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Esperan que en 2023 lleguen US$42.300 millones por las exportaciones agrícolas

Para la Bolsa rosarina, el gran impulsor de la proyección récord en divisas es el poroto de soja, que alcanzaría más de US$3200 millones, casi el doble que lo estimado para el ciclo actual
Para la Bolsa rosarina, el gran impulsor de la proyección récord en divisas es el poroto de soja, que alcanzaría más de US$3200 millones, casi el doble que lo estimado para el ciclo actual - Créditos: @archivo

La campaña 2022/23 podría dejar como saldo un récord de US$42.300 millones por la exportación de los principales granos y derivados. En rigor, de efectivizarse este número, se superaría en más de US$1300 millones la marca del ciclo actual, y se estaría en un máximo histórico en materia de valor de las exportaciones de los principales complejos del sector por tercer año consecutivo.

Así lo reveló un último informe realizado por expertos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) que aclararon que, “si bien los precios promedio de exportación de la gran mayoría de los granos y subproductos serían levemente inferiores en el próximo ciclo comercial respecto de los recibidos en la campaña actual, la mayor producción proyectada permitiría más que compensar la caída en los precios”.

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En detalle, en caso del complejo trigo, el valor de las exportaciones proyectadas del cereal para la 2022/23 alcanzaría US$4270 millones, US$500 millones menos que en la campaña que corre. “Esto se debe a que, a pesar de una caída en las toneladas proyectadas a exportar, los precios FOB diferidos del cereal para nueva campaña se mantienen en valores elevados y permitirían compensar parcialmente esta caída en volúmenes”. indicaron en la entidad rosarina.

Según la BCR, las primeras proyecciones de producción pueden permitir al país sostener el ingreso récord de divisas del agro el año próximo
Según la BCR, las primeras proyecciones de producción pueden permitir al país sostener el ingreso récord de divisas del agro el año próximo

En lo que respecta al complejo del maíz, “lo proyectado para la campaña 2022/23 indica que las exportaciones del cereal generarían un ingreso de divisas de US$9600 millones, US$330 millones más que en 2021/22 y un récord absoluto para los granos amarillos”.

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“A diferencia de lo que ocurre con el trigo, los precios FOB diferidos para el próximo ciclo se encuentran por debajo de los precios promedio de exportación de la campaña actual. Sin embargo, la mayor producción dejaría un saldo exportable de 38,5 Mt, 2 Mt más que en la campaña actual, por lo que este mayor volumen permitiría más que compensar la leve caída en los precios de exportación”, indicaron.

En relación a la soja, el principal complejo exportador del país, “lo esperado para el ciclo 2022/23 es que el valor de las exportaciones alcance US$25.050 millones, casi US$1300 millones más que lo estimado para el ciclo actual”.

Para la BCR, “nuevamente, un leve recorte en los precios FOB de exportación proyectados para los principales productos son más que compensados por el incremento en el volumen proyectado a exportar”.

“El gran impulsor es el poroto de soja, que alcanzaría más de US$3200 millones, casi el doble que lo estimado para el ciclo actual. Esto se debe a que, en base a las estimaciones de producción, se proyectan exportaciones por 5,8 Mt, superando ampliamente los 2,7 Mt estimados para la actual campaña”, detallaron.

Para la BCR, para la nueva campaña, una recomposición en los volúmenes despachados permitiría más que compensar un leve recorte en los precios, que, cabe aclarar, igualmente se mantienen considerablemente por encima de la tendencia media
Para la BCR, para la nueva campaña, una recomposición en los volúmenes despachados permitiría más que compensar un leve recorte en los precios, que, cabe aclarar, igualmente se mantienen considerablemente por encima de la tendencia media - Créditos: @Bolsa de Comercio de Rosario

Según describe la bolsa rosarina, los complejos girasol y cebada se apuntan con aproximadamente US$1700 millones, cada uno. “En ambos casos, al igual que en la soja y el maíz, el incremento en las toneladas previstas a exportar de cada complejo permite contrarrestar una caída en los precios FOB proyectados para el próximo ciclo”, describieron.

Afirmaron que, cuando se observa la evolución de las exportaciones de los principales complejos agroindustriales, “se vislumbra que el aumento en los precios de los principales productos desde el 2020 ha impulsado un fuerte incremento en el valor de las exportaciones”.

