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Sandwi-Che y Asadazo. Con 7000 libras esterlinas empezó un negocio con eje en la carne argentina

Gustavo Canto estuvo casi tres años entre Italia y España. Terminó en Inglaterra en 2005.
Gustavo Canto estuvo casi tres años entre Italia y España. Terminó en Inglaterra en 2005.

CORDOBA.- Antes de radicarse en Londres, el cordobés Gustavo Canto, estuvo casi tres años entre Italia y España. Terminó en Inglaterra en 2005 cuando un amigo le dijo de irse allí a probar suerte. A los 45 años y después de tener un restaurante, apuesta al street food con Sandwi-Che, un puesto en el que invirtió unas 7000 libras esterlinas (hoy equivalentes casi a la misma cifra en dólares) y con un catering típicamente argentino, Asadazo.

La carne argentina es bien aceptada entre los ingleses.
La carne argentina es bien aceptada entre los ingleses.

Canto dejó el país en 2003 porque “no aguantaba más la situación económica”. Trabajaba como técnico en computadoras en una empresa de tarjetas de crédito y decidió irse a Italia a hacer la ciudadanía. Reconoce que “nunca” se le hubiera ocurrido Londres porque no hablaba inglés, pero su amigo le insistió. Comenzó a trabajar en un restaurante argentino como parrillero, donde estuvo varios años.

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“Era igual que en la Argentina, pero en el exterior -cuenta a LA NACION-, así que me fui y abrí, con unos socios, un restaurante argentino, Constancia. Estuve cuatro años y me separé para empezar un emprendimiento propio”. En 2015 puso 7000 libras ahorradas en Sandwi-Che.

Arrancó en el Soho, una zona donde pasan miles de personas por día y, desde el comienzo, le fue “muy bien”. Ofrece lomitos y choripanes. Con la pandemia tuvo que dejar esa ubicación; con los aislamientos cambiaron las reglas y los puestos callejeros de comida podían funcionar en los parques, afuera del centro.

Se mudó a Walton Park: “Apliqué y me llamaron porque además vivía en la zona, era local. Ahora tengo puestos los sábados y domingo en Victoria Park, Crystal Palace y Lloyd Park”. Vende unos 400 sandwiches por fin de semana, que cuestan entre 9 y 10 libras.

Los chorizos son también con fórmula argentina, los que los distingue de las salchichas a las que están acostumbrados los argentinos. En este tiempo logró hacerse de una clientela que repite las compras.

Al servicio de catering lo sumó en 2017 ya que Canto tenía en claro que a los ingleses les gustaba el asado argentino.
Al servicio de catering lo sumó en 2017 ya que Canto tenía en claro que a los ingleses les gustaba el asado argentino.

Al servicio de catering lo sumó en 2017 ya que tenía en claro que a los ingleses les gustaba el asado argentino. “Disfrutan del modo en que asamos, de la historia de los gauchos. Aprecian todo el estilo -dice Canto-. La idea surgió cuando fui a un casamiento en España y vi que el modelo andaba. ‘Esto es lo mío’, pensé y arranqué con muy buena repercusión”.

En cada reunión recrean la “atmósfera argentina” con la ropa, la música y la comida. Empanadas -hechas por él mismo- y asado constituyen el menú; dependiendo del presupuesto usan carne argentina (el ojo de bife cuesta unas 25 libras el kilo) o irlandesa (18 libras el kilo). Compra a un importador que cuenta con carne de todo el mundo, lo que le garantiza disponibilidad y variedad.

“La carne argentina está posicionada, saben de qué se trata; el asado es nombrado y el que no lo tiene claro, se lo explicamos para que entienda el nombre”, agrega.

Canto reconoce que, desde que llegó a Europa, este es el primer año en que hace negocios con inflación. “Los precios subieron y nosotros también pero no podemos hacerlo en la misma medida, así que absorbo una parte”, relata.

La esposa de Canto también es argentina; la conoció en su restaurante y, aunque durante varios años, trabajaron separados ella se terminó sumando a los emprendimientos y se encarga de la parte contable.