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Al filo de la navaja, elecciones ofrecen visiones encontradas del futuro de Argentina

Por Horacio Soria y Adam Jourdan

BUENOS AIRES, 17 nov (Reuters) - Los votantes argentinos están enojados y asustados. El sentimiento que predomine inclinará la balanza de las elecciones presidenciales del domingo y puede remodelar las relaciones diplomáticas del país y su futuro económico.

La nación de más de 45 millones de habitantes elegirá en el balotaje entre Sergio Massa, actual ministro de Economía del peronismo gobernante, y el "outsider" libertario Javier Milei. Las encuestas de opinión indican una carrera reñida y un electorado profundamente dividido.

En Buenos Aires y más allá hay furia contra el Gobierno, que no logró contener una inflación acelerada hacia el 150% que ha empujado a dos quintas partes de la población a la pobreza. Eso ha debilitado a Massa y ha impulsado el abrupto ascenso de su rival de derecha.

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Como contracara está el miedo a Milei, un excomentarista de televisión de pelo revuelto cuyo estilo franco y agresivo ha llevado a algunos a compararlo con el expresidente de Estados Unidos Donald Trump. A menudo ha aparecido en actos blandiendo una motosierra, símbolo de sus planes para recortar el gasto estatal.

Los dos candidatos ofrecen visiones muy diferentes para el futuro del país, un importante exportador de soja, maíz, carne vacuna y litio, el mayor deudor mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI) y un creciente productor de petróleo y gas de esquisto.

Milei es un duro crítico de China y otros Gobiernos de izquierda a los que llama vagamente "comunistas", incluido el de Brasil; quiere dolarizar la asediada economía argentina y cerrar el banco central; y se opone al aborto.

Massa, un centrista negociador en un Gobierno de centroizquierda, se ha presentado como un defensor del Estado de bienestar y del bloque comercial regional Mercosur, pero tiene el peso de su fracaso en estabilizar la economía sobre su espalda.

"Me inclino por Milei", dijo Raquel Pampa, una jubilada de 79 años de Buenos Aires que agregó que estaba cansada de lo que consideraba "corrupción" de los políticos tradicionales.

"Lo que no come el trabajador que gana una miseria, está en las arcas de los políticos y eso es corrupción. No puede existir", afirmó.

Massa, sin embargo, se ha ganado a algunos votantes con sus críticas al plan económico "motosierra" de Milei que, según él, podría afectar la asistencia social y hacer subir el precio del transporte, la energía y la atención sanitaria, actualmente subsidiados por el Estado.

"Mi voto es por Sergio Massa porque, de los dos modelos que están en discusión en este momento, es el que me garantiza básicamente seguir con vida y que no vuelva la dictadura cívico-militar", dijo Fernando Pedernera, un trabajador de medios de comunicación de 51 años que criticó la defensa de la última dictadura militar realizada por la compañera de fórmula de Milei.

Las amplias diferencias entre los dos candidatos han dividido a la región y los presidentes de centroizquierda en Brasil, México e incluso España han apoyado públicamente a Massa, mientras que el ganador del Premio Nobel Mario Vargas Llosa y exlíderes de derecha de Chile y Colombia han respaldado a Milei.

'NO ES MI PRIMERA OPCIÓN'

Ni Massa ni Milei llegan a la segunda vuelta con un respaldo amplio. Massa obtuvo el 36,7% en la primera vuelta de octubre frente al 30% de Milei, aunque desde entonces ha ganado el apoyo clave de un bloque conservador que podría llevarlo a ganar.

Las encuestas de opinión los sitúan muy igualados: algunas favorecen a Milei y otras predicen una victoria de Massa. Muchos votantes en todo el país no están convencidos de ninguno de los dos.

"Yo este domingo ya tengo decidido que no voy a votar a ninguno de los dos candidatos", dijo Nicolás Troitino, de 31 años, en Buenos Aires.

"Ninguno de los dos representa los intereses que yo tengo para el futuro del país y se pasan más tiempo peleándose entre ellos que resolviendo los problemas de la gente", acotó.

Milei, un economista libertario que entró en política hace apenas tres años, ha generado un apoyo incondicional, especialmente entre los jóvenes, al tiempo que ha atraído a algunos votantes de nivel medio que buscan castigar a los peronistas por la crisis económica.

"Voy a votar a Milei, no fue mi primer opción, ahora lo hago porque es lo que me queda", dijo Valentina, una estudiante de 21 años que prefirió no revelar su apellido.

Massa, nombrado "superministro" el año pasado para intentar enderezar la atribulada economía, no ha podido hasta ahora controlar una inflación que se aceleró hasta su nivel más alto en 30 años. Las reservas netas de divisas están en números rojos.

Sin embargo, tiene una sólida experiencia política -a diferencia de Milei- y es considerado alguien capaz de negociar con opositores así como con los poderosos sindicatos, empresas e inversores del país.

"Es el único actor político que reúne realmente el aval de todo el circuito de políticos actuales, ya sea desde la oposición hasta pasando por el oficialismo", destacó Gonzalo, un trabajador judicial de 31 años.

"No sé si es lo mejor, pero en este contexto, en este mano a mano, me parece que es lo más viable para el País", añadió.

El nuevo Congreso, ya elegido en la primera vuelta de octubre, estará muy fragmentado y ningún bloque tendrá mayoría, lo que significa que quien gane necesitará el respaldo de otras facciones para impulsar sus propuestas.

Esto probablemente frenaría reformas radicales y obligaría a Massa y particularmente a Milei a moderarse. Los poderosos gobernadores provinciales también están divididos entre los peronistas y la principal coalición conservadora, y ninguno está aliado a Milei.

El electorado dividido también aumenta las posibilidades de malestar social, dijo Benjamín Gedan, director del Programa para América Latina del Centro Wilson, y agregó que Argentina podría comenzar un "viaje salvaje" si el nuevo presidente no logra mejorar las cosas rápidamente.

"Por ahora, los argentinos mantienen la pólvora seca, aferrándose a una débil esperanza de que el próximo Gobierno encuentre una solución a los profundos problemas del país", dijo. "Esa paciencia no durará mucho, sin importar quién gane el domingo".

(Reporte de Horacio Soria y Adam Jourdan, escrito por Nicolás Misculin)