Yahoo Finanzas El curioso origen del cubalibre, que debe su nombre a una victoria histórica sobre los españoles
Pocos cócteles son tan fáciles de ‘crear’ de la nada como el cubalibre. Y tan exitosos. La bebida por antonomasia del país de Fidel Castro, que ha extendido su influencia a tantos otros países de la región y más allá del continente, ha sobrevivido al paso del tiempo a pesar de su simplicidad. Aunque la receta original es algo más “compleja” (incluía jugo de limón, sal, agua mineral y algo de azúcar), en la actualidad, solo se necesita ron, Coca Cola y una rodaja del cítrico para deleitarse con este trago que evoca revolución por los cuatro costados y cuyo origen se remonta a principios del siglo XX.
No hay discusión: los cubanos son la población que más ron consume del mundo al año. La media anual per cápita se establece en los 4,9 litros, según ‘The Economist’. Una cifra nada despreciable que, paradójicamente, contrasta con la cantidad de litros que el país exporta al exterior. En 2021, Cuba se situó como el séptimo exportador de ron mundial, por detrás de países como Italia, España, República Dominicana, Estados Unidos y Francia, de acuerdo con TradeMap. Un bajón en el ‘ranking’ tras las fatales consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus. La isla caribeña nunca había descendido de los tres primeros puestos desde que existen registros.
El cubalibre, como no podía ser de otro modo, debe su nombre al país que lo vio nacer, pero no, en cambio, a un cubano. Hay muchas teorías sobre cómo se llegó a la conveniencia de llamarlo de este modo tan evocador, pero solo una ha sobrevivido a los años y acumula el mayor consenso entre historiadores y entendidos varios. Esta celebre combinación precede a la guerra hispano-estadounidense, el conflicto bélico que enfrentó al reino de España y a Estados Unidos en mayo de 1898, en plena gesta por la independencia de la isla. Pero es en este contexto donde alguien tuvo a bien bautizarlo. Valga resaltar que España perdió Cuba tras los enfrentamientos con los ‘gringos’ que quedó bajo tutela colonial estadounidense.
Cuenta la leyenda que ha ido ganando peso con el transcurso de los siglos, que el cubalibre recibió su nombre en un bar llamado ‘The American Bar’, fundado por dos militares norteamericanos. Localizado en la calle Neptuno, en pleno corazón de La Habana vieja, el local pronto se convirtió en centro del ocio citadino y de reunión de miembros del ejercito de Estados Unidos trasladados al país. Era una tarde calurosa y pegajosa entre 1900 y 1902 (los números bailan) cuando un capitán de apellido Russell pidió un trago de ron Bacardí y refresco de cola. La insólita petición llamó la atención de los soldados rasos que se unieron a su superior y pidieron una ronda para todos los ahí presentes. Fue uno de estos soldaditos de plomo, de nombre desconocido, quien propuso un brindis por todo lo alto por la recién estrenada “Cuba Libre” del influjo español. Y así fue conocido el trago desde entonces.
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La tradición de llamarlo cubalibre, lógicamente, no cruzó el charco. Ya sea por resentimiento o por no querer recrearse en la derrota, en España se extendió la acepción de ‘cubata’. En otros países latinoamericanos, como en Chile, se conoce como roncola que no deja lugar a dudas sobre los ingredientes principales a los que debe su fama mundial. Hay quien dice que, para hacer honor a la receta original, el cubalibre debe elaborarse a partir de ron añejo, con su característico color ámbar. Otros, en cambio, defienden que, en primera instancia, se creó con ron blanco. Todo depende de la fuente a la que se recurra, nada fuera de lo normal. En lo que sí hay consenso es que, sin importar blanco o negro, es de obligado cumplimiento para todo aquel que visite La Habana pedirse el suyo y recrearse en él sin prisas. Cuba es un país para ‘consumirlo’ despacio, a ritmo caribeño.
