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Inversiones: 3 cosas que tenés que saber para ganar dinero

dólar
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La mayoría de la gente lee la palabra “concepto” o “idea” y huye despavorida. Cuando se trata de finanzas personales, quiere que le digan en dónde invertir y cómo hacerlo, nada más. Sin embargo, se trata del atajo más peligroso que puede tomar, puesto que nada aprenderá sobre el tema y, así como un día puede ganar con un consejo ajeno, otro día puede perder y mucho.

Los conceptos que vamos a repasar a continuación son bastante simples y absolutamente necesarios para desarrollar un conocimiento profundo en materia de dinero y finanzas personales. Incorporarlos pueden significar un antes y un después en tu vida como ahorrista e inversor.

Por lo pronto, me comprometo a explicártelos con un lenguaje llano y de manera concisa, para que la lectura de la columna de hoy sea tan ágil como provechosa.

¿Qué mirar antes de hacer un plazo fijo? ¿Cómo evaluar una posible inversión? ¿De qué hablamos cuando nos referimos al valor temporal del dinero y cómo puede afectar nuestras finanzas? Las respuestas, a continuación.

1) Valor temporal del dinero

Gracias a la inflación (algo bueno tenía que tener), los argentinos aprendimos que 1.000 pesos hoy no valen lo mismo que 1.000 pesos dentro de 12 meses. Si bien nominalmente estamos hablando del mismo billete con el dibujo del hornero, su valor real (la cantidad de bienes y/o servicios que podemos adquirir con él) es mayor hoy que lo que será dentro de un año. Esto se debe al aumento constante y generalizado de los precios.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando hablamos de dólares? Históricamente, el billete verde fue un buen refugio contra la inflación en Argentina. Sin embargo, podemos sostener que 1000 dólares de hoy tienen mayor valor real que lo que tendrán 1000 dólares a mediados o fines de 2023 no solo en Estados Unidos -donde hay una inflación próxima al 10% interanual-, sino también en nuestro país y en todo el mundo.

Esto se debe a que, más allá del aumento del costo de vida, existe un “costo de oportunidad del capital”. Es, básicamente, el dinero que podemos generar invirtiendo nuestros ahorros en el sistema financiero.

Si podemos invertir 1000 dólares a una tasa, por ejemplo, del 8% anual, significa que podemos obtener una recompensa de 80 dólares por esa operación. Por lo tanto, sabiendo que contamos con esa opción, guardar 1000 dólares en el colchón implicaría pagar un costo de oportunidad de 80 dólares.

También se puede hacer el cálculo desde el futuro hacia el presente: para saber a cuánto equivalen hoy 1.000 dólares de septiembre de 2023, debemos dividir 1.000 por la tasa de interés mencionada del 8% (o sea, por 1,08). El resultado nos da 925,92 dólares.

En conclusión, 1.000 de hoy valen más que 1.000 dólares de mañana. Lo que con el peso era evidente para vos, ahora también lo es con el dólar. Si no invertís, seguro perdés.

2) Interés compuesto

El interés es la retribución en dinero que obtenemos cuando invertimos nuestro capital o que pagamos cuando recibimos un préstamo. En el caso de las inversiones, lo que decidamos hacer con el dinero que iremos recibiendo será crucial para definir si se trata de una operación de interés simple o de interés compuesto.

Veamos un ejemplo para entender este concepto:

Si hago un plazo fijo por 100.000 pesos a una TNA (Tasa Nominal Anual) del 69,50% a 12 meses con capitalización (pago de intereses mensuales), puedo saber que recibiré 5.791,66 pesos al final del primer mes.

Llego a esa conclusión dividiendo la TNA de 69,5% por 100 (0,695) y luego por 12 (los 12 meses del año), lo que arroja un resultado de 0,0579166. Ese resultado lo multiplico por el monto invertido (100.000 pesos) y así llego a los 5.791,66 pesos que recibiré a fin de mes.

