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Las mentiras que surgen después de los desastres naturales de este verano

Lahaina, Maui, miércoles 16 de agosto de 2023: casas y negocios quedaron en ruinas después de que el devastador incendio forestal de la semana pasada arrasara la ciudad. (Foto de Robert Gauthier/Los Angeles Times vía Getty Images)
Lahaina, Maui, miércoles 16 de agosto de 2023: casas y negocios quedaron en ruinas después de que el devastador incendio forestal de la semana pasada arrasara la ciudad. (Foto de Robert Gauthier/Los Angeles Times vía Getty Images) (Robert Gauthier via Getty Images)

A medida que los desastres naturales y las condiciones ambientales extremas se vuelven más comunes en todo el mundo durante este verano, los científicos señalan repetidamente hacia un factor compartido: el cambio climático.

Los teóricos de la conspiración apuntaron a cualquier cosa menos esa.

Algunos afirmaron, falsamente, que las olas de calor récord que azotaban partes de Norteamérica, Europa y Asia eran normales y que habían sido convertidas en sensacionalistas como parte de un engaño globalista. Otros fabricaron historias de que aviones que realizan siembra de nubes o una presa cercana, en lugar de las lluvias torrenciales, habían causado las inundaciones inusualmente intensas en el norte de Italia (así como en lugares como Vermont y Ruanda).

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El devastador incendio forestal en Maui este mes produjo afirmaciones especialmente ridículas. En las redes sociales, se publicaron millones de puntos de vista que culpaban del fuego a un “arma de energía dirigida” (la evidencia: grabaciones de hace años no hechas en Hawái), Además, conforme Florida se preparaba para el huracán Idalia de esta semana, algunas personas aseguraron en línea, de manera incorrecta, que tales tormentas no son afectadas por las emisiones de los combustibles fósiles.

Las aseveraciones sin fundamento que ahora surgen después de los desastres naturales y el clima peligroso y que contradicen una vasta evidencia científica pueden a menudo parecer frívolas y fantasiosas. Sin embargo, persisten (lo que atrae a un gran público y frustra a los expertos climáticos, quienes aseguran que al mundo le queda poco tiempo para evitar una catástrofe relacionada con el calentamiento global).

Dichas afirmaciones pueden iniciar con publicaciones de blog pagadas por las industrias del petróleo o el gas o con base en rumores compartidos entre vecinos. Los foros de discusión en línea están llenos de comentarios en varios idiomas que rechazan tanto la ciencia detrás de las emisiones de combustibles fósiles como la autoridad de los científicos. A veces, son amplificadas por los políticos y expertos más importantes (por ejemplo, el candidato presidencial republicano Vivek Ramaswamy calificó el cambio climático de “engaño” durante el primer debate la semana pasada).

Uno de los mayores problemas

Eleni Myrivili, directora de calor del programa de asentamientos humanos de las Naciones Unidas, quien también trabaja en cuestiones de calor para el Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller, comentó: “Es realmente uno de los peores desafíos a los que tenemos que enfrentarnos”.

Tras desempeñar un cargo similar para la ciudad de Atenas, la cual estaba amenazada por una serie terrible de incendios forestales este mes, Myrivili indicó que la desinformación era “una de las cosas más dolorosas porque es como agregar un insulto a una herida”.

Eleni Myrivili cerca de su casa en Atenas, el 18 de agosto de 2021. (Eirini Vourloumis/The New York Times)
Eleni Myrivili cerca de su casa en Atenas, el 18 de agosto de 2021. (Eirini Vourloumis/The New York Times)

Los negacionistas totales del clima son una minoría: el 74 por ciento de los estadounidenses cree que el calentamiento global está sucediendo, contra el 15 por ciento que no cree, según una encuesta realizada la primavera pasada por el Programa de la Universidad de Yale de Comunicación sobre el Cambio Climático y el Centro para la Comunicación sobre el Cambio Climático de la Universidad George Mason. Sin embargo, mientras que el 61 por ciento entiende que los humanos tienen la mayor parte de la culpa (el consenso de casi toda la comunidad científica), el 28 por ciento señala que el fenómeno es en gran medida una evolución natural.

Los expertos opinan que las tácticas y el tenor de la negación climática habían evolucionado. Durante décadas, las industrias del petróleo y del gas gastaron miles de millones de dólares en una campaña coordinada y altamente técnica para influir en la opinión pública en contra de la ciencia climática y, después, de la acción climática. Hace poco, los teóricos de la conspiración y los extremistas han operado de una manera más descentralizada, al generar ingresos a través de ciberanzuelos (“clickbaits”) sobre el calentamiento global.

Jennie King, jefa de investigación y políticas climáticas del Instituto para el Diálogo Estratégico, un grupo de expertos que estudia las plataformas en línea, declaró: “Esos dos universos de actores chocaron entre ellos en el espacio en línea y básicamente encontraron un matrimonio de conveniencia. Lo informal y lo formal, lo tradicional y lo muy digital ahora ocupan el mismo ecosistema y lo llevan a nuevos extremos”.

