De los penales a la economía: la imprevisibilidad como factor común

Dibu Martínez atajó tres penales en el partido de la selección argentina contra la colombiana
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Con su efectivo sentido del humor, Juan Carlos de Pablo les contaba a sus alumnos que había escrito un libro llamado “Cómo patear penales”, en el cual decía que el truco consistía en patear para el lado contrario al que se tiraba el arquero. Y que tal fue el éxito del libro que se vio obligado a continuar la saga con “Cómo atajar penales”, donde sugiere que los goleros se tiren para el lado hacia el cual patea el jugador. No muy lejos de esta chanza estuvieron los consejos que me dio un amigo de mi padre cuando me casé (leer con voz ronca, como la del Coco Basile): “Pibe, ‘cuchame’: el secreto de la vida es comprar cuando está barato y vender cuando está caro”.

La inoperancia de estas sugerencias tiene que ver con la inhabilidad de saber qué lado elegirán el arquero o el pateador del penal, o cuándo es que algo está barato o caro.

Y si de predecir el futuro se trata, los economistas la tienen complicada. Difícilmente esto se deba a las incapacidades intelectuales de los practicantes de la disciplina de Smith, Ricardo y Marx. Miembros conspicuos de las ciencias duras han enfrentado los mismos escollos en relación a la dificultad de lidiar con los fenómenos sociales. “No existe una teoría económica universal… y probablemente no la haya durante nuestras vidas. La razón es, simplemente, que la economía es una ciencia demasiado difícil” escribió el matemático y físico John Von Neumann –una de las mentes más brillantes del siglo XXI– en la introducción a su libro con Oskar Morgenstern, en el cual sientan las bases de la teoría de juegos, que estudia el tipo de cuestiones interactivas que complican a las ciencias sociales y también a las biológicas.

Concretamente, un tipo de impredecibilidad habitual en la economía tiene que ver con las situaciones estratégicas, esas en las cuales lo que uno gana depende de lo que hace, pero también de lo que hace el otro y, además, de lo que ellos opinen de lo que el otro crea que el otro cree, y así sucesivamente, como en los penales, como en el espionaje, como en los mercados financieros...

La teoría de juegos es un área de la matemática y de la economía que se ocupa de entender y modelar estas situaciones estratégicas. Entre sus padres fundadores están Von Neumann, Morgestern y John Nash, cuya vida épica y trágica fue plasmada en la premiada película Una Mente Brillante. Casi paradójicamente, una predicción sólida de esta disciplina es que varias situaciones que ocurren en el marco de una interacción estratégica son predeciblemente… impredecibles.

“Maradona juega como el minimax” es el llamativo título de un reciente paper de Ignacio Palacios Huerta, el destacado investigador español, todo un experto en someter las predicciones de la teoría de juegos al test de los datos. Y a tal efecto, en varias investigaciones usó datos de penales de partidos profesionales para evaluar los principales resultados de la teoría de juegos, además de haber colaborado como consultor en el fútbol profesional.