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De ganar la Copa del Mundo a zafar del descenso: cómo queda la política después de Qatar

La euforia por el campeonato mundial nos ayuda a despedir con ojos más amables el 2022. La tercera estrella en la camiseta de la Selección tiene un poder extraordinario sobre nuestras emociones. Estamos más felices. Millones salimos a las calles para exorcizar algo más que treinta y seis años sin ganar la Copa.

Somos los mejores del fútbol global, sin discusiones. Estamos de acuerdo en este punto. Qatar fue nuestra Moncloa y una pelota el programa que recogió las adhesiones unánimes. Coincidimos en que tenemos al mejor jugador de todos, un DT inteligente y humilde, y un equipo con un presente mágico y mucho futuro.

Lo que nos satisface en el deporte es lo que falta en las otras canchas, aquellas en las vivimos peleando por todo, angustiados por rescatar los puntos para no descender de categoría. La inflación, las reservas, el dólar, la relación entre los partidos, un intento de magnicidio, los ministros de la puerta giratoria, los cortes de calle como parte del paisaje urbano, un censo nacional de población que se perdió entre los no sabe/no contesta, los vínculos casi desacatados entre la Justicia y el Gobierno, y una larga lista de etcéteras que preferimos no detallar.

Fuerzas políticas: indefiniciones y aroma de fin de ciclo

El año que estamos a punto de recibir es el del conejo de agua en el horóscopo chino. También el de las elecciones presidenciales, que culminarán en la celebración de los cuarenta años de la democracia. Para tratar de anticipar lo que nos deparará el almanaque oriental, las librerías y las redes están llenos de simpáticos e inocuos traficantes de deseos. Para la prognosis política y económica, abundan expertos y mercaderes menos glamorosos que sus competidores astrales.

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Los encuestadores de opinión interrogan por estos días hasta los escenarios más delirantes en lo que a intención de voto se refiere, llegando a incluir a Leo Messi, Scaloni y el Chiqui Tapia entre los presidenciables. Asumiendo que ninguno de los héroes del momento dejará su vocación y renunciará a su popularidad para ingresar a una política baja de rating, podemos arriesgar que para los cargos mayores competirán los sospechosos de siempre y algunos recién llegados.

La tregua por el Mundial duró poco y ya comenzó la disputa característica del año electoral.
La tregua por el Mundial duró poco y ya comenzó la disputa característica del año electoral.

La tregua por el Mundial duró poco y ya comenzó la disputa característica del año electoral.

En Juntos por el Cambio, los postulantes con posibilidades cuentan con larga experiencia de gestión. En el oficialismo, los veteranos esquivan definiciones, se bajan o juegan con la ambigüedad mientras en la izquierda parecen confirmarse los que hace poco desplazaron a la vieja guardia. La derecha de Javier Milei y José Luis Espert apunta a la consolidación de la cabecera de playa establecida en las elecciones legislativas de 2021.

Se escucha decir que hay aroma de fin de ciclo. Puede ser. Pero nadie se anima a describir con precisión el plato nuevo que se está preparando. Los chefs del peronismo están desconcertados. En su menú siempre estuvo presente el poder como especialidad de la casa. Pero después de la experiencia del Frente de Todos, la cocina está llena de humo y de dudas.

La política, entre los extremos y las lecciones de Masterchef

A los comensales que frecuentan el restó atendido por el kirchnerismo no los convocan las propuestas bajas en calorías o descafeinadas. Son firmes defensores de la dieta paleo(lítica) de CFK. En eso coinciden con los gustos de los halcones de JxC, que también se reivindican anti-veganos. Finalmente, ambos son gente de las cavernas.

¿Habrá posibilidades para una alternativa gourmet, algo que combine las preferencias del paladar argentino con algún toque de novedad? ¿Será la hora de la cocina fusión? De acuerdo a los expertos en gastronomía, esta propuesta consiste en la combinación de ingredientes, técnicas y culturas de distintos orígenes para innovar y sorprender a los ávidos de nuevas experiencias. Sus detractores señalan que estas variantes son una moda de "Palermo rúcula" destinada a los tibios y al segmento más estilizado y menos numeroso del padrón.

Quizás la curiosidad y el acompañamiento que oportunamente tuvo el exitoso programa Masterchef abra una esperanza para los audaces. Finalmente, años de viajar en la clase turista que limitó hasta el hartazgo la alternativa de pasta o pollo como única variante haya alentado la curiosidad de nuevas combinaciones entre los pasajeros de este vuelo digno de Lost.

Quien parece avanzar en el camino de averiguarlo es el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El combate de los fondos con la Nación no lo distrae de su receta. Acaba de anunciar una serie de modificaciones en su gabinete, incorporando sabores dispares y exóticos que van desde el feminismo militante hasta el círculo rojo. Una apuesta sugestiva a la diversidad. ¿Logrará abrir el apetito de los votantes?