Si retiro los 5.791,66 pesos y renuevo el plazo fijo de 100.000 pesos a la misma tasa, al mes siguiente obtendré otros 5.791,66 pesos. En total, en un año habré sumado 69.500 pesos bajo un sistema de inversión de interés simple, donde todos los meses retiro los intereses y renuevo el plazo fijo por el monto original de 100.000 pesos.

Sin embargo, con el mismo capital puedo obtener resultados mucho más elevados si, en lugar de retirar los intereses en forma mensual, decido reinvertirlos junto con el capital inicial.

En consecuencia, si al término del primer mes reinvierto los 100.000 pesos más los 5.791,66 pesos recibidos en concepto de intereses, el segundo mes cobraré 6.127,09 pesos de intereses, producto de multiplicar 105.791,66 por 0,0579166.

Si repito la operación los restantes 11 meses, al cabo de un año habré recibido unos 96.710 pesos, lo que equivale a una TEA (Tasa Efectiva Anual) del 96,71%.

Se puede decir entonces que una TNA de 69,50% con capitalización mensual se transforma en una TEA del 96,71% siempre y cuando reinvirtamos los intereses mes a mes en lugar de retirarlos.

Esta operatoria es la que llamamos “interés compuesto” y es realmente un multiplicador de ganancias financieras, especialmente para inversiones de largo plazo.

3) Par riesgo/rentabilidad

En el campo académico el riesgo en las inversiones suele estimarse con una medida de dispersión estadística conocida como desvío estándar, que nos indica las probabilidades de que el rendimiento de la inversión se desvíe del esperado.

Sin entrar en complicados cálculos matemáticos, podemos afirmar que existe una manera muy simple de manejar el riesgo en nuestras inversiones: entender que hay una relación inversa entre el riesgo y la rentabilidad. A mayor rentabilidad esperada, mayor es el riesgo al que debemos exponernos y viceversa.

Un error muy común que cometen los inversores amateurs es evaluar la conveniencia o no de una inversión analizando solo una de las dos caras: la de la rentabilidad esperada.

Este error lleva a muchos a caer en esquemas de estafas piramidales Ponzi, cuando justamente donde más se debe indagar es en el riesgo que conlleva una inversión. Se lo puede hacer en función del siguiente esquema de 3 pasos:

i) Identificar los riesgos: determinar a qué situaciones potencialmente peligrosas para nuestra inversión nos podríamos exponer (que claramente no serán las mismas para todas las personas).

ii) Calcular los riesgos: una vez identificadas las dificultades potenciales, debemos cuantificarlas. ¿Esperamos una inflación del 90% para este año? ¿Pensamos que el dólar blue puede subir hasta los 400 pesos? ¿O que el CFT (costo financiero total) de los préstamos puede escalar al 190% en el caso de los préstamos prendarios? Todos estos escenarios posibles, junto con el daño que producirían sobre nuestro capital, deben ser tenidos en cuenta a la hora de invertir o endeudarnos.

iii) Selección de métodos de administración de riesgos: dependerá de la postura que se desee tomar. Nuestra intención puede ser evitar totalmente asumir riesgos, prevenir y controlar las pérdidas (es decir, disminuir su impacto), retener riesgos (reconocer que estamos asumiendo riesgos, pero igualmente avanzar con la inversión) o transferir riesgos (vender el activo riesgoso a otra persona o comprar una póliza de seguro o similar para tener un paraguas ante eventuales pérdidas).

Como puede observarse, comprender la importancia del par riesgo/rentabilidad implica no dejarse tentar por las ganancias que promete una inversión y pasar a analizarla de manera integral.

Conclusión

Asimilar conceptos fundamentales no es muy laborioso y realmente vale la pena. El mismo aprendizaje ya es una ganancia para el inversor.

Como siempre, lo mejor para terminar de incorporar estos conceptos es pasar de la teoría a la práctica y comenzar a utilizarlos en la vida económica cotidiana, lo cual indudablemente producirá un salto de calidad en tus finanzas personales.

¡Nos encontramos la semana próxima para seguir aprendiendo sobre temas de dinero!