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Bancos quieren volver a comprar Leliqs pero Caputo se niega: temen quedar "descalzados" con tasa de plazo fijo

Al final, la "solución de mercado" para limpiar el balance del Banco Central resultó una de las medidas más sorprendentes del plan económico de Javier Milei: nada de canjear la "bola de Leliqs" por un bono en dólares, sino que la apuesta es la licuación inflacionaria, a través de una rebaja en términos reales de la tasa de interés.

Es algo que ya se había insinuado el miércoles, cuando el nuevo presidente del Banco Central, Santiago Bausili, avisó que mantendría incambiada la tasa de 133% para las Leliqs pero que bajaría a 100% la de los pases pasivos -colocaciones super líquidas-.

Horas antes, el ministro Luis Caputo había dado su primer mensaje, en el que presentaba la voluntad de tener un tipo de cambio prácticamente fijo para los próximos meses -un crawling peg de apenas 2% mensual en un contexto de alta inflación-.

Esto implicaba tasas fuertemente negativas en términos reales, porque las Leliqs -que tienen la misma remuneración que los plazos fijos- se mantiene en un 11% mensual y los pases bajaban a 8,3% mensual-. Es decir, ambas muy por debajo de la inflación.

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Aun así, los bancos fueron diplomáticos y dejaron trascender satisfacción con el nuevo plan y señales públicas de apoyo. Pero lo cierto es que la inquietud por ser elegidos como "variable de ajuste" del nuevo plan no se había disipado del todo. Directivos consultados por iProfesional admitieron que, desde su punto de vista, lo más apropiado hubiese sido una suba de las tasas.

Y esos temores parecen haberse confirmado el jueves, en la primera licitación de Leliqs del nuevo gobierno. Los bancos ofrecieron comprar $5,15 billones pero el BCRA apenas les aceptó un 20% de ese monto.

El BCRA sorprendió al bajar las tasas de los pases pasivos y dificultar el regreso de los bancos a las Leliqs
El BCRA sorprendió al bajar las tasas de los pases pasivos y dificultar el regreso de los bancos a las Leliqs

El BCRA sorprendió al bajar las tasas de los pases pasivos y dificultar el regreso de los bancos a las Leliqs

Traducido: los bancos, que ante la incertidumbre previa a la asunción de Milei habían desarmado rápidamente sus colocaciones en Leliqs con vencimiento a 28 días y se habían pasado a depósitos de 24 horas, se encuentran ahora en un "descalce" de tasas, una de las situaciones más temidas en el sistema financiero.

Significa que los bancos deben seguir pagándole a los ahorristas un 11% mensual por sus plazos fijos, pero los títulos que tienen colocados en el Central, que es de donde obtienen la renta para pagarles a los ahorristas, ahora sólo les dejan 8,3%. Esto ocurre porque la mayor parte del dinero de los ahorristas -más concretamente, un 70% de la "bola" de $23 billones- quedó colocada en pases, mientras que solamente un 30% sigue en Leliqs.

Los bancos, descalzados

Fue una jugada sorpresiva la de la dupla Caputo-Bausili, porque lo que se había interpretado en un primer momento era que se buscaba que los bancos volvieran masivamente a las Leliqs, en vez de conservar el dinero casi líquido. Pero al haber rechazado la oferta de renovación que se hizo ayer, lo que está viendo el mercado es que se está buscando una licuación.

En una situación "normal", la reacción de los bancos sería una inmediata baja de la tasa de interés, pero el Banco Central obliga -al menos hasta ahora no ha cambiado la normativa- a que los ahorristas de plazo fijo reciban la misma tasa con la que se remunera las Leliqs. Lo que sí pueden hacer los bancos es no aceptar nuevos depósitos, con lo cual el volumen ahorrado iría cayendo gradualmente, en la medida que los plazos fijos no sean renovados.

De todas formas, los bancos no evitarán que, en el mientras tanto, sean ellos quienes deban asumir el diferencial de tasa que les ocasione una pérdida. Hoy tienen un stock de $13 billones en plazos fijos, pero sólo $6 billones para respaldarlas con Leliqs mientras que unos $16 billones permanecen en pases pasivos, por la que perciben la tasa que acaba de ser rebajada.

Caputo y un viraje sorpresivo

La estrategia del equipo económico se aleja mucho de las hipótesis que se habían manejado antes de la asunción del nuevo gobierno. Las versiones del mercado apuntaban a que se buscaría canjear todas las Leliqs por un bono nominado en dólares, en cabeza del Tesoro.

Era una opción muy criticada por los economistas de la línea ortodoxa, que veían a las Leliqs no como un problema en sí mismo sino como el reflejo del desajuste fiscal, que obligaba al BCRA a asistir al Tesoro y luego reabsorber la liquidez. Y las propuestas, además de la austeridad fiscal, iban en el sentido de que se bajaran las tasas de interés hasta un punto en que fueran negativas ante la inflación, y se fueran licuando en términos reales.

