¿Te pueden expulsar de un avión por tener “mal olor”?
Ocho hombres afroamericanos fueron expulsados temporalmente de un vuelo de American Airlines después de que un miembro de la tripulación los acusara de tener “mal olor”. Si bien ha sido investigado como un episodio de discriminación racial, el incidente ha levantado dudas sobre la validez de las razones que llevaron a la aerolínea a tomar una medida tan drástica.
Tres de los pasajeros afectados, sin conexión entre sí, interpusieron una demanda contra American Airlines por discriminación, alegando que se trató de una “denuncia falsa” que provino de un asistente de vuelo blanco. El altercado retardó el despegue del avión durante al menos una hora antes de que se le permitiera al grupo volver a abordar.
“Fue traumático y denigrante”
Los hombres ingresaron de vuelta a la aeronave, esta vez teniendo que lidiar con el escrutinio público del resto de los pasajeros, que fueron informados previamente por la tripulación sobre la denuncia “por mal olor corporal”. “Sufrieron durante todo el vuelo de regreso a casa, fue traumático, perturbador, aterrador y denigrante”, se lee en la demanda.
American Airlines anunció esta semana que puso de licencia a varios empleados involucrados en el incidente, ocurrido en un vuelo desde el Aeropuerto Internacional Phoenix Sky Harbor con destino al JFK. “Estoy increíblemente decepcionado por lo que pasó en ese vuelo y la falla de nuestros procedimientos”, dijo en un comunicado el CEO de la aerolínea, Robert Isom.
“Esto contradice nuestros valores... No cumplimos con nuestros compromisos y les fallamos a nuestros clientes en este incidente”, agregó Isom, sin mencionar cuántos trabajadores fueron sometidos a la medida disciplinaria
American también conformó un grupo de asesoría que se centrará en la experiencia de los clientes afrodescendientes para mejorar la capacitación en diversidad y “centrarse en situaciones del mundo real que ayuden a reconocer y abordar los prejuicios y la discriminación”, dijo Isom.
No es la primera vez que ocurre
Esta no es la primera vez que American Airlines ha expulsado pasajeros por supuestas denuncias de mal olor corporal. En 2019, echó a una familia judía de un avión que despegaba de Florida con destino a Detroit, también bajo la excusa de que otros pasajeros y miembros de la tripulación se habían quejado de su olor. En ese caso, la aerolínea acomodó a la familia en un hotel, le ofreció comidas gratuitas y les reservó un vuelo para el día siguiente.
Yossi Adler, que viajaba con su esposa Jennie y su hija de 19 meses, insistió en que ningún miembro de su familia tenía mal olor y que se duchaban diariamente cada mañana, al tiempo que acusó a la aerolínea de discriminación por motivos religiosos.
En 2017, la organización de derechos civiles más antigua de Estados Unidos, NAACP, advirtió a los pasajeros que no volaran con American Airlines tras citar al menos cuatro episodios de discriminación que “sugieren una cultura corporativa de insensibilidad racial y posible prejuicio racial por parte de American Airlines”. La aerolínea prometió hacer cambios y la NAACP levantó la advertencia nueve meses después.
¿Me pueden bajar de un avión por oler mal?
En pocas palabras, sí. Varias aerolíneas estadounidenses se reservan el derecho de expulsar a los pasajeros de un avión si tienen mal olor, de acuerdo con sus respectivas condiciones o contrato de transporte incluidos en sus sitios web.
Los términos de seguridad de American Airlines, actualizados con fecha del 12 de abril de 2024, piden al pasajero “ser respetuoso para que su olor no sea ofensivo (a menos que sea causado por una discapacidad o enfermedad)”. “Acciones violentas o inapropiadas pueden resultar en la denegación de embarque, expulsión de la terminal o procesamiento legal”, se lee en la misma normativa.
Delta tiene un acápite similar donde dice que podrá negarse a transportar o retirar pasajeros de su aeronave “cuando la conducta, vestimenta, higiene u olor del pasajero crea un riesgo irrazonable de ofensa o molestia a otros pasajeros”.
United Airlines va un paso más allá al negar el servicio a “pasajeros que tengan o sean causantes de una situación maloliente” en el avión, a excepción de personas calificadas como discapacitadas.