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Cómo Sam Altman irrumpió en Washington para establecer la agenda IA

El representante Ted Lieu (demócrata por California) en su oficina en el Capitolio en Washington, el 1 de marzo de 2023. (Alyssa Schukar/The New York Times)
El representante Ted Lieu (demócrata por California) en su oficina en el Capitolio en Washington, el 1 de marzo de 2023. (Alyssa Schukar/The New York Times)

WASHINGTON — El año pasado, semanas después de que OpenAI lanzara su chatbot ChatGPT, Sam Altman, el director ejecutivo de la empresa emergente de inteligencia artificial (IA), inició una intensa campaña de cabildeo en Washington.

Hizo una demostración de ChatGPT en un desayuno con más de 20 legisladores en el Capitolio. En reuniones privadas con líderes republicanos y demócratas del Congreso, pidió que la IA fuera regulada. En total, Altman ha discutido la tecnología en rápida evolución con al menos 100 miembros del Congreso, así como con la vicepresidenta Kamala Harris y miembros del gabinete en la Casa Blanca, según los legisladores y el gobierno de Biden.

“Es muy refrescante”, dijo el senador demócrata por Connecticut Richard Blumenthal, quien también preside un panel que realizó una audiencia sobre AI el mes pasado, que contó con la presencia de Altman. “Se mostró dispuesto, capaz y entusiasta”.

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Los directores ejecutivos de tecnología por lo general han evitado el foco de atención de los reguladores y legisladores gubernamentales. En los últimos años, se necesitaron amenazas de citatorios y humillación pública para persuadir a Mark Zuckerberg de Meta, Jeff Bezos de Amazon y Sundar Pichai de Google de testificar ante el Congreso.

Pero Altman, de 38 años, ha corrido hacia el foco de atención, en busca de la atención de los legisladores de una manera que ha descongelado las frías actitudes hacia las empresas de Silicon Valley. Ha iniciado reuniones y no vaciló ante la oportunidad de testificar en la audiencia del Senado del mes pasado. Y en lugar de protestar por las regulaciones, Altman ha alentado a los legisladores a imponer extensas leyes para que la tecnología rinda cuentas.

Altman también ha salido de gira y ha impartido un mensaje similar sobre la IA en un recorrido por 17 ciudades de América del Sur, Europa, África y Asia. En las últimas semanas, se ha reunido con el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, y Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea.

Anna Makanju, directora de políticas públicas de OpenAI, durante una visita a Israel en Tel Aviv, el 3 de mayo de 2023. (Amit Elkayam/The New York Times)
Anna Makanju, directora de políticas públicas de OpenAI, durante una visita a Israel en Tel Aviv, el 3 de mayo de 2023. (Amit Elkayam/The New York Times)

“Creemos que la intervención regulatoria de los gobiernos será fundamental para mitigar los riesgos de modelos cada vez más poderosos”, afirmó Altman en la audiencia del Senado del mes pasado.

Su ofensiva de encanto lo ha establecido en un importante lugar de influencia. Al contactar a los legisladores desde temprano, Altman está dando forma al debate sobre el control gubernamental de la IA y educando a Washington sobre las complejidades de la tecnología, especialmente a medida que aumentan los temores. Recordando la historia reciente, también está trabajando para sortear las trampas en las que cayeron las empresas de redes sociales, que son un objetivo constante de los legisladores, y para allanar el camino para la IA.

Sus acciones podrían ayudar a consolidar la posición de OpenAI en la vanguardia de un debate sobre la regulación de la IA. Microsoft, Google, IBM y las empresas emergentes de IA han trazado estrategias sobre las reglas propuestas y difieren sobre cuánta interferencia del gobierno quieren en su industria. Las fisuras han llevado a otros líderes de industrias de la tecnología a defender sus casos ante el gobierno de Biden, miembros del Congreso y reguladores globales.

Hasta ahora, la estrategia de Altman parece estar funcionando. Los legisladores estadounidenses recurren a él como educador y asesor. El mes pasado, brindó una sesión informativa sobre ChatGPT a docenas de miembros de la Comisión Selecta del Senado sobre Inteligencia y al Comité de IA de la Cámara de Representantes. Ha propuesto la creación de una agencia reguladora independiente para la IA, la concesión de licencias de la tecnología y normas de seguridad.

