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Action Park, el terrorífico parque acuático que tuvo que cerrar tras 6 muertes

La historia de Action Park se podría resumir con la siguiente frase: una serie de catastróficas desdichas, como los libros sobre la vida de los hermanos Baudelaire, escrita por Lemony Snicket, cuyo nombre real era Daniel Handler. Hasta donde se sabe, no ha habido en la historia ningún parque acuático que haya acumulado tantos accidentes y, tristemente, tantas muertes. Un récord siniestro que acabó, como no podía ser de otra forma, con su clausura en 1996. Debieron pasar 18 años para que alguien le metiera sensatez y echara el cierre definitivo.

Un parque temático como Action Park sería a día de hoy impensable. Las fuertes medidas de seguridad que rodean estos espacios, junto con la presión de la opinión pública en caso contrario, haría improbable, por no decir imposible, que subsistiera después de tantas fatalidades. Pero hubo un tiempo en el que la peligrosidad no era motivo suficiente para acabar con un negocio que generaba cuantiosos beneficiosos a sus dueños y a los políticos que secundaban su apertura.

Action Park. Foto: @classactionpark
Action Park. Foto: @classactionpark (@classactionpark)

‘El parque de los accidentes’, apodo por el que terminó conociéndose, abrió sus puertas en Vernon, Nueva Jersey, en 1978, bajo una premisa clara: ofrecer a los visitantes emociones fuertes como nunca antes habían experimentado. Detrás de Action Park estaba Eugene Mulvihill para quien la peligrosidad era parte inherente de la diversión.

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El empresario creó, a través de su empresa Great American Recreation (GAR), un parque acuático pionero en Estados Unidos que sentaría las bases para el apogeo posterior de parques recreativos en el país (eso sí, con todas las medidas de seguridad de las que este lugar carecía). El problema es que a Mulvihill se le fue de las manos esa ostentación del riesgo. Las atracciones eran tan sumamente extremas que no había día en el que alguien no acabara con la nariz ensangrentada, una extremidad dislocada o varias heridas en el cuerpo. Las olas de algunas piscinas superaban el metro de alto y los toboganes tenían un desnivel tan marcado y curvas tan mal diseñadas que hacían complicado controlar la velocidad y el correspondiente choque. El mítico ‘Cannonball Loop’, el tobogán de agua más peligroso de todos, combinaba una pista cerrada empinadísima con un giro vertical completo de 360 grados al final que los usuarios no lograban completar. Era físicamente imposible que el cuerpo efectuara esa rotación sin sufrir algún daño. Un mes después de su inauguración en 1983, fue cerrado por las autoridades competentes ante la cantidad de fatalidades que provocó. Años más tarde, el hijo de Eugene, Andy Mulvihill, reconoció a ‘The New York Times’ que “el ‘Cannonball Loop’, más que divertido, era una atracción a la que te subes más para sobrevivir que para divertirte”.

'Cannonball Loop', en el parque acuático Action Park. Foto: @classactionpark
'Cannonball Loop', en el parque acuático Action Park. Foto: @classactionpark (@classactionpark)

En general, las medidas de protección brillaban por su ausencia. Los responsables de velar por la seguridad de los visitantes eran, en su mayoría, menores de edad que no habían recibido la formación necesaria para afrontar el cargo asignado. Muchos de ellos, desconocían, incluso, técnicas básicas de primeros auxilios frente a posibles ahogamientos. De hecho, se dice que muchos de ellos acudían a sus puestos de trabajo bajo las influencias del alcohol ante la falta de control.

GAR fue acusado de haber hecho recortes a la hora de diseñar y construir Action Park y de realizar un mantenimiento deficitario en los años sucesivos para abaratar costes. Se demostró que los responsables de la empresa también incurrieron en una serie de prácticas delictivas, como la de no proceder a instalar mejoras en seguridad a medida que el desarrollo tecnológico en esta materia avanzaba.

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Lo que debería haber sido un lugar de disfrute para compartir en familia y entre amigos se convirtió en una ratonera. Además de los accidentes que se sucedían diariamente en el parque, hubo que lamentar la muerte absurda de seis personas. Tres fallecieron por ahogamiento, una por un ataque al corazón, otra por un golpe en la cabeza después de salir volando de una atracción y la sexta tras ser electrocutada. Finalmente, tras sumar múltiples polémicas y fatalidades, Action Park fue clausurado para bien en 1996.

En 2020, ‘El parque de los accidentes’ volvió a estar en boca de todos gracias al documental de HBO ‘Class Action Park’. En él se relata la historia de este parque temático que, visto lo visto, compartía más similitudes con uno de terror que con uno de naturaleza acuática.

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