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Enamorados, jóvenes y pensando en cómo hablar de dinero

Para el cumpleaños número 30 de su novio de hace unos años, Mykail James hizo reservaciones para cenar en el restaurante Capital Grille de Baltimore y reservó una suite en el Kimpton Hotel Monaco, un hotel de cuatro estrellas. Pero, más tarde, cuando ella intentó cargar el servicio de valet parking a la habitación, él sacó su cartera para pagar.

Cuando ella pagó las bebidas que tomaron en el bar del hotel él se volteó a decirle: “Ya no puedes pagar nada más”.

Él insistió en pagar la cena de su cumpleaños y también sacó la cartera cuando se fueron del hotel. James le recordó que era su cumpleaños.

“Fue muy ofensivo para él”, James, de 27 años, dijo sobre lo que ella había gastado. “Pero nunca antes habíamos tenido esa conversación”. Le hubiera gustado que ella y su novio de entonces hablaran sobre sus valores financieros antes de que una noche supuestamente especial se convirtiera en algo incómodo.

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A medida que los roles de género, la tecnología y la economía van cambiando, las parejas jóvenes se enfrentan a la cuestión de cómo abordar el tema de las finanzas en sus relaciones sentimentales.

El internet nos da muchas oportunidades para evitar conversaciones profundas. Buscar a la pareja en las redes sociales quizás ayude a conocer sobre sus finanzas. James investiga a sus posibles parejas antes de salir con ellos, contó.

“Si me dices tu nombre, yo te voy a buscar en LinkedIn”, contó. “Voy a ver cuál es tu puesto y luego en Glassdoor voy a buscar cuánto ganas”.

Afirmó que lo hace porque a veces los hombres se sienten intimidados por lo mucho que ella gana como programadora en la industria de defensa. Dado que la gente puede ver quién visita nuestro perfil de LinkedIn, ella cree que probablemente también mirarán el suyo.

“Necesito saber que puedo incorporarte en mi vida”, dijo James. “Gasto dinero en el estilo de vida que yo disfruto, y no tengo ninguna intención de rebajar mi nivel de vida para que alguien más se sienta cómodo”.

Abrir una línea de comunicación

Tessa Miller Kiesz, de 21 años, y su pareja, Nicholas Brester, de 22, llevaban viviendo juntos unos dos meses cuando decidieron adoptar una gatita llamada Rue. El precio de la adopción —300 dólares, incluyendo la esterilización— motivó una de sus primeras conversaciones sobre dinero. Habían trabajado como peones en un rancho de Montana y ganaban el mismo sueldo, por lo que Rue fue la primera cuenta que tuvieron que dividirse.

La adopción inició una aventura financiera compartida que los llevó de Montana a Nueva York, donde Miller Kiesz empezó a estudiar teatro y ahora se dedica a la cerámica y a trabajar de niñera medio tiempo. Brester trabaja de manera independiente en espectáculos fuera de Broadway, sobre todo como director técnico.

La naturaleza volátil de la vida en las artes escénicas hace difícil que todo se pueda dividir al 50 por ciento.

“Cuando las cosas van bien, van muy bien; cuando van mal, van muy mal”, explicó Brester. “Y a veces los artistas simplemente no tienen ese lujo de la constancia”.

Miller Kiesz y Brester han tenido que ser más rigurosos en sus conversaciones financieras, sobre todo cuando salen por la noche. Intentan ser más espontáneos pero conscientes de los costos recurriendo, por ejemplo, al programa Culture Pass de la Biblioteca Pública de Nueva York para entrar gratis a los museos. También deciden de antemano si van a pagar una cena entre los dos o si uno de los dos invitará al otro.

‘¿Y nosotros cómo nos organizamos?’

Moriah Chace llevaba unos tres meses saliendo con su novia cuando esta le preguntó: “¿Hay algo en lo que crees que no nos estamos entendiendo bien?”.

“Y yo le dije: ‘La verdad, siento que no nos entendemos bien en cuanto al dinero, y quisiera que habláramos más de eso’”, contó Chace, de 25 años.

Describió a su pareja como alguien que toma riesgos y a quien esa conversación le parecía difícil porque se sentía menos capaz en términos financieros.

“Yo sigo debiendo 6000 dólares en mi tarjeta de crédito, así que no soy perfecta”, confesó Chace, estratega de marcas y empresaria residente en el área de Dallas-Fort Worth. “Y el que yo hable de mi deuda hace sentir cómoda a la gente de hablar de sus niveles de endeudamiento”.

La importancia de hablarlo en persona

En lugar de mantener una conversación sobre cómo dividir los gastos, la opinión de uno de los miembros de una pareja se puede manifestar simplemente con una solicitud de Venmo por la mitad de la cuenta.

“En cierto sentido es muy transparente, porque ves las transacciones de todos”, Lindsay Bryan-Podvin, terapeuta financiera, comentó sobre las aplicaciones de pagos. “Pero luego, por el otro lado, ha hecho muy difícil tener estas conversaciones, porque están muy acostumbrados a tenerlas en pantalla”.

Es como ahora que parece que todo el mundo está en las redes sociales y, sin embargo, hay una epidemia de soledad, o al menos así lo explica ella. La información se transmite, pero no se establecen contactos.

“Las investigaciones muestran que las parejas que hablan de dinero reportan ser más felices que quienes no lo hacen porque hablar de ello ayuda a desarrollar una intimidad más profunda, puesto que ambos tienen que ser vulnerables”, explicó Bryan-Podvin. “Los dos tienen que tener mucho respeto muto y confianza en su pareja para tener esa conversación”.

Está bien empezar reconociendo lo incómodo que es. También está bien iniciar con una conversación por escrito.

“No estoy en contra de las conversaciones digitales”, declaró Bryan-Podvin. “Me gusta que una conversación digital ponga las cosas en movimiento”.

Ella recomienda que le envíes un mensaje de texto a tu pareja para avisarle que te gustaría hablar de dinero en persona cierto día, o incluso comenzar con un mensaje escrito sobre lo que te gustaría comunicarle.

Andrew Giancola, presentador de “The Personal Finance Podcast”, sugiere replantear la gran conversación sobre el dinero como un conjunto de microconversaciones sobre el dinero.

“Creo que las microconversaciones son mucho más importantes, ya que si solo tienes una gran conversación de dinero, muchas veces las emociones se complican. Y cuando eso les pasa a los dos, podría darse mucha fricción en la pareja”, concluyó.

c.2023 The New York Times Company