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El "ejército invisible" de Grabois que nadie está midiendo: por qué puede dar el gran batacazo en las PASO

Las encuestas vienen fallando, tanto en Argentina como en el mundo. Los resultados electorales registrados el domingo, tanto en Córdoba Capital como en la remota madre patria, muestran que el sistema de mediciones que se está utilizando es demasiado falible; el margen de error se ha extendido a más o menos 10 puntos porcentuales, lo que convierte los estudios de campo en casi una ficción.

En nuestro país, uno de los secretos de semejantes imprecisiones puede ser justamente la grave situación social. Existen lugares donde el encuestador no llega. En estos tiempos, dichos trabajos estadísticos combinan la encuesta presencial, la que se realiza o difunde por redes sociales, la que llega a una base de datos de correos electrónicos, y aquella que consiste en llamados o mensajes a teléfonos celulares, también extraídos de alguna otra base de datos.

Pero hay una importante cantidad de ciudadanos que viven en espacios físicos donde no ingresan encuestadores, que no usan correos electrónicos, cuyos celulares funcionan con chips prepagos no registrados y que no opinan de política en las redes sociales; por lo cual, el algoritmo no los detecta para hacerles llegar la encuesta. Esas personas son justamente las más postergadas del sistema.

Muchos de ellos residen en asentamientos de emergencia y en casi todos, hay una parroquia. En esa sede clerical, suele haber un cura a cargo: un cura villero. Este tipo de sacerdotes difícilmente se muevan por la suya, están nucleados en el grupo de "Curas Villeros", que trabajan bajo la tutela del Papa Francisco, el mayor promotor del precandidato presidencial Juan Grabois.

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"Vos no sabes cómo funciona eso, yo te explico", introduce la fuente. "Ese cura es de todo; es psicólogo, cuando el marido le pega a la mujer, la contiene a ella, lo caga a pedos a él, y arregla las cosas; y si no tiene arreglo, es el que llama a las autoridades", empieza explicando.

"Cuando el pibe empieza a drogarse, escucha a la madre, habla con el chico, trata de sacarlo. Tienen una suerte de granjas de recuperación y han devuelto a muchos adolescentes a una vida sin drogas; y te digo más, son los que muchas veces enfrentan a los narcos; eso son los curas villeros, todos los escuchan, tienen la legitimidad que los políticos no tienen desde hace décadas. Bueno, todos esos curas son el ejército de Grabois que nadie está midiendo", termina de detallar el conocedor de ese submundo.

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Juan Grabois podría convertirse en la gran sorpresa de las PASO

Grabois y la influencia de los curas villeros en los asentamientos

El movimiento de curas villeros está en los asentamientos desde fines de los años ´60, cuando nace la teología de la liberación, con un trabajo de contención social y adoctrinamiento ideológico que ya lleva varias generaciones. El joven de hoy confía en el cura de su asentamiento, como su padre confiaba en el cura que estaba ahí hace 20 años. Consiguen dinero y donaciones, y dan de comer a los que no tienen ni para eso, sin búsqueda aparente de rédito político.

"Hoy trabajan todos para Juan por pedido de Jorge (Bergoglio, el Papa Francisco); eso no lo ve nadie, pero en las urnas se va a ver; son miles, que antes de cuidar el plan, cuidan la relación con el cura", detalla otra fuente, en este caso, muy cercana a la Iglesia Católica.

Si bien algunas mediciones están siendo más generosas en los últimos tiempos con Grabois, estos especialistas resaltan que lo que se está registrando es el voto intelectualoide que prefiere al dirigente social y que faltan estas miles de personas que ninguna encuesta llega a registrar.

El aliento de Su Santidad no se resume al afecto por Grabois. También se apalanca en el desprecio por Massa. Nunca recibió al dirigente en el Vaticano y nunca le perdonó ciertas supuestas "operaciones" en su contra que le adjudicó cuando era Arzobispo de Buenos Aires y el actual ministro de Economía, Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner.

¿Una buena performance de Grabois puede dañar a Massa?

Según fuentes por entonces muy cercanas al hoy Papa, el ex intendente de Tigre habría urdido una maniobra durante su gestión como ministro coordinador, junto a sectores conservadores del Vaticano, para desplazarlo del Arzobispado porteño y mandarlo a un cargo casi honorífico en la Santa Sede y reemplazarlo por el Obispo Oscar Sarlinga, a cargo de la diócesis de Zárate – Campana, mucho más afín al propio Massa.

Desde entonces, dicen que, pese a su condición de representante de Dios en la Tierra, Bergoglio no ha perdonado. Algunos aseguran que hace un tiempo lo han escuchado referirse al ahora precandidato oficialista como "el demonio", y eso habría ocurrido cuando el Sumo Sacerdote ya detentaba el cargo que hoy ejerce.

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La influencia del Papa Francisco y los "curas villeros" en los seguidores de Grabois es de gran relevancia

"Sumale a eso que este gobierno lesionó la relación con el impulso a la ley del aborto y ya sabes para quién juega. Y es falso que no influya en las elecciones. La Iglesia no conduce el voto de la feligresía de clase media, pero sí lo hace con sectores de los más postergados que son muchos", explica un peronista y, a la vez, ferviente practicante católico.

No es ilógico entonces esperar una elección sorpresa de Grabois. Quizás no para arrebatarle a Massa la candidatura presidencial por el espacio, pero sí para hacerle un particular daño, dejándolo con un porcentaje de votos bastante menor al esperado y desinflando sus aspiraciones de cara a la elección general."