Autos chocados: por qué arreglar el vehículo es cada vez más caro y está generando un efecto imprevisto
Los problemas para importar, ahora profundizados por las nuevas restricciones impuestas por el Banco Central con respecto a la cancelación anticipada de pagos a proveedores del exterior, están causando una nueva dificultad entre las aseguradoras. La falta de repuestos y la suba de precios por la limitación a la oferta conducen a cada vez más destrucciones totales en los siniestros, según sostienen.
La explicación es la siguiente: cuando ocurre un accidente, la aseguradora está obligada a pagar un monto parcial para el arreglo de las partes (siempre de acuerdo con el plan contratado, tope asegurado, las franquicias, la responsabilidad y otras variables). Si el presupuesto de reparación, diseñado por un taller, supera el 80% del valor de lista del vehículo, de acuerdo su modelo y año, el siniestro se cataloga como “destrucción total” y la empresa tiene que indemnizar al cliente o bien reponer la unidad.
Los altos precios de los repuestos y autopartes están causando que las cotizaciones sean cada vez más elevadas y, por lo tanto, que menos autos entren al taller y más clientes demanden la integración completa del valor de su vehículo.
“Cualquier golpe llega a destrucción total muy rápidamente. Es un gran problema para las aseguradoras y también para los asegurados. Antes, un determinado repuesto era un porcentaje del auto, ahora es mucho más. Esto se está viendo en los balances y lo estamos transmitiendo a la Superintendencia de Seguros de la Nación”, admitió Diego Guaita, CEO de San Cristóbal Seguros.
Desde la compañía informaron: “Los componentes electrónicos e importados de los vehículos, sumado al aumento sostenido de su costo (que aumenta con más celeridad e intensidad que el valor del vehículo) hace que sea más fácil llegar al umbral de daño total”.
Para muchas empresas, este fenómeno está generando un problema de solvencia y liquidez. Además, aunque en algunos casos el precio de las primas se disparó hasta un 82%, el promedio de aumentos fue menor a la inflación en 2020. En las aseguradoras describen esta situación patrimonial como “insostenible” y advierten que deberán continuar subiendo las primas por encima del nivel general de aumento de precios.
La indemnización por destrucción total también genera, a la larga, un perjuicio para el cliente al momento de enfrentarse a una nueva compra de un vehículo. Se están registrando faltantes en autos importados, como el Renault Kwid, el Gol de Volkswagen y el Fiat Mobi, y se espera que se agrave la restricción a la oferta en concesionarias con unidades nacionales debido a las nuevas normativas para importar autopartes. Los insumos del exterior representan un 60% de las piezas de un vehículo. La compra de usados también está presentando problemas vinculados a aumentos de precios frente a un crecimiento de la demanda, motivada por la intención de los ahorristas de resguardar valor.
La falta de repuestos para automóviles afecta principalmente a llantas, neumáticos, autopartes, chips, procesadores, vidrios y pinturas. Muchas reparaciones se encuentran frenadas por la escasez, lo que representa más inconvenientes para las aseguradoras y los clientes, que hace meses esperan el arreglo de sus vehículos.