Alrededor de 50 buques ocupaban un lugar que se necesita despejar. Hoy son alrededor de 40. Algunos están allí desde hace más de 10 años. Se está avanzando en la posibilidad del desguace de toda la chatarra que se ha ido abandonando del 2009 en adelante. Es un problema ambiental y afecta capacidad operativa “Se trata de un modus operandi, una cultura que implica hacer un barco nuevo y dejar tirado el viejo”, dice Felizia.

El año pasado, el buque pesquero Magritte, inactivo desde hace cinco años, llegó a la Base Naval de Mar del Plata, para su desguace. “El traslado del buque se realizó desde el Muelle 2, donde permanecía amarrado y lugar en el que afrontó la primera etapa de preparación para esta instancia, con limpieza de tanques de combustible y primeros despieces de su estructura, que tiene casi 40 metros de eslora”, informó el diario La Capital de Mar del Plata. El acuerdo alcanzado con los armadores de buques inactivos destinados a desguace implica que se hagan cargo de los costos del operativo.

Este fue el primero de 12 que ya corrieron el mismo destino. En el caso del pesquero “Simbad”, se dispuso su hundimiento para enriquecer la propuesta del parque submarino “Cristo Rey”, destinado a la práctica de buceo en Punta Mogotes.

Empleo

Poner en valor al puerto llevaría a mitigar el enorme desempleo que tiene la ciudad. Según los últimos datos del Indec, Mar del Plata tiene una tasa de desempleo del 7%, pero una de las tasas más altas de subocupados del país, con un 15%. Con una población de 655.000 habitantes, hay 22.000 sin empleo, 55.000 que tienen algún trabajo pero que buscan otro y 46.000 subocupados.

La realidad es que la pesca no alcanza para brindar el empleo que la ciudad necesita. “La pesca cambió. Con los buques congeladores que llegan con el producto terminado se reduce la mano de obra. El puerto quedó relegado a la actividad pesquera, pero esta actividad cambió”, dice Emilio Bustamante.

En materia de informalidad, “el puerto Mar del Plata tiene mucho para decir”, agrega Felizia. Por ello trabajan con las cooperativas, sobre todo de la estiba (800 trabajadores).

El funcionario cree que otro eje muy importante a trabajar en el puerto es el choque entre lo productivo y lo turístico, que no tienen todas las zonas definidas para cada uno. “Acá realmente hay momentos en que el trabajo portuario y el turista se encuentran. Hay que readecuar el funcionamiento del puerto. Por ejemplo, las playas más lindas de la ciudad, de Punta Mogotes al norte, están en el Puerto Mar del Plata, y tienen baños solo desde hace un par de años. Respecto a las obras estamos haciendo la cloaca de todo el puerto, con fondos del gobierno nacional”. También realizan el alumbrado público de todo el puerto y están colocando 150 cámaras para mejorar la seguridad. El presupuesto de obras para este año es de $1000 millones. Además, están entregando documentación para avanzar en un préstamo de aproximadamente US$20 millones para la construcción del Muelle 9, que ampliaría el frente de amarre.

Los cruceros de gran porte no pueden llegar

Allá por 2013 LA NACION publicaba una nota sobre la terminal de cruceros de Mar del Plata que había sido terminada un año y medio antes. “Tiene todo. Un edificio de más de 1600 m2 en dos plantas. Espacios para gastronomía, uno de ellos con una terraza y fantástica vista al mar, Playa Grande y el puerto. Oficinas para los trámites aduaneros y migratorios. Salón para conferencias y muestras de arte, una cisterna para 750.000 litros de agua y un frente de muelle tan flamante como el equipamiento de seguridad. La terminal de cruceros de Mar del Plata está lista para su inauguración desde hace cinco meses. ¿Qué le falta? Lo más importante: que puedan llegar los buques de pasajeros”.

Hoy es la sede de la Policía Federal, en un entorno de lujo, con vista al mar, una función para la cual obviamente no fue pensada.

Según consigna Management and Fit, la economía de la ciudad tuvo modificaciones con el paso de los años, pero su patrón de especialización se mantiene vigente. La pesca y el turismo son los puntales productivos de Mar del Plata, con la industria (excluyendo el procesamiento de la pesca) y la actividad comercial típica de una ciudad grande cumpliendo roles importantes. A ello se sumó, de forma más reciente, la construcción, que experimentó un “boom” que pareciera continuar.

Sin embargo, la llegada de grandes cruceros es un pendiente, sobre todo en una ciudad turística por excelencia. Para ello es imprescindible realizar las obras de infraestructura y servicios necesarias para que puedan amarrar.

En diciembre del año pasado amarró el crucero Hamburg, buque de 144 metros de eslora con 260 pasajeros a bordo, en su mayoría europeos. Sin embargo, amarró en la zona de buques pesqueros. Una recepción sin dudas vistosa, pero lejos de lo convencional para recibir a turistas. Hicieron una escala en la ciudad y por la tarde zarparon rumbo a Ushuaia.

Hay consenso en que hoy no es seguro el ingreso de cruceros de gran porte a Mar del Plata, una ciudad que podría estar dentro del itinerario de los inmensos barcos que llegan cada año al Puerto Buenos Aires.

“La terminal de cruceros se hizo antes de estudiar la viabilidad del ingreso de cruceros al Puerto Mar del Plata. Habría que hacer un dragado cada 20 meses para mantener limpio el canal principal”, afirma Emilo Bustamante.

“Es cierto que han entrado cruceros chicos. Pero el problema no está resuelto. Durante 100 años el puerto ha sido pesquero y punto”, concluye.