Emmanuel Álvarez Agis: “Los precios relativos están dementes”

“La inflación tiene tres ángulos políticos desafiantes: las cuestiones motoras que la generan, la indexación y los precios relativos, que están dementes”, afirmó ayer el exviceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis. Y aventuró que “si viene un equipo económico que enfrenta los tres ángulos, pero en la política seguimos ganando por un voto las elecciones y el otro está esperando que te vaya mal para volver, por más bien que esté el programa técnicamente va a fracasar”. “Urge un consenso respecto del modelo de crecimiento”, concluyó.

Acompañado por el exministro de Producción y Trabajo Dante Sica y por la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, María Migliore, Alvarez Agis, participó en una “mesa de reflexión” durante la presentación oficial del último informe de avance del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA). El trabajo reveló que la pobreza aumentó al 43,1% en 2022 y que tres de cada diez trabajadores argentinos son pobres, entre otras conclusiones que reflejan el actual contexto socioeconómico.

Los especialistas expusieron su mirada sobre el país y esbozaron algunos desafíos a futuro, con especial énfasis en el mercado de trabajo, la inflación y la importancia de construir consensos para resolver los problemas estructurales de la Argentina.

Durante el conversatorio, que estuvo moderado por el sociólogo Agustín Salvia, investigador principal del Conicet y director del ODSA-UCA, jóvenes de diferentes universidades, sectores sindicales, organizaciones y movimientos sociales del país realizaron preguntas al panel de expertos sobre el “quehacer” en el corto, mediano y largo plazo en materia socioeconómica.

Álvarez Agis desarrolló una serie de propuestas que, según dijo, van en la misma línea que las conclusiones del informe ODSA-UCA acerca de que se requieren más decisiones políticas que económicas para resolver la pobreza estructural. “Primero hay que desterrar las categorías que cancelan la discusión, aquellas que indican que acá están los buenos y allá los malos, y avanzar en la construcción de consensos”, puntualizó.

“En segundo lugar, hay que entender que la razón por la cual [la crisis] no explota es porque la Argentina tiene una especie de contrato tácito basado en que si sube la pobreza hay que subir el gasto”, expresó el economista. Sin embargo, opinó que “es la primera vez que este acuerdo está entrando en crisis por el costado tributario” y que “hay que tratar de encontrar una diagonal tributaria-fiscal”.

“Pero la diagonal tributaria-fiscal no puede ser el compromiso de nunca más subir los impuestos, así como tampoco aumentar el gasto todo lo que sea necesario para cubrir necesidades inmediatas que aparezcan en la puerta de un ministerio”, aseguró Agis. Y añadió: “Tenemos que encontrar una estructura tributaria y de gasto que surja de un consenso que no va a ser amable y que tiene que probarse durante cinco, diez, quince años”.

Tres de cada 10 trabajadores en la Argentina son pobres, según el último informe de la UCA

Respecto de la inflación –el principal problema que preocupa a los argentinos, según las consultoras privadas–, Álvarez Agis expresó que no se resuelve con las “políticas tradicionales”, en una clara alusión al control de precios, el congelamiento y el aumento del gasto público, entre otras medidas. “Desde el punto de vista técnico, el mundo se está preguntando si alcanza con políticas tradicionales para bajar la inflación, que va del 8% al 12%. La respuesta es no, así que imaginemos si se logra para un índice inflacionario que ronda el 100%”, explicó.

En ese sentido, destacó el desafío político que implica bajar la inflación. “La historia nos marca que la mejor manera de llegar al gobierno es que el incumbente fracase económicamente. Entonces viene Cristina [Kirchner], que se va con 25% de inflación, luego viene [Mauricio] Macri, que se va con el 50%, y por eso vuelve Cristina [Kirchner], que ahora está en el 100%. Entonces, tal vez lo único que tenga que hacer el próximo gobierno es no llegar al 200% de inflación”, ironizó el economista.

Mercado de trabajo y reformas

Además de la pobreza estructural, la encuesta ODSA-UCA puso de relieve la realidad del mercado laboral argentino, signado por la caída en el nivel de ingresos, el estancamiento en la creación de empleo formal y expansión del segmento precario y no registrado, además del crecimiento en el número de trabajadores que, aun en actividad, no llegan a cubrir sus necesidades básicas.

A partir de esas conclusiones, Sica afirmó: “El quehacer nos dice que no hagamos lo que estamos haciendo en materia económica. Debemos tener una mirada más clara del modelo de país que queremos y qué tipo de reformas implican, que sin duda pasan por el empleo, en un mundo donde los cambios tecnológicos nos han atravesado”.

Y agregó: “Tenemos que dar un debate serio sobre el paquete de reformas que tenemos que hacer. Lo bueno es que tenemos el potencial que nos brindan los recursos naturales y humanos. Además, tenemos una capacidad emprendedora fenomenal, cámaras empresarias resilientes, sindicatos y actores de la Iglesia activos, que nos van a permitir aprovechar las oportunidades que venimos perdiendo”.

En esa línea, el exministro destacó la “suerte de contar con sectores que van a ser grandes productores de riqueza”, en alusión a los agroalimentos, la energía, la minería, el turismo y los servicios de la economía del conocimiento. “Son grandes tractores con capacidad de generar empleo y divisas, y con enorme impacto federal por su despliegue, pero que requieren de estabilidad macro, reglas de juego claras e insitucionalidad, que no pueden ser cambiadas todos los días. Aplica para las grandes empresas y para el quiosquero de acá la vuelta”, afirmó Sica.

Al finalizar el evento, Salvia destacó que “hay que estabilizar la macroeconomía y generar crecimiento, aunque solo con eso no alcanza porque hay que resolver las deudas sociales”. Para ello –dijo– se debe trascender la disyuntiva sobre “más o menos Estado o más o menos mercado y [enfocarse en] hacer mejor al Estado y al mercado para lograr las transformaciones sociales que necesitamos”. “Hay que darle un giro a la grieta, al debate agrietado”, concluyó.