“Para la nueva campaña, además, una recomposición en los volúmenes despachados permitiría más que compensar un leve recorte en los precios que, cabe aclarar, igualmente se mantienen considerablemente por encima de la tendencia media”, aseguraron.

En este contexto, advirtieron sin embargo que si prevalece el actual déficit hídrico, “los resultados productivos pueden ser sensiblemente inferiores a los presupuestados y, con ello, ajustarse a la baja el volumen de exportación”.

Al mismo tiempo, indicaron que no debe dejarse de lado que “en términos históricos los actuales niveles de precios continúan siendo relativamente altos para esta época del año”.

“Si eventualmente esta tendencia se revierte, incluso aunque la productividad no defraude los resultados en dólares pueden diferir enormemente de lo que es factible proyectar hoy”, dijeron.

Sube el área de soja y cae la de maíz

Para el nuevo ciclo, reiteraron que la gran novedad viene del lado de la soja, donde “entre la campaña 2015/16 y la 2021/22, la oleaginosa fue cediendo en superficie, perdiendo un acumulado total del 20% en seis años”.

“Para la próxima campaña, sin embargo, hay un cambio en la tendencia y la soja crecería en superficie por primera vez desde ese entonces: se proyectan 16,7 M ha; es decir, una suba de 0,7 M ha o 4%. En base a estos números y, tomando un rinde tendencial de los últimos 20 años, la oleaginosa estaría en condiciones de arribar a una producción de 46,7 Mt, más de 10% por encima del tonelaje obtenido en el ciclo actual”, sostuvieron.

Para el organismo, la contracara es el maíz, que llevaba siete años consecutivos ganando superficie, pero ahora rompe esta tendencia y se podrían llegar a implantar 8,2 M ha, una caída de 5% respecto de las 8,7 M ha sembradas en la campaña 2021/22.

“Este quiebre se debe principalmente a tres factores: el clima, los costos y la incertidumbre. Respecto del primero, el gran tema es la probabilidad de que el evento Niña continúe hasta diciembre, lo cual afectaría el desarrollo de los maíces tempranos, particularmente. Es por esto que, además de una caída en el área, también se avizora una reasignación de maíces tempranos a tardíos en aquellas regiones donde los planteos técnicos lo permitan. En cuanto al segundo, los precios de los fertilizantes nitrogenados se han disparado luego de la invasión rusa a Ucrania, y, dado el uso intensivo de fertilizantes del maíz, esto erosiona los resultados económicos del cultivo. Por último, también es necesario mencionar que la incertidumbre económica y política también atenta contra las posibilidades de los granos amarillos, por ser vista la soja como un grano más seguro por parte de los productores”, remarcaron.

Otro de los principales cultivos que hoy se encuentra en pleno proceso de definiciones es el girasol: “Esta oleaginosa viene ganando área hace tres ciclos y para el próximo seguiría en la misma línea. La superficie implantada podría alcanzar 2 M ha, un máximo en 15 años de la mano de los buenos precios que ha tenido en el último tiempo, y la producción podría alcanzar 3,9 Mt”.

Efecto Niña

Según la BCR, la producción finalmente obtenida dependerá fundamentalmente de lo que ocurra con el clima en los momentos críticos para los cultivos: “En la campaña actual 2021/22 este fue un factor determinante que afectó considerablemente a los cultivos y limitó el potencial. Por ejemplo, en el caso del maíz, el rinde finalmente obtenido de 68,8 qq/ha fue 15% inferior al tendencial, mientras que en el caso de la soja el rinde de 27,7 qq/ha de la 2021/22 resultó 5% menor al tendencial”.

Ante la elevada probabilidad de ocurrencia de un tercer evento Niña consecutivo, “la posibilidad de que los rindes efectivamente obtenidos en la 2022/23 resulten inferiores a los tendenciales no es despreciable”.

“Hoy estamos bajo la influencia de La Niña (enfriamiento del Pacífico) y se están monitoreando las probabilidades de que se prolongue para el período diciembre – febrero. Aún si se efectivizara el evento Niña para el próximo verano, y que existen fenómenos regionales y de escala corta que pueden contrarrestarlo, la posibilidad de rindes inferiores a los tendenciales es un factor que debe considerarse”, aseguraron en la entidad.

“De darse este escenario, las exportaciones de los principales granos y derivados en el próximo ciclo alcanzarían un valor de US$39.000 millones aproximadamente, US$3300 millones menos que en el escenario base”, cerraron.