La complejidad del problema alimenta las noticias falsas

Las consecuencias del calentamiento global son complejas. Por ejemplo, los desastres naturales y los fenómenos meteorológicos extremos aún ocurrirían sin él, aunque en menor escala. Susannah Crockford, antropóloga ambiental de la Universidad de Exeter en Inglaterra, comentó que eso contribuye a alimentar muchas ideas falsas.

Crockford, quien estudia el negacionismo climático, relató que comprendía la necesidad de inventar explicaciones que cambien la responsabilidad del cambio climático hacia un chivo expiatorio como los pirómanos o “la élite”.

Crockford manifestó: “Culpar a un enemigo específico hace que sea más fácil luchar (solo hay que deshacerse de las personas malas que están provocando que esto suceda y, entonces, el problema desaparece)”.

Camionetas y escombros yacen esparcidos en un canal en Horseshoe Beach, Florida, después del paso del huracán Idalia, el miércoles 30 de agosto de 2023. (Foto AP/Rebecca Blackwell)
Camionetas y escombros yacen esparcidos en un canal en Horseshoe Beach, Florida, después del paso del huracán Idalia, el miércoles 30 de agosto de 2023. (Foto AP/Rebecca Blackwell) (ASSOCIATED PRESS)

Este verano, las teorías de conspiración sobre el cambio climático siguieron patrones conocidos. Los negacionistas lo describieron como una táctica de control tiránica (un esfuerzo para reubicar a los residentes rurales en ciudades a fin de que sean monitoreados mejor, obligar a la gente a aislarse en interiores o forzar un cambio hacia la energía renovable mediante el sabotaje a la industria de los combustibles fósiles).

Acción Climática Contra la Desinformación, una coalición de decenas de grupos que luchan contra los discursos falsos, analizó las afirmaciones sobre incendios forestales en los últimos tres años. En un informe del mes pasado, la organización demostró cómo esas afirmaciones se reciclan y adaptan con base en la época. El movimiento Black Lives Matter y los manifestantes antifa fueron chivos expiatorios cuando estallaron incendios forestales en California, Oregón y Washington en 2020. Cuando Canadá enfrentó sus propios incendios forestales este verano, al primer ministro Justin Trudeau se le vinculó sin fundamentos con actividades ecoterroristas.

La "teoría" tras el último gran incendio

En Maui, los temores de que desarrolladores inmobiliarios voraces se abalanzaran después del incendio con rapidez se transformaron en afirmaciones infundadas de que inversionistas de bienes raíces adinerados habían causado el incendio. El video del gobernador de Hawái en el que dice que el estado podría adquirir terrenos en Lahaina y protegerlo para los locales se manipuló y se presentó como prueba engañosa de que su plan era comprar terrenos para crear una “ciudad inteligente” tecnológicamente avanzada.

Funcionarios del condado de Maui habían advertido durante años sobre el riesgo de que el cambio climático provocara incendios forestales más frecuentes e intensos. Los expertos indicaron después que el incendio de Lahaina había sido avivado por el empeoramiento de las condiciones de sequía, la humedad baja y los vendavales relacionados con un huracán a cientos de kilómetros de distancia.

No obstante, el calentamiento global no fue un factor en las teorías falsas que surgieron en las redes sociales. Una usuaria de TikTok opinó que “algunas personas tomaron fotografías de los láseres cayendo y encendiendo el incendio en Maui”. Como evidencia, compartió dos imágenes: una de la cuenta de Instagram de SpaceX que muestra el lanzamiento del cohete Falcon 9 de la compañía desde California en 2018, la otra de una fotografía de hace cinco años publicada en Facebook después de una llamarada controlada de una refinería de petróleo en Ohio. (Otras imágenes que pretenden capturar un “arma de energía directa” en operación en Maui muestran explosiones de transformadores en Chile y Luisiana).

A los activistas climáticos les preocupa que las plataformas sociales y la tecnología, como la inteligencia artificial, ayuden a producir y acelerar la difusión de información errónea sobre los desastres naturales y el clima extremo.

King, del Instituto para el Diálogo Estratégico, expresó que científicos y otros expertos en el cambio climático están siendo asediados con ataques personales, incluidas afirmaciones de que son cómplices de una camarilla globalista u otras fuerzas oscuras. La erosión de la confianza en los expertos atrapa a todos en una “antecámara de discusión”, ya que se debate sobre credibilidad en lugar de emprender medidas.

King concluyó: “El peligro en sí no es que las personas tengan opiniones desagradables. Más bien, se trata de nuestra incapacidad para mantener una conversación de buena fe acerca de estas cuestiones absolutamente críticas en los años por venir”.

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c.2023 The New York Times Company