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Tienen como objetivo “abastecer al mundo” y algo los distingue en todo Occidente

Pablo Tamburo, CEO de la empresa que, entre otros productos, exporta 25.000 toneladas por año de girasol confitero
Pablo Tamburo, CEO de la empresa que, entre otros productos, exporta 25.000 toneladas por año de girasol confitero - Créditos: @Gentileza

La empresa nació en 1989 con la idea de “abastecer al mundo” con productos de las economías regionales. El eje, por unos años, fue el girasol de confitería (del que hoy exporta 25.000 toneladas anuales) y después sumó otros frutos secos y maíz pisingallo. Argensun vende a 70 países y tiene el laboratorio de semillas de este girasol más importante del mundo occidental. Está en Luján, Buenos Aires, donde hay un campo experimental de 50 hectáreas.

Fundada por la familia Díaz Colodrero -ninguno de sus integrantes venía de la producción agropecuaria-, la compañía comenzó utilizando genética estadounidense, de Dow AgroSciences, firma con la que se asoció y compró del rubro.

En agosto el campo rompió otro récord y trajo más dólares por exportaciones

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“Hoy tenemos el laboratorio más grande del mundo occidental; no hacemos nada transgénico, se cruzan semillas para ver cuál es la que se obtiene, con qué rendimiento a campo y que sea la mejor para industrializar”, explica a LA NACION el CEO de la empresa, Pablo Tamburo.

El cruzamiento de semillas es de variedades de muchas en todas partes del mundo para determinar cuáles son las mejores y que cumplan todas las etapas: “Desde el inicio hasta el lanzamiento pasan siete años; es un trabajo importante”. Realizan ensayos en 13 localidades de la Argentina, Chile, Estados Unidos, Francia y en varios países del Mar del Negro.

Las semillas de la compañía -se venden con el nombre de Valía- se usan en el 95% de los campos de girasol en la Argentina.

En materia de exportación de girasol de confitería son líderes en el país; unas 5000 toneladas anuales quedan en el mercado doméstico, las que comercializan como “Pipas”. Además, producen maíz pisingallo (unas 7000 toneladas anuales); sésamo, chía, castañas de cajú y nueces (10.000 toneladas por año) y ciruelas disecadas (2500 toneladas por año).

Ciruelas, otro producto de la firma. Disecadas venden 2500 toneladas por año
Ciruelas, otro producto de la firma. Disecadas venden 2500 toneladas por año

“Todo se exporta y se abastece el mercado interno -explica Tamburo-. En la Argentina el consumo de estos alimentos saludables todavía es bajo, es una tendencia que está llegando. Queremos ayudar a modificar esa cultura e, incluso, vamos contra los números propios y dejamos productos en el país”.

Repasa que, desde el comienzo, la mirada de los fundadores estuvo “muy abierta al mundo; detectaron que había una cantidad de semillas y frutos secos que se consumían en el mundo y que se podían abastecer a un precio conveniente”.

Exportación

La primera exportación de girasol sin cáscara fue a Alemania; ahora venden con y sin cáscara en bolsas de 25 kilos o en big bags de 1000 kilos. El proceso industrial para el que va sin cáscara es muy complejo y requiere de conocimiento del personal y de tecnología.

“El activo más importante de la empresa son las personas que tienen un alto conocimiento; la materia prima viene distinta cada año y ellos saben cómo tratarla”, dice Tamburu. Ocupan a 250 trabajadores de forma permanente.

La empresa tiene el laboratorio de semillas de girasol confitero más grande del mundo
La empresa tiene el laboratorio de semillas de girasol confitero más grande del mundo

Medio Oriente es el mercado más importante al que llegan, seguido por el norte de África; Centroamérica; países de la región del Mar Negro; Norteamérica y Europa.

Los mayores productores del mundo de girasol de confitería son China y Rusia, con unas 2 millones de toneladas por año cada uno; el consumo interno también es muy alto. “Pero si tienen margen y exportan, alteran el mercado”, grafica el ejecutivo. Estados Unidos, Turquía y la Argentina siguen en la lista, pero con una brecha importante con los líderes.

Argensun, por el momento, no exporta productos con marca propia porque “competiría” con sus propios clientes que procesan en destino. Sí analiza hacerlo a mercados donde no venden, como Uruguay, Chile, Brasil. “Nos definimos como el puente que une a los productores con los consumidores; vendemos a la industria de la alimentación”, aporta Tamburo. Cuentan con oficinas en Medio Oriente y en España.

En el país trabajan con unos 250 productores de manera permanente: “Son nuestros aliados; con ellos estamos llevando adelante un proyecto solidario para reconocer el mérito a los que trabajan. Ellos eligen a quien ayudar por cuatro meses; acompañarlo para que esté mejor y siga trabajando”.