“Le tengo mucho respeto a Sam”, afirmó el senador demócrata por Virginia Mark Warner, quien invitó a Altman a cenar con más de una docena de otros senadores el mes pasado.

Sin embargo, no se sabe con certeza cuánto tiempo podría durar esa buena voluntad. Algunos legisladores advirtieron contra volverse demasiado dependientes de Altman y otros líderes tecnológicos para recibir educación sobre el auge de las nuevas tecnologías de IA.

“Parece ser diferente y fue bueno que testificara”, dijo el senador Josh Hawley, el republicano de mayor rango en la audiencia del Senado. “Pero no creo que debamos ser demasiado elogiosos con su compañía por el momento”.

OpenAI afirmó que con el beneficio de aprender de los errores pasados de la industria de la tecnología, quería cerrar la brecha de conocimiento entre Silicon Valley y Washington sobre IA y ayudar a dar forma a las regulaciones.

“No queremos que esto sea como las revoluciones tecnológicas anteriores”, afirmó Anna Makanju, directora de políticas públicas de OpenAI, quien dirige un pequeño equipo de cinco expertos en políticas. Altman, dijo, “sabe que este es un periodo importante, por lo que siempre intenta decir ‘sí’ a la mayor cantidad posible de este tipo de reuniones”.

Durante años, Altman ha alertado sobre los riesgos potenciales de la IA al mismo tiempo que ha fomentado la tecnología. En 2015, mientras dirigía la incubadora de empresas emergentes Y Combinator, cofundó OpenAI con Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, y otros. En aquel momento, escribió en una publicación de blog que los gobiernos debían regular las herramientas más poderosas de la IA.

“En un mundo ideal, la regulación frenará a los malos e impulsará a los buenos”, escribió.

Altman ha sostenido durante mucho tiempo la opinión de que es mejor contactar temprano a los reguladores, afirmó Makanju.

Altman ha sorprendido a algunos legisladores con su franqueza sobre los riesgos de la IA. En una reunión con el representante Ted Lieu (demócrata por California) en las oficinas de OpenAI en San Francisco en marzo, Altman dijo que la IA podría tener un efecto devastador en los empleos y reducir la semana laboral de cinco días a uno.

“Es muy directo”, afirmó Lieu, quien tiene un título en Informática.

Altman visitó Washington de nuevo a principios de mayo para una reunión en la Casa Blanca con Harris y los directores ejecutivos de Microsoft, Google y la empresa emergente de inteligencia artificial Anthropic. Durante el viaje, también discutió ideas regulatorias y preocupaciones sobre el desarrollo de IA en China con el senador demócrata por Nueva York, Chuck Schumer, el líder de la mayoría.

A mediados de mayo, Altman regresó para un maratón de dos días de apariciones públicas y privadas con legisladores, comenzando con una cena organizada por Lieu y el representante Mike Johnson (republicano por Luisiana) con 60 miembros de la Cámara en el Capitolio. Sobre un bufé de pollo asado, papas y ensalada, cautivó a la multitud durante dos horas y media mostrando las capacidades de ChatGPT y respondiendo preguntas.

A la mañana siguiente, Altman testificó en la audiencia del Senado sobre los riesgos de la IA. Presentó una lista de ideas regulatorias y apoyó propuestas de los legisladores, incluida la idea de Blumenthal de etiquetas de riesgo para el consumidor en herramientas de inteligencia artificial similares a las etiquetas nutricionales de los alimentos.

Algunos investigadores y competidores afirmaron que OpenAI tenía demasiada influencia en los debates sobre las regulaciones de IA. Las propuestas de Altman sobre licencias y pruebas podrían beneficiar a empresas de IA más establecidas como la suya, dijo Marietje Schaake, miembro del Instituto para la Inteligencia Artificial Centrada en el Ser Humano de la Universidad de Stanford y exmiembro del Parlamento Europeo.

“No solo es un experto, es una parte interesada”, afirmó Schaake.

c.2023 The New York Times Company