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El BCE empieza a bajar los tipos mientras sigue luchando contra la inflación

FOTO DE ARCHIVO. Un cartel del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort, Alemania

By Francesco Canepa, Balazs Koranyi

FRÁNCFORT, 6 jun (Reuters) -El Banco Central Europeo recortó el jueves los costes de los préstamos, que se encontraban en máximos históricos, reconociendo los progresos realizados en su batalla contra la elevada inflación, pero también señalando que la lucha aún no se había ganado, ya que la inflación se mantendrá demasiado alta hasta el próximo año.

La inflación en los 20 países que comparten el euro ha caído desde más del 10% a finales de 2022 hasta situarse justo por encima del objetivo del 2% fijado por el BCE en los últimos meses, en gran medida gracias al abaratamiento de los combustibles y a la normalización de la cadena de suministros tras algunos contratiempos posteriores a la pandemia.

Pero este avance se ha estancado recientemente y lo que parecía el inicio de un importante ciclo de relajación del BCE hace tan sólo unas semanas parece ahora más incierto debido a los indicios de que la inflación de la zona euro puede resultar difícil de domar, como ha sucedido en Estados Unidos.

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El BCE celebró la caída del crecimiento de los precios al recortar su tipo de depósito desde un nivel récord del 4,0% hasta el 3,75%, su primer recorte desde 2019.

Pero también elevó sus previsiones de inflación para este año y el próximo, subrayó que cualquier reducción adicional de los tipos dependería de los datos entrantes y reafirmó que los costes de endeudamiento debían mantenerse lo suficientemente altos como para mantener un control sobre los precios.

"A pesar de los progresos realizados en los últimos trimestres, las presiones internas sobre los precios siguen siendo fuertes, ya que el crecimiento salarial es elevado, y es probable que la inflación se mantenga por encima del objetivo hasta bien entrado el próximo año", declaró el BCE.

Tras el anuncio, los inversores del mercado monetario recortaron sus apuestas de recortes de tipos y solo prevén uno este año, con unas posibilidades reducidas de un segundo.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, comparecerá a partir de las 12.45 GMT en una rueda de prensa en la que se le preguntará por el ritmo de la relajación monetaria y si sigue en pie la posibilidad de recortar los tipos en julio.

Con la decisión del jueves, el BCE se une a los bancos centrales de Canadá, Suecia y Suiza, que han revertido algunas de las series de subidas de tipos de interés más pronunciadas de la historia reciente.

Se espera que la Reserva Federal de Estados Unidos, que a principios de año se vio desanimada por unas cifras de inflación más elevadas de lo esperado, se sume a esta iniciativa después del verano.

ÚLTIMO TRAMO

Sin embargo, algunos datos sobre la inflación, los salarios y la actividad económica en la zona del euro más sólidos de lo esperado en las últimas semanas han avivado el temor a un "último tramo" más difícil en el camino hacia el objetivo del BCE, una preocupación expresada a menudo por la influyente miembro del consejo Isabel Schnabel.

La inflación de los servicios, que algunos de sus dirigentes han señalado como especialmente relevante porque refleja la demanda interna, ha sido motivo de especial preocupación después de que repuntara hasta el 4,1% en mayo frente al 3,7% del mes anterior.

La mayoría de los economistas siguen pensando que el BCE continuará recortando su tipo de interés oficial en los próximos meses y lo situará en el 2,50% a finales de 2025.

Pero solo prevén dos reducciones más este año, en septiembre y diciembre.

Fabio Balboni, economista de HSBC, afirma en una nota: "Los recortes adicionales de septiembre y diciembre siguen siendo nuestra hipótesis central". "Pero si la reciente resistencia de la inflación de los servicios se mantiene, vemos cada vez más posibilidades de que el BCE tenga que ser más cauteloso en la senda de reducción".

Un repunte del crecimiento también reduciría la urgencia para el BCE al socavar el argumento de que los tipos altos están ahogando la actividad económica.

Sin embargo, el verdadero dilema puede ser la Reserva Federal, y si inicia o retrasa aún más su propio ciclo de relajación.

Una Fed más restrictiva significaría probablemente un euro más débil y una mayor inflación importada para el bloque monetario, pero también aumentaría los rendimientos en los mercados mundiales de bonos, un doble golpe cuyo efecto neto es difícil de predecir.

"El ritmo de los recortes de tipos dependerá de Estados Unidos y de la Fed", dijo Mohit Kumar, economista de Jefferies. "En el caso de que la Fed no recorte los tipos en absoluto este año -no es nuestro escenario base- podríamos ver solo dos recortes por parte del BCE este año".

(editado por Toby Chopra, Sonali Paul y Catherine Evans; editado en español por Javi West Larrañaga y Tomás Cobos)