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Hidroaviones y nanosatélites: el difícil reparto de 77.000 millones de euros de fondos de la UE en España

FOTO DE ARCHIVO: Banderas de España y de la UE en Madrid

Por Belén Carreño y Charlie Devereux

MADRID, 20 abr (Reuters) - Una solicitud de hidroaviones necesarios para luchar contra los incendios se desestima porque podría perjudicar al medio ambiente. De otra parte, se exige a las empresas que solicitan ayudas tras el zarpazo del COVID-19 que demuestren haber tenido un balance saneado en los últimos años.

Éstas son algunas de las contradictorias exigencias de autoridades españoles y de la Unión Europea que sumen en una maraña burocrática el reparto por parte de España de 77.000 millones de euros (84.000 millones de dólares) en subvenciones procedentes de los fondos comunitarios para la recuperación de la pandemia, según se desprende de entrevistas mantenidas con asociaciones empresariales, miembros del Gobierno español, empresas y consultoras.

España es el proyecto piloto de la UE para desembolsar las subvenciones del mayor paquete de estímulo de la historia del bloque, un fondo de 724.000 millones de euros en conjunto, préstamos incluidos. El país ha sido el más rápido en cumplir los requisitos exigidos desde Bruselas y en recibir los fondos, lo que lo convierte en objeto de estudio de lo que Europa puede conseguir.

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"Estamos siendo los conejillos de Indias. Todo lo que se ponga a prueba en España después se aplica al resto de países", dijo en febrero la ministra española de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. "Pero es nuestro interés que se aprovechan el máximo estos fondos".

Un año después del inicio del proceso de desembolso, en diciembre del año pasado se habían concedido unos 23.500 millones de euros, según las últimas cifras publicadas por España el mes pasado. Esto constituye un ritmo lento, dado que la UE y España se han fijado como plazo finales de este año para conceder la cifra total de 77.000 millones de euros.

Según una encuesta realizada en febrero por el Banco de España entre 6.000 empresas, sólo el 16,5% han solicitado ayudas y el 7% han sido aceptadas. Mientras tanto, sólo unos 9.000 millones de euros han llegado realmente a las empresas a las que se han concedido fondos, según cálculos del Centro de Políticas Económicas Esade, un grupo de reflexión con sede en Madrid que hace un seguimiento de los fondos para la recuperación de la pandemia.

Italia, a la que se han asignado unos 69.000 millones de euros en subvenciones, tiene problemas más graves: tras bloquear un tramo del dinero concedido, la UE ha pedido aclaraciones sobre las medidas de Roma para cumplir los "objetivos e hitos" necesarios para desbloquear los fondos.

Los problemas de los países del sur de Europa, desbloquear los fondos e inyectar el dinero en la economía real, podrían poner a prueba la resistencia del plan de estímulo del bloque, cuyo objetivo es construir una UE pospandémica más ecológica, digital y autosuficiente.

En respuesta a preguntas realizadas para este artículo, el Gobierno español dijo que está aplicando las normas de la UE que intentan combinar una gestión ágil de los fondos con garantías de control, añadiendo que se han financiado casi 300.000 proyectos españoles.

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha culpado a sus predecesores Mario Draghi y Giuseppe Conte de los retrasos.

La Comisión Europea dijo que los Estados miembros han adaptado sus propios sistemas para controlar los fondos, añadiendo que tanto la UE como Madrid consideran adecuados los controles de España. La aplicación del plan del país se ajusta actualmente al calendario acordado, añadió Bruselas.

Además de los burócratas humanos, en España ahora también existe Minerva, un sistema tecnológico que Bruselas obligó a implantar para examinar las solicitudes de subvenciones, que se puso en marcha en febrero tras cerca de dos años de desarrollo.

El algoritmo, que toma su nombre de la diosa romana de la sabiduría y la justicia, puede analizar millones de datos para comprobar que las empresas que solicitan fondos no tienen conflictos de intereses.

Además de Minverva existe otro sistema, Coffee, cuya función es auditar las solicitudes y hacer un seguimiento del dinero, lo que a menudo exige a las empresas una gran cantidad de papeleo.

Manuel Hidalgo, del Centro Esade, dice que existen cuellos de botella en todos los niveles, añadiendo que el desafío moderno de desembolsar miles de millones en una economía ha chocado con una administración pública estancada "en el siglo XIX".

Según Hidalgo, esto puede tener como consecuencia que las empresas se desentiendan de las ayudas.

NANOSATÉLITES CONTRA BUROCRACIA

Pero también ha habido casos de éxito. Por ejemplo, un plan de 3.000 millones de euros para ayudar a las pequeñas empresas a llevar sus negocios a internet ha concedido subvenciones a más de 180.000 para construir sitios web o plataformas de pago, según el Ministerio de Asuntos Económicos español.

El rápido despliegue de las ayudas en apenas cinco o seis meses ha sido posible gracias a la automatización de algunos procesos, lo que ha reforzado las credenciales de las nuevas tecnologías desplegadas.

Aun así, el programa sólo ha desembolsado alrededor de un tercio de los fondos presupuestados para el proyecto digital, según datos recopilados por la CEOE, la principal patronal española.

Muchas otras empresas han abandonado sus planes de solicitar subvenciones, sobre todo las más pequeñas, sin recursos para hacer frente a la gran cantidad de papeleo, según las patronales Cepyme y ATA, que representan a las pequeñas y medianas empresas.

Julián Fernández, director general de Fossa Systems, una empresa madrileña que construye nanosatélites ligeros, dijo que uno de sus 24 empleados se tuvo que dedicar en exclusividad a ocuparse del papeleo para obtener una subvención de 300.000 euros. También contrató a una consultora para que actuara de enlace con el Estado.

Fernández afirma que, si tuviera que volver a montar una empresa, no sabe si lo haría en España, mientras continúa a la espera de que el Estado dé luz verde definitiva a la subvención completa para ayudar a pagar los costes del satélite recién construido de su empresa. Sostiene que por menos esfuerzo y menos burocracia se pueden conseguir millones para tecnología en Estados Unidos.

APAGAR INCENDIOS

La solicitud de hidroaviones para combatir incendios fue rechazada inicialmente por los burócratas de la UE, que alegaron que las aeronaves utilizan combustibles fósiles contaminantes, a pesar de que el uso de combustibles sostenibles aún no está generalizado en la aviación, según explicó a Reuters un miembro del Gobierno español.

La cuestión se resolvió finalmente tras las conversaciones entre Madrid y Bruselas, en las que España logró convencer a la Comisión Europea de que el beneficio de apagar incendios compensa sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), según el miembro del Gobierno, que declinó ser citado por tratarse de conversaciones confidenciales.

Los tractores para una agricultura sostenible no tuvieron la misma suerte, ya que su financiación fue bloqueada por Bruselas, dijo.

Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), dijo que muchos han renunciado a solicitar fondos después de que se les pidiera que demostraran un balance saneado de hasta los últimos cinco años, un periodo en el que muchos sufrieron pérdidas durante los confinamientos por el COVID-19.

El volumen de trabajo se ha quintuplicado y ha pasado factura a los altos cargos públicos, según dos altos cargos españoles. Algunos han renunciado a sus puestos para incorporarse al sector privado, quejándose de agotamiento, dijeron.

En febrero, el Estado pagó 70 millones de euros para contratar a Tragsatec, una consultora estatal, como refuerzo para las administraciones regionales.

(1 dólar = 0,9147 euros)

(Reporte de Belen Carreño y Charlie Devereux; información adicional de Gavin Jones en Roma; escrito por Charlie Devereux; edición de Pravin Char; editado en español por Darío Fernández)