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Malasia e Indonesia se alían contra la regulación antideforestación de la Unión Europea

Gaspar Ruiz-Canela y Steven Handoko

Bangkok/Yakarta, 28 jul (EFE).- Malasia e Indonesia, los mayores exportadores de aceite de palma en el mundo, se han aliado contra la regulación antideforestación de la Unión Europea (UE), que han calificado de imperialista y discriminatoria contra los pequeños productores.

Estos dos países del Sudeste Asiático aseguran que ya cuentan con sistemas de garantía propios para evitar la pérdida de bosques, aunque han accedido a crear un equipo especial junto con la UE para abordar la aplicación del nuevo reglamento.

En el centro de la polémica está el aceite de palma, un producto versátil y barato que se usa en una amplia gama de productos desde los alimentos procesados (galletas, bollería o helados) hasta productos de cosmética y biocombustible.

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Este tipo de aceite ha estado vinculado históricamente a la deforestación en Malasia e Indonesia, aunque en los últimos años la pérdida de bosques se ha reducido en ambos países.

APROBACIÓN DEL REGLAMENTO

La Unión Europea adoptó el Reglamento contra la Deforestación (EUDR, en sus siglas en inglés) el pasado 16 de mayo para evitar que las importaciones de ciertas materias primas y productos derivados como el aceite de palma, el vacuno, la soja, el café, el caucho, la madera o el chocolate generen deforestación en terceros países.

Según el reglamento, las empresas deberán emitir una declaración de diligencia que garantice que no han causado deforestación en sus lugares de origen respecto a 2020, lo que supone compartir coordenadas de geolocalización, entre otras exigencias.

Transcurridos 18 meses desde la entrada en vigor del reglamento, hacia finales de 2024, la Comisión Europea elaborará una clasificación de los países de origen de los productos según presenten un riesgo bajo, medio o alto, que determinará la frecuencia de los controles.

El hecho de que la UE vaya a crear una clasificación de países fue calificado como "imperialismo regulatorio" por el ministro coordinador de Asuntos Económicos indonesio, Airlagga Hartarto.

MISIÓN A BRUSELAS

En mayo, Hartarto y el ministro malasio de Materias Primas y Plantaciones, Seri Fadillah Yusof, viajaron a Bruselas para expresar su descontento con la regulación en vías de aprobarse y, tras una visita de una delegación europea Malasia e Indonesia, crearon en junio un equipo especial para abordar conjuntamente su aplicación.

En un comunicado, Hartarto indicó que el reglamento europeo afectará negativamente a productos indonesios como el cacao, el café, el caucho, la madera y el aceite de palma y aseguró que su país ha reducido el nivel de deforestación.

El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, aseguró el pasado 13 de julio en Yakarta que la aplicación de la nueva regulación se adaptará la "situación socioeconómica" de los productores.

"Vamos a buscar soluciones prácticas", apuntó a EFE Borrell, mientras participaba en un foro regional en la capital indonesia.

Indonesia y Malasia exportan el 85 por ciento del aceite de palma en el mundo y la UE es el tercer importados del aceite de palma de estos países, después de China y Pakistán, aunque las cifras están bajando.

Las exportaciones de aceite de palma indonesio a la UE se redujeron en un 22 por ciento en 2022 hasta los 2,24 millones de toneladas, siendo España el principal destino con 622.000 toneladas, según datos de la oficina de estadística de Indonesia.

Ese mismo año, Malasia envió 1,47 millones de toneladas a la UE, lo que supuso una reducción del 10,1 por ciento respecto al año anterior.

"MENTALIDAD COLONIAL"

El jefe de Asuntos Exteriores de la Asociación de Aceite de Palma de Indonesia (GAPKI, siglas en indonesio), Fadhil Hasan, coincide con Hartarto en calificar de "imperialista" y "mentalidad colonial" el reglamento europeo contra la deforestación.

"La relación entre los países debe ser equilibrada. No puedes decir que cierto país [tiene más o menos riesgo] basándote en un criterio realizado por tu cuenta", señaló a EFE Hasan.

El responsable indonesio también se mostró escéptico con la oferta de ayuda técnica que ofrece la UE.

"Incluso si prestan asistencia, ¿cómo de grande va a ser la ayuda para que llegue a todos los productores de aceite de palma en Indonesia y Malasia?", criticó Hasan, quien temió que las exportaciones a la UE continúen bajando debido a la regulación.

Mukhammad Faisol Amir, del Centro de Estudio Políticos de Indonesia, recordó que la mayor parte del sector del aceite de palma en su país está formado por pequeños productores, quienes tendrán dificultad para cumplir con los requisitos técnicos.

Amir subrayó que los productores necesitarán ayuda financiera y de capacitación y apuntó que la privacidad de la información que pide la UE también presenta un riesgo para los productores.

"La UE solo quiere aceptar a las grandes corporaciones porque tienen más capital para realizar el trazado desde la tierra al producto, mientras que los pequeños productores son expulsados del mercado internacional", resumió el experto.

(c) Agencia EFE