Yahoo Finanzas Obligados a vivir con sus exparejas, algo cada vez más común en Estados Unidos por la crisis de la vivienda
Las consecuencias podrían ser emocionalmente catastróficas y no compensar los posibles beneficios financieros, según los expertos
Regresar con tu expareja por determinación propia es, en sí misma, una decisión abrumadora, pero ¿qué pasa cuando no tienes otra opción? Esa es la realidad de cada vez más personas en Estados Unidos que, para hacer frente al alto costo de vida y la crisis de la vivienda, han vuelto a convivir con sus exparejas tras un divorcio o ruptura. Las consecuencias, dicen expertos, podrían ser emocionalmente catastróficas y no compensar los posibles beneficios financieros.
“Los altos costos de la vivienda están provocando que más parejas cohabiten, a pesar de que las llamas románticas de su unión se han extinguido”, dijo el corredor de bienes raíces Chuck Vander Stelt a Fox News Digital. “He tenido conversaciones con varias parejas que se divorcian y que han estado sopesando opciones y vigilando de cerca el mercado. Mientras tanto, continúan viviendo juntos”.
Algunos expertos del sector inmobiliario como Stelt creen que la tendencia a la convivencia después de rupturas está creciendo, a medida que más separados entre 30 y 40 años, muchos con hijos, acuden a sus servicios para valorar si vender la casa familiar o quedarse viviendo juntos.
“Muchos propietarios tienen una hipoteca con una tasa de interés bajísima y un pago cómodo. Es difícil dejar pasar eso y enfrentar la alternativa de costos de vivienda significativamente más altos”, añadió.
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“No podemos llegar a fin de mes sin compartir la misma casa”
Los sitios web de asesoramiento sobre relaciones y los foros de Internet están repletos de inquilinos y propietarios que buscan soluciones para lidiar con este problema. “¿Alguien más tiene que vivir con su ex? Nos divorciamos y él se mudó por unos años, pero los costos de la vivienda se han vuelto extremos”, escribió una usuaria en el foro de Reddit r/povertyfinance, con más de 2 millones de miembros.
“Ambos tenemos buenos trabajos. Soy profesora y él es mecánico. Literalmente no podemos llegar a fin de mes sin compartir la misma casa. Somos buenos compañeros de cuarto y nuestros hijos se benefician de esto, pero yo me siento un fracaso en la vida”, añadió.
Cientos de personas resonaron con el post. “Bien por ustedes por intentarlo y poder hacerlo funcionar, aunque parece que no había buenas alternativas. Aprovecha este tiempo para ahorrar, buscar otras opciones de alojamiento/compañero de cuarto y hacer un plan. Es muy difícil ahí fuera y estás haciendo lo que puedes para aprovecharlo al máximo”, le respondió un usuario.
“Mi esposa y yo aportamos alrededor de US$ 80.000. Con el costo de las viviendas aumentando y las tasas de interés siendo 6.5 por 30 años, nuestra última cotización fue de US$ 2.208 por mes. Es una casa de US$ 300.000 con un 20% de pago inicial e impuestos a la propiedad altos. ¡Más del 40% de nuestro salario va para la casa y son 30 años! Finalmente, decidimos seguir alquilando”, dice otro comentario.
Vivir con “alguien que no te agrada” para pagar el alquiler
En TikTok, Cassidy Hope, una creadora de contenido que documenta su vida como madre soltera de bajos ingresos, explicaba a finales de 2023 que se vio obligada a continuar viviendo con el padre de sus hijos porque el propietario no les permitía rescindir el contrato sin pagar el resto del plazo en su totalidad.
“No vivimos juntos como familia, solo existimos en el mismo lugar [...] Piensen en un compañero de cuarto malo, alguien que no te agrada, pero con quien debes vivir porque tienen un contrato de arrendamiento juntos. Eso es lo que somos”, dice Hope en el material, donde se la ve limpiando por sí sola toda la casa. “No, él no ayuda, pero mis hijos merecen un hogar limpio”.
Quedándose con sus exparejas, muchos estadounidenses están tratando de ahorrar dinero y mantener la estabilidad en sus hogares, especialmente si hay niños involucrados. Pero las consecuencias pueden ser negativas, sobre todo si los pares están expuestos a un estrés emocional frecuente causado por los conflictos domésticos.
Una investigación de la Universidad de Missouri publicada en la revista Family Relations encontró que la angustia psicológica en forma de depresión y ansiedad es bastante común en personas que mantienen relaciones con exparejas. El estudio determinó que también se asocia con mayores tasas de abuso, menores niveles de compromiso y peor comunicación.
Situaciones de este tipo recuerdan a la pandemia de Covid-19. La cuarentena obligatoria no dejó muchas opciones a núcleos familiares y parejas que, por muy disfuncionales que fueran sus realidades, continuaron bajo el mismo techo. “La violencia contra las mujeres, especialmente la violencia doméstica, se ha intensificado desde el comienzo de la pandemia”, reconoció la ONU en su campaña “La pandemia en la sombra”.