Pero Milei, que veía a las Leliqs como una potencial bomba hiperinflacionaria, y dijo que eran el obstáculo insalvable para su proyecto dolarizador, había encomendado a Caputo una "solución de mercado" para resolver el tema.

Santiago Bausili, presidente del BCRA, y Luis Caputo, ministro de Economía, apuestan a una
Santiago Bausili, presidente del BCRA, y Luis Caputo, ministro de Economía, apuestan a una

Santiago Bausili, presidente del BCRA, y Luis Caputo, ministro de Economía, apuestan a una "licuación" de las Leliqs

Cuando, en plena campaña, Milei equiparaba a las Leliqs como parte del déficit fiscal -la parte más grande, de hecho, equivalente a 10% del PBI-, los bancos habían emitido un comunicado en el que expresamente apoyaban la visión opuesta, que defendía el entonces titular del BCRA, Miguel Pesce.

"Las Leliqs no son una bomba destinada a explotar ni una bola de nieve que crece autónomamente. Su manejo es uno de los desafíos que enfrentará el próximo gobierno a la hora de diseñar un programa económico. Pero no es más que eso, un desafío", afirmaba el comunicado de las asociaciones bancarias hace tres semanas.

Básicamente, lo que planteaban los bancos es que las Leliqs no existirían si no fuera por la tendencia del gobierno a financiar el déficit fiscal con emisión monetaria y, además, a mandar al BCRA a comprar los bonos del Tesoro que el mercado no quiere tener en su cartera. Desde ese punto de vista, la forma "virtuosa" de desarmar las Leliqs era el envío de señales austeras en materia fiscal. Mientras que lo negativo sería dar insinuaciones sobre que se hará desaparecer esa "bola" mediante algún mecanismo de licuación.

La parte de la austeridad fiscal se cumplió con creces en el primer mensaje de Caputo, pero el componente de la licuación también se hizo presente: las leliqs seguirán con una remuneración mensual de 8,3%, lo cual es una tasa baja frente al IPC de 12,8% que se registró en noviembre, y bajísima frente al IPC por encima del 20% que se proyecta para diciembre.

Fue el propio Caputo quien explicó la visión del gobierno sobre este punto: dijo que, aunque no hubiera una suba de las tasas en la misma medida de la inflación, igual los ahorristas tendrían un incentivo para tener los pesos en el banco. Su argumento es que  al planchar al dólar en $800 -con un muy lento crawling peg-, los ahorristas compararían la tasa no contra el IPC sino contra la suba del dólar, y verían la conveniencia de seguir en pesos. En otras palabras, apostó al renovado atractivo de la "bicicleta".

Pero claro, para que esa estrategia funcione, en realidad no alcanza con que el crawling peg sea menor a la inflación. De hecho, eso es lo que hacía Sergio Massa. Hay otra condición, y es que el dólar paralelo también debe permanecer relativamente inmóvil, porque en un mercado con cepo cambiario, la comparación del ahorrista es con el único dólar que puede comprar.

La caída del dólar blue es la apuesta de Caputo para que se mantengan los plazos fijos, aun con tasas bancarias reales negativas
La caída del dólar blue es la apuesta de Caputo para que se mantengan los plazos fijos, aun con tasas bancarias reales negativas

La caída del dólar blue es la apuesta de Caputo para que se mantengan los plazos fijos, aun con tasas bancarias reales negativas

De momento, la estrategia está saliendo bien, porque el tipo de cambio paralelo no sólo no subió tras la devaluación, sino que hasta cayó en el mercado blue. La brecha cayó a un nivel -inédito por lo bajo- de 23%.

Sin embargo, se trata de una estrategia que muchos consideran arriesgada, porque estos niveles de tasa de interés no disipan del todo el riesgo de que haya una salida masiva de los depósitos.

El bono importador también licúa

Pero la estrategia tiene otra punta más: el nuevo bono con el que se quiere resolver el problema de la deuda de los importadores, que supera los u$s54.000 millones. La parte del stock, es decir de las importaciones ya realizadas, supera los u$s35.000 millones.

Caputo explicó que este bono cumplirá no solamente la función de resolver el problema de esa deuda, sino que además tendrá la virtud de retirar pesos del mercado, con lo cual se ayudará al objetivo de frenar la inflación y de sacarle presión al tipo de cambio.

No dejó en claro cual es el monto esperado para la demanda por el nuevo bono, pero dejó entrever que será una suma lo suficientemente significativa como para que incida en el desarme del pasivo del BCRA.

Mientras en los medios se debate sobre si la emisión de este título puede ser considerada como la estatización de una deuda privada, el ministro demuestra que está dispuesto a avanzar rápido en la disolución de la "bomba" de pasivos remunerados.

Así, en el marco de un plan que tiene muchos elementos ortodoxos que se alejan de la visión "anarco-capitalista", también en este caso el equipo económico comandado por Caputo sorprendió. Aplicó algunos consejos de economistas que hasta hace poco tiempo se paraban en la vereda de enfrente a las propuestas de Milei, al tiempo que les hace pagar un costo a los bancos y ofrece un polémico bono a pagar en dólares.