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El BCE empezará a bajar los tipos mientras sigue luchando contra la inflación

FOTO DE ARCHIVO. El edificio del Banco Central Europeo (BCE) en medio de una niebla en Fráncfort, Alemania

Por Francesco Canepa y Balazs Koranyi

FRÁNCFORT, 6 jun (Reuters) - El Banco Central Europeo (BCE) recortará con casi toda seguridad el jueves los tipos de interés desde máximos históricos y es probable que reconozca que ha hecho progresos en su batalla contra la elevada inflación pero que insista que la lucha aún no ha terminado debido a la rigidez de los precios de los servicios.

Los responsables de la política monetaria del BCE han dejado clara su intención de reducir los costes de los préstamos tras ver cómo la inflación en los 20 países que comparten el euro caía desde más del 10% a finales de 2022 hasta situarse justo por encima de su objetivo del 2% en los últimos meses.

Este descenso generalizado se consideró más que suficiente para que el BCE empezara a deshacer la racha de subidas de tipos de interés más pronunciada de su historia, que fue una respuesta a la espiral de precios tras la invasión rusa de Ucrania.

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Ahora, el BCE se unirá a los bancos centrales de Canadá, Suecia y Suiza en el recorte de tipos y se adelantará a la influyente Reserva Federal de Estados Unidos.

Pero lo que parecía el inicio de un importante ciclo de relajación hace tan solo unas semanas parece ahora más incierto ante los indicios de que la inflación puede resultar más rígida de lo esperado en la zona del euro, como ha ocurrido en Estados Unidos.

Esto significa que es poco probable que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y sus colegas se comprometan a una nueva reducción de los tipos en su reunión de julio o más adelante.

En su lugar, se espera que insistan en que cualquier nueva medida dependerá de los datos que vayan llegando y en que los costes de los préstamos deben mantenerse lo suficientemente altos como para contener la inflación.

"Los recortes adicionales en septiembre y diciembre siguen siendo nuestro predicción central", afirma en una nota Fabio Balboni, economista de HSBC. "Pero si la reciente resistencia de la inflación de los servicios se mantiene, vemos cada vez más posibilidades de que el BCE tenga que ser más cauteloso a la baja".

Los 82 economistas encuestados por Reuters esperaban que el BCE recortara su tipo de depósito al 3,75% el jueves desde un récord del 4,0%, en lo que sería su primer recorte desde 2019.

Pero no todos creen que sea una buena idea.

Gabriele Foà, gestor de carteras de Algebris Investments, dijo que el recorte "pronto podría ser visto como un error de política" y el economista de JPMorgan Greg Fuzesi dijo que era "extrañamente apresurado".

"Si los datos económicos no respaldaban un recorte de tipos en marzo, hoy lo hacen aún menos", afirmó Lorenzo Codogno, de LC Macro Advisors. "La inflación no ha bajado como esperaba el BCE, los índices más ligados a la demanda interna han aumentado, el crecimiento salarial ha subido y la demanda global y el crecimiento del PIB se han fortalecido".

SIN CANTAR VICTORIA

El economista jefe del BCE, Philip Lane, marcó la pauta la semana pasada, afirmando que una bajada de tipos no sería una "declaración de victoria" y que el ritmo de las nuevas reducciones dependería de los avances en la inflación y la demanda internas.

La mayoría de los economistas seguían esperando dos recortes más de los tipos para finales de año, pero los mercados solo prevén entre uno y dos movimientos más, un gran cambio en comparación con el comienzo del año, cuando se veían más de cinco recortes de los tipos en 2024.

Sin embargo, algunos datos más fuertes de lo previsto en las últimas semanas han alimentado el temor a que el camino hacia el 2% de inflación sea más difícil de lo previsto por el BCE, una preocupación expresada a menudo por Isabel Schnabel, miembro influyente del Consejo.

La inflación de la zona euro subió más de lo previsto en mayo, con un crecimiento de los precios en el sector servicios, que algunos responsables políticos señalaron como especialmente relevante porque refleja la demanda interna, repuntando hasta el 4,1% desde el 3,7%, según las estimaciones preliminares.

Es probable que esto refleje unos aumentos salariales mayores de lo previsto en el primer trimestre del año, que impulsaron la maltrecha renta disponible de los consumidores tras años de subidas salariales por debajo de la inflación.

Pero la verdadera incógnita puede ser la Reserva Federal, que ha que ha señalado claramente un retraso en su propio ciclo de flexibilización, alimentando cierta cautela también en Fráncfort.

"El ritmo de los recortes de tipos dependerá de EE.UU. y de la Reserva Federal", afirmó Mohit Kumar, economista de Jefferies. "En el caso de que la Fed no recorte los tipos en absoluto este año —no es nuestro caso base— podríamos ver solo dos recortes por parte del BCE este año".

Un repunte del crecimiento también redujo la urgencia para el BCE, y es probable que el banco eleve algunas previsiones de crecimiento el jueves, negando el argumento de que los tipos altos están ahogando la actividad económica.

Aun así, las nuevas previsiones seguirán sugiriendo que la inflación volverá al objetivo del 2% del BCE el año que viene, lo que mantendrá al banco central en la senda de una mayor relajación, salvo nuevas sorpresas inflacionistas.

"En todo caso, los cinco trimestres de estancamiento de la economía de la zona euro desde otoño de 2022 hasta finales de 2023 sugieren que el BCE puede haber exagerado con sus subidas de tipos", dijo Holger Schmieding, economista de Berenberg. "Visto desde este ángulo, unos tipos algo más bajos tienen sentido."

(Editado por Toby Chopra y Sonali Paul; editado en español por Javi West Larrañaga)