Un Telemundo de una sola persona en TikTok
HOUSTON — En una calurosa tarde de Houston, Carlos Eduardo Espina se dirigía a un restaurante especializado en comida nicaragüense y puertorriqueña cuando recibió una alerta en su iPhone: el expresidente de Honduras había sido condenado a 45 años de cárcel en Estados Unidos por narcotráfico.
“Tengo que grabar un video en el auto”, se disculpó Espina, de 25 años, mientras entraba con su todoterreno Honda Crossover en el estacionamiento del restaurante. Ojeó la publicación de Instagram de un periódico hondureño sobre la noticia y luego abrió TikTok, donde tiene 9,4 millones de seguidores. Giró la cámara hacia sí mismo mientras su novia, que estaba sentada detrás de él, se agachaba fuera del encuadre, claramente acostumbrada a estos momentos.
Sus ojos color avellana se abrieron de par en par y, al grito de “Importante noticia de última hora”, compartió un resumen de un minuto. El video acumuló más de 100.000 visitas durante el almuerzo, que Espina recibió gratis porque el dueño del restaurante estaba encantado de reconocerlo de TikTok.
Espina, licenciado en Derecho recién egresado y residente de College Station, Texas, se ha convertido en una especie de Telemundo para millones de latinos en Estados Unidos y en una de las personalidades favoritas de la Casa Blanca en las redes sociales. Publica casi de manera constante, compartiendo noticias serias y personales sobre inmigración y la comunidad latina, junto con videos sobre comida, deportes y política; en muchos de sus videos, defiende la agenda del gobierno de Biden.
A pesar de tener más seguidores en TikTok que Beyoncé o Reese Witherspoon, ha recibido poca atención de la prensa nacional, quizá porque la mayoría de sus videos son en español. Sin embargo, el mes pasado llamó la atención con los videos que grabó con el presidente Joe Biden cuando anunció dos nuevas medidas sobre inmigración.
“Para mucha gente, me he convertido en su principal informador sobre inmigración”, afirmó Espina, a quien se suele ver en pantalones de mezclilla y el cabello sujeto en un chongo . “La gente estará viendo Telemundo, y si ven algo sobre inmigración, de inmediato irán a mi perfil y dirán: ‘Oye, ¿qué está diciendo Carlos sobre esto?’”.
Espina forma parte de una lista de personalidades de las redes sociales a las que los políticos, sobre todo los de la Casa Blanca de Biden, ven como locutores modernos, que ofrecen sesiones informativas y un acceso único a los funcionarios del gobierno con la esperanza de llegar a su público a medida que más personas obtienen información en medios de noticias que no son los tradicionales.
En agosto, la Casa Blanca organizará su primera conferencia sobre la economía de los creadores en las redes sociales y el grupo que dirige la Convención Nacional Demócrata, por primera vez, acreditará a creadores como Espina, dándoles acceso al acto principal del partido, normalmente reservado a la prensa.
Espina se apresura a subrayar que no se considera periodista, pero su cuenta de TikTok no dista mucho del periodismo, pues mezcla aspectos informativos con comentarios políticos y entretenimiento. Es una potente combinación en una aplicación que se ha convertido en una importante fuente de noticias para un número creciente de estadounidenses.
Es un trabajo lucrativo. El año pasado, según Espina, recibió 1,3 millones de dólares, la mayor parte procedentes de TikTok, con ingresos adicionales de otras plataformas de redes sociales y patrocinios pagados.
Tom Perez, alto asesor de la Casa Blanca y expresidente del Comité Nacional Demócrata (CND, por su sigla en español), se ha convertido en mentor de Espina, a quien calificó de “superdotado”.
“Tiene una capacidad única para separar el grano de la paja”, señaló Perez, “y para explicar las cosas de manera accesible para la gente”.
Topándose con la viralidad
Espina nació en Uruguay, de donde es su padre, y obtuvo la ciudadanía estadounidense. Su madre es inmigrante mexicana. La familia se estableció cerca de College Station, donde su padre enseña poesía latinoamericana en la Universidad de Texas A&M.
Durante su penúltimo año de preparatoria, empezó a dar clases particulares a estudiantes que habían emigrado de Centroamérica. También empezó a dar clases de ciudadanía los fines de semana en una organización local sin ánimo de lucro. Cuando ingresó en Vassar College, ya sabía que quería ser defensor de los inmigrantes latinos.
Se graduó antes de tiempo, pero la pandemia de coronavirus acabó con el trabajo que tenía previsto. En su lugar, impartió clases virtuales de ciudadanía en Facebook para la organización no lucrativa con la que había trabajado en la preparatoria, y su popularidad no tardó en crecer.
Sus amigos le animaron a publicar contenidos similares en TikTok. Su primer video superó las 100.000 visitas. Pronto se adentró en temas adyacentes, como la explicación de los distintos tipos de visados.
Su cuenta despegó en 2020, cuando apoyó a Biden y se enfrentó a los usuarios de TikTok que apoyaban a Donald Trump, entonces presidente, publicando a menudo entre cinco y diez veces al día. En el momento de la toma de posesión de Biden, tenía más de un millón de seguidores. En 2021 se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nevada, Las Vegas.
Sus publicaciones, que pueden llegar a ser una decena en un solo día, abarcan mucho terreno: avisa de los plazos para los visados de trabajo, advierte a sus seguidores sobre la ubicación de los agentes de la Patrulla Fronteriza o destaca incidentes racistas como el video de una mujer en Disneylandia que dijo que odiaba a los mexicanos. Puede ser burlesco, como la vez que fingió respaldar a Trump; también tiene predilección por llorar ante la cámara, como cuando presentó a su madre en TikTok en mayo.
‘Una calle de doble sentido’
En Estados Unidos, los adultos hispanos son más propensos a utilizar TikTok que los adultos negros, asiáticos y blancos, y más propensos a preferir las redes sociales para las noticias, según el Centro de Investigaciones Pew. Los latinos también sintonizan menos las cadenas de televisión en español tradicionales, como Telemundo y Univisión, según Melita Garza, profesora adjunta y experta en medios informativos en español de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.
“Se observan algunas de las mismas tendencias que en la comunidad anglófona, pero mucho más pronunciadas en la comunidad latina, sobre todo en la inmigrante”, afirmó.
Con la esperanza de asegurarse el importante voto latino, el gobierno de Biden ha intentado aprovechar esta tendencia. Los creadores han sido un pilar de la estrategia de comunicación del gobierno de Biden, se les invitó a las fiestas para ver el discurso sobre el Estado de la Unión y difunden información sobre vacunas y política exterior. Hace poco, esta estrategia tuvo algunos tropiezos, dado que las políticas de Biden sobre la Franja de Gaza y la inmigración se enfrentan a las críticas de la izquierda, sobre todo de la Generación Z.
Espina estaba frustrado por lo que consideraba inacción en la reforma migratoria, e incluso encabezó una protesta nacional en 2022. Pero este año logró tener acceso a la Casa Blanca tras firmar con Palette, una empresa de gestión de talentos que representa a muchos creadores invitados a los actos del gobierno y a la que el Comité Nacional Demócrata ha pagado para que ayude con los influentes de las redes sociales.
“Yo era una persona muy escéptica”, aseguró Espina.
Aunque la Casa Blanca lo contactó en varias ocasiones, no lo presionó para que publicara mensajes simpatizantes. Espina y su mánayer en Palette dijeron que no había recibido ninguna remuneración de la Casa Blanca, la campaña de Biden o el CND.
“Hay que llevar a la gente donde está”, comentó Pérez, y añadió: “Los tiempos de Walter Cronkite y tres cadenas de televisión donde todo el mundo recibía las noticias hace mucho son cosa del pasado”.
c.2024 The New York